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¿Le has descubierto un bulto en la cabeza a tu conejo? En ese caso, puede que haya contraído mixomatosis. Aquí te desvelamos los hechos más importantes sobre esta enfermedad, incluido el tratamiento y el pronóstico.
La mixomatosis, conocida vulgarmente como tomatosis, es una enfermedad vírica muy contagiosa y mortal. La causa el poxvirus mixoma del género Leporipoxvirus. Los conejos domésticos se contagian a través de conejos salvajes infectados, pero no enfermos.
Estos virus, altamente contagiosos, se transmiten principalmente por insectos chupadores de sangre, como mosquitos, pulgas o garrapatas. Por eso, los conejos suelen enfermar de mixomatosis en verano.
Además, el poxvirus puede llegar a los conejos domésticos a través del contacto directo. Esto puede pasar, p. ej., a través de secreciones de heridas, oculares y nasales de conejos salvajes infectados.
Los conejos también pueden contagiarse mediante objetos contaminados o alimentos frescos. De este modo, los virus pueden llegar a la conejera a través de dientes de león o hierba recién cogidos.
Si un conejo se contagia por el poxvirus, cae enfermo pasados entre tres y diez días (periodo de incubación). El cuadro clínico de la mixomatosis varía mucho de animal a animal. Depende de la cepa del virus y de la susceptibilidad del conejo.
En función del curso de la mixomatosis, se pueden observar estos síntomas:
| Curso hiperagudo | Los conejos con mixomatosis mueren en pocas horas sin síntomas pronunciados. |
| Curso agudo | Los párpados, las orejas y los labios de los conejos enfermos se hinchan mucho. Aparecen mixomas a causa de la retención de agua (edemas) en la cabeza. Los veterinarios llaman a esto cabeza de león. También les sale pus de los ojos y la nariz, les sube la fiebre y tosen cada vez más. Pasadas unas dos semanas, los conejos mueren porque ya no pueden ingerir suficientes alimentos debido a la profunda hinchazón. |
| Curso crónico | Los conejos con mixomatosis presentan síntomas leves. Se forman bultos y edemas ligeros en la zona de la cabeza y los genitales. Si estos revientan, sale una secreción infecciosa. Por regla general, los animales sobreviven a este curso. |
Si una población de conejos enferma, la mayoría de animales mueren ya al inicio de la epidemia. Sin embargo, el sistema inmunitario de los demás se va adaptando paulatinamente. Hacia el final de la epidemia, estos solo presentan síntomas leves y suelen sobrevivir.
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Debido al aspecto y al curso típicos de la enfermedad, la mayoría de veterinarios detectan la mixomatosis a primera vista. Para confirmar esta sospecha, se puede tomar un frotis cutáneo para analizarlo en el laboratorio.
Lamentablemente, si se confirma el diagnóstico, la mixomatosis no se puede tratar específicamente. Sin embargo, se pueden prevenir las frecuentes infecciones bacterianas secundarias con antibióticos.
Además, para mejorar los síntomas clínicos se puede reforzar el sistema inmunitario con determinados fármacos o suplementos nutricionales. Las pomadas para los ojos alivian las secreciones graves y la inhalación de soluciones salinas ayuda con los problemas respiratorios.
Tienes varias opciones para proteger a tu conejo de la mixomatosis:
Puedes vacunarlo contra la enfermedad en el veterinario. La primera vacuna se pone entre la cuarta y la sexta semana de vida. Para que el efecto sea suficiente, hay que administrarle vacunas de recuerdo pasadas cuatro semanas y, después, cada seis meses.
El inconveniente es que la vacuna puede provocar una mixomatosis en conejos. Esto significa que puede aparecer un bulto en la piel del lugar de la inyección. Sin embargo, este bulto suele desaparecer pasadas unas semanas.
Si no quieres vacunar a tu conejo o quieres proporcionarle una protección adicional, límpiale la jaula regularmente. Muchos productos de limpieza no son eficaces contra el virus de la mixomatosis. Por eso, deberás usar agua caliente, por encima de 60 °C. Cámbiale el lecho a diario y, para entrar en la conejera, lávate bien las manos y usa un calzado aparte.
Como el virus de la mixomatosis se transmite principalmente a través de parásitos, es conveniente proteger al conejo de ellos.
Me formé como veterinaria de forma íntegra en la Universidad Justus-Liebig Gießen en Alemania, donde pude adquirir experiencias en diversas áreas como medicina para roedores y animales pequeños, animales grandes y animales exóticos, así como farmacología, patología e higiene de los alimentos. Desde entonces, además de trabajar como autor veterinario, he estado trabajando en mi tesis doctoral de carácter científico. Mi objetivo es conseguir proteger mejor a los animales de los patógenos bacterianos que causan las enfermedades. Además de mis conocimientos veterinarios, también comparto mi propia experiencia como cuidadora de mi perro, por lo que puedo entender y aclarar miedos y problemas, así como otras cuestiones importantes sobre la salud de los animales.
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