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Permitida la tenencia de ejemplares criados en algunos países
Aspecto: características externas
La ardilla (Sciurus) mide entre 40 y 64 centímetros y es una auténtica maestra de la escalada. Esto se lo debe principalmente a su constitución esbelta. Su fuerza de salto incomparable la consigue gracias a sus patas traseras largas y musculosas.
Para poderse agarrar al árbol y coger las nueces, sus largos dedos están equipados con uñas afiladas, las garras.
También son llamativas las típicas orejas con penachos y la cola larga y peluda.
La superfuerza de la cola
La característica más famosa de la ardilla es su cola peluda, que puede alcanzar los veinte centímetros de largo. Gracias a ella, puede saltar de un árbol a otro y hacer equilibrios sobre las ramas.
Si pierde el equilibrio, la cola le sirve de paracaídas. En invierno le proporciona un calor acogedor, mientras que en verano es una estupenda protección solar.
Así pues, no es de extrañar que esta parte del cuerpo le dé su nombre científico: Sciuridae significa algo así como cola umbría.
Diversidad cromática
El color del pelaje de las ardillas puede variar mucho, ya sea alazán, marrón o negro, y no solo depende de la especie. También puede cambiar de un lugar a otro y de una estación del año a otra. El pelaje es más grueso y oscuro en invierno, mientras que en verano es más fino y claro.
La ardilla no solo es una auténtica maestra de la escalada, sino también de la búsqueda de alimento.
Clasificación: especies y subgéneros
Las ardillas son un género dentro de los esciúridos. Actualmente existen veintiocho especies distribuidas en siete subgéneros.
La especie más famosa es la ardilla roja (Sciurus vulgaris), oriunda de Europa y algunas partes de Asia. No obstante, la ardilla de las Carolinas (Sciurus carolinensis) también se ha popularizado como nueva especie introducida, desbancando a las especies autóctonas.
Mientras que estas especies se consideran salvajes, hay otras que son famosas por ser aptas como animales domésticos. Un ejemplo es la ardilla centroamericana (Sciurus variegatoides).
Comportamiento: seres muy inteligentes
Probablemente, ágil y esquiva sean los adjetivos más frecuentes que las personas asociamos a estos animales diurnos. Sin embargo, las ardillas son mucho más listas de lo que creemos. Por ejemplo, pueden recordar durante mucho tiempo dónde han escondido la comida para el invierno.
Además, se cree que tienen una gran capacidad de aprendizaje. Los científicos han descubierto que las ardillas aprenden cómo llegar a la comida pese a los obstáculos tras pocos intentos.
Sentidos de supervivencia muy desarrollados
Las ardillas se mueven libremente en la naturaleza, por lo que necesitan tener buenos sentidos. De hecho, la naturaleza se ha portado bien con ellas, ya que son auténticas profesionales de los sentidos, desde el oído hasta el olfato.
Y no es de extrañar, ya que tienen numerosos depredadores. Estos no solo son los gatos, sino también muchos animales salvajes del bosque y las praderas. En el aire también acechan peligros para la ardilla, como las aves rapaces. Para detectarlas a tiempo, las ardillas observan casi todo el entorno con sus enormes ojos.
También tienen un sentido del tacto muy desarrollado. Con sus vibrisas (pelos sensoriales), distribuidas por todo el cuerpo, pueden palpar comida y otras cosas.
Solitarias que se mantienen unidas
En general, las ardillas son animales solitarios, pero se agrupan en casos excepcionales.
Esto sucede principalmente en primavera, cuando buscan una posible pareja para el apareamiento. No obstante, cuando bajan las temperaturas también se puede observar cómo se calientan mutuamente para sobrevivir juntas al duro invierno.
La ardilla hace un descanso invernal, pero no hiberna.
Tenencia: ¿es apta como animal doméstico?
Aunque la mayoría de asociaciones animalistas están en contra, en muchos países se permite tener ejemplares criados. El requisito es cumplir las normas nacionales.
La pajarera ideal
El mejor alojamiento para la ardilla es una pajarera exterior amplia y alta donde tenga espacio para trepar y saltar. Lógicamente, no deben faltar árboles, ramas ni piedras. Las cuerdas también son ideales para trepar.
A la hora de elegir el material para la pajarera, piensa que a las ardillas les encanta roer. Por lo tanto, los barrotes de madera u otros materiales blandos no son adecuados.
Para bañarse y beber, también deberás incluir un cuenco de agua suficientemente grande.
¿Se pueden domesticar?
Pese a su pelaje mullido, las ardillas no son peluches. Si quieres que una ardilla coma de tu mano, debes tener mucha calma y paciencia.
Al principio conviene que la ardilla se acostumbre a tu presencia. Por ejemplo, siéntate tranquilamente en la jaula y obsérvala durante un rato. El primer paso debe venir de ella, no de ti.
Cuando la ardilla se haya acostumbrado un poco a tu presencia, ya puedes atraerla con un poco de comida. Si haces esto varias veces, no pasará mucho tiempo hasta que coma de tu mano.
Advertencia: En los parques públicos, las ardillas salvajes suelen acercarse mucho. Sin embargo, no te recomendamos que las toques, ya que no dejan de ser animales salvajes.
Alimentación: ¿qué come en la naturaleza?
Una de las mayores habilidades de las ardillas es encontrar y acumular comida. Como omnívoras que son, no solo comen caracoles e insectos, sino también nueces, hayucos y fruta.
Sin embargo, también les gustan las piñas y los brotes frescos. Incluso los huevos y los polluelos pequeños pueden figurar en su menú.
¿Cómo sobreviven al invierno?
En lugar de hibernar, la ardilla hace un descanso invernal (fases de descanso y actividad alternas). No obstante, necesita acumular provisiones para el invierno. Para estar preparada, empieza a hacerlo ya en otoño.
Esconde toda la comida que encuentra entre las cortezas o en los huecos de los árboles. Su buen olfato la lleva de vuelta al escondite en invierno. Si se olvida de un escondite, quizá crezca un nuevo árbol a partir de la comida.
Salud y esperanza de vida
La esperanza de vida de las ardillas puede variar mucho, pero suele ser de unos ocho años de media. No obstante, alrededor de un quinto de cada camada muere antes del año de vida, normalmente a manos de depredadores.
Propensión a los parásitos
La vida de una ardilla también puede verse reducida por culpa de enfermedades. Estos animales son muy propensos a las infestaciones parasitarias de piojos, pulgas y garrapatas.
Además, las lesiones provocadas por los coches y los gatos también pueden acabar mal para ellas.
Reproducción: de la madurez sexual al nido
Las ágiles ardillas alcanzan la madurez sexual con un año de vida aproximadamente. Cuando están listos para el apareamiento, los machos persiguen a las hembras por las ramas. Después de la reproducción, empiezan a construir sus nidos muy arriba en las copas de los árboles.
¿Cuántas crías tiene una ardilla?
Unos 36 días después, la hembra da a luz a entre dos y cinco crías. En este momento, aún son ciegas y no tienen pelo, por lo que dependen de la leche de su madre.
Aunque dejan de mamar a los dos meses, permanecen un tiempo más cerca de su madre. No se independizan hasta que alcanzan la madurez sexual.
La ardilla de las Carolinas está desbancando cada vez más a la ardilla roja.
Origen y hábitat natural
Las regiones que habitan las ardillas dependen de la especie. La ardilla roja es una de las pocas especies que se encuentran en Europa y Asia, mientras que la mayoría de especies viven en América.
Eso sí, hay una cosa que la mayoría tienen en común: les encanta el bosque.
¿Está amenazada?
Por desgracia, hay una serie de factores que pueden provocar un descenso de la población de ardillas autóctonas. Por ejemplo, la deforestación de los bosques puede conducir a la pérdida de su hábitat.
Desbancada por la ardilla de las Carolinas
En algunos países europeos hay otro problema añadido: la ardilla de las Carolinas, mucho más grande y robusta. El hombre la introdujo en el Reino Unido en el siglo XIX, por lo que la ardilla roja se ha visto cada vez más desbancada.
Lo más peligroso es que esta especie es portadora de un poxvirus que transmite a sus congéneres. Mientras que la ardilla de las Carolinas es inmune, las demás especies mueren al contagiarse.
Los hay de diferentes tamaños y colores: hámsteres dorados, sirios, enanos, etc. Su adorable aspecto y su diminuto cuerpo hace que estos animales domésticos sean muy populares. Pero los hámsteres no son tan cariñosos como parecen. Estos pequeños roedores son bastante delicados y tienen unas necesidades bastante exigentes que no puedes pasar por alto.
Los conejos enanos son perfectos para tenerlos en casa. Una raza muy popular de estos enanitos es el conejo cabeza de león, que te presentamos en este artículo.
Su tamaño pequeño, su aspecto adorable, su carácter sociable y la posibilidad de tenerlo en el exterior hacen que el conejo enano sea muy popular como animal doméstico. Si te planteas hacerte con uno debes tener en cuenta que los animales pequeños también pueden tener necesidades grandes. Cuáles son, cómo tener un conejo enano o toy de forma adecuada a la especie y todo lo que necesitas saber sobre estos adorables orejudos lo puedes leer aquí.
