Cómo saber si un conejo es macho o hembra: guía fácil
Cómo saber si un conejo es macho o hembra no es fácil porque son como dos gotas de agua. Sin embargo, con estos consejos podrás determinar el sexo de tu conejo en un santiamén.
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Este artículo va dirigido al sistema digestivo del hámster dorado y de las especies de hámster enano. Estos roedores son biológicamente diferentes en cuanto a estructura interna y la función de ingesta de alimentos y su aprovechamiento. Sin embargo, sus necesidades alimentarias son básicamente idénticas. Todos los hámsteres necesitan un buen alimento vegetal y componentes animales porque dependen de la proteína animal. A diferencia de las chinchillas, las cobayas y los conejos, los hámsteres digieren bien los granos. Estos son, por así decirlo, concentrados de nutrientes vegetales en forma de semillas. Así es como funciona el sistema digestivo del hámster:
Los incisivos, de tipo cincel, están afilados y sirven para cortar alimentos en trozos y abrir cáscaras de semillas. No dejan de crecer y el animal se los tiene que desgastar permanentemente. Lo ideal es desgastarlos unos contra otros mordiendo y triturando pienso preparado duro de buena calidad y partiendo cáscaras.
Los incisivos, dos en el maxilar superior e inferior respectivamente, se encuentran en la parte delantera central de la boca. Es muy importante mantenerlos sanos ofreciéndole al hámster una alimentación correcta y material de nido grueso que deba desmenuzar. Los mejores materiales para ello son la paja, la celulosa, el heno grueso y los trozos de ramas. Además, en la selección para la cría también hay que prestar especial atención a la salud dental. De esta manera, se evita que se sigan heredando las malformaciones.
Más atrás en la cavidad bucal se encuentran las muelas. A diferencia de las de los conejos, las cobayas y las chinchillas, tienen raíces, por lo que no crecen continuamente. Las muelas sirven para triturar los trozos de comida. Entre ellas se insaliva la comida, haciéndola deslizante. La saliva proviene de las glándulas salivales. Las primeras enzimas de la saliva, que se llaman fermentos y son auténticos biocatalizadores, inician la predigestión.
Partiendo de la cavidad bucal, antes de la faringe, se bifurcan los abazones a derecha e izquierda. Son extremadamente elásticos y flexibles. Cuando están llenos llegan desde la piel y la musculatura, fuera de la cavidad abdominal, casi hasta las patas traseras.
El esófago solo es responsable del transporte en el sistema digestivo del hámster. Desde la boca, la comida masticada llega al tubo digestivo. El bolo alimenticio bien masticado se llama quimo y ahora se transporta para su asimilación. La faringe y el esófago también transportan el agua.
Los hámsteres tienen un estómago dividido en dos partes. El preestómago sirve para almacenar temporalmente y humedecer los componentes alimentarios. La segunda sección es el estómago glandular, que muchos expertos consideran como un segundo estómago. Sin embargo, esta delimitación no es tan clara en los hámsteres como en los pájaros.
Aquí, después de la masticación en la boca y del ablandamiento en la parte del preestómago, da comienzo el proceso de digestión en sí. Con ello, se separan los primeros componentes de la comida. La comida se acidifica intensamente con ácido clorhídrico a partir de células especiales. Las enzimas de desdoblamiento proteico empiezan a aprovechar las proteínas en este medio ácido. Además, se segregan hormonas gástricas a modo de señal. Todas las hormonas son mensajeros químicos internos del organismo que se envían a través del torrente sanguíneo.
La musculatura que rodea los estómagos permite que el contenido gástrico se mezcle bien y que el estómago se vacíe. Esto implica el paso del bolo alimenticio hacia el tubo digestivo mediante el píloro.
En el intestino delgado anterior se añade líquido tisular y enzimas al bolo alimenticio para que los procesos de asimilación posteriores del sistema digestivo del hámster se produzcan en una fase muy fluida.
Tras unos pocos milímetros, aquí desembocan también los conductos del páncreas y el hígado. El hígado puede almacenar brevemente los excesos de glucemia en forma de glucógeno. Por lo demás, es responsable principalmente de la desintoxicación central. Además, de él proviene la bilis, que amortigua los jugos digestivos y los traslada de un medio ácido a otro alcalino. El páncreas regula el nivel de glucemia y distribuye fermentos que descomponen tanto las grasas como los carbohidratos.
A continuación sigue el intestino delgado posterior, que asume el trabajo principal del sistema digestivo del hámster. El tejido extremadamente activo de las vellosidades intestinales traslada los productos de la descomposición de la comida a la circulación. Solo los componentes mayormente descompuestos de la comida pueden atravesar la pared intestinal y quedar así a disposición de los demás órganos de destino del hámster para su aprovechamiento.
Esta es la región de transferencia de todos los nutrientes y principios activos digeridos hasta aquí al organismo. Una alimentación incorrecta con productos demasiado grasos y dulces o un exceso de semillas oleaginosas provocan la mayoría de problemas en el intestino delgado. Por eso es tan importante proporcionarle al hámster productos de alimentación animal moderna de buena calidad.
A partir de aquí, en el bolo alimenticio prácticamente solo se encuentra fibra bruta, que son componentes de la pared celular vegetal procedentes del alimento.
En la desembocadura del intestino delgado, en la región del intestino grueso del tubo digestivo, el ciego se desvía. Se llama así porque termina como un callejón sin salida. En el sistema digestivo del hámster, actúa como una cámara fermentativa habitada por numerosas bacterias especializadas. De aquí se puede sacar algo de energía residual de las partes vegetales compuestas por fibra bruta y fibras alimentarias. Además, se obtienen componentes de la pared celular vegetal, especialmente dextrosa a partir de celulosa.
Los hámsteres tienen un ciego más pequeño que las chinchillas, los conejos y las cobayas. Sin embargo, hay que evitar los cambios bruscos de comida para garantizar que la fermentación del ciego funcione eficazmente. A diferencia de muchos roedores herbívoros, los hámsteres, ratas y ratones no producen cecotrofos ni excrementos blandos como excreciones separadas.
En el sistema digestivo del hámster, el resto del intestino grueso, detrás de la zona de transición del intestino delgado-ciego, tiene la tarea de recuperar el agua del bolo alimenticio ya casi digerido, pero aún muy fluido. En todo el intestino grueso viven otras bacterias, que, como las del ciego, realizan fermentaciones especiales y procesos metabólicos similares. Facilitan ácidos grasos de cadena corta de los restos de comida a las células de la pared intestinal. No obstante, estos ya no pueden llegar al torrente sanguíneo. En la sección trasera del intestino grueso se produce la formación previa de las heces.
Finalmente, el recto forma las partículas de heces secas definitivas y les extrae el máximo de humedad residual. A veces, los hámsteres se comen estos excrementos, pero esto es totalmente normal en todos los roedores. La diarrea y el estreñimiento son signos de que la regulación de líquidos está alterada por fallos en tramos anteriores.
El ano es el orificio de salida para las heces. Estos excrementos sólidos contienen productos de desecho que no se expulsan a través de los riñones como orina líquida. También tienen restos de comida no digeridos o excedentes de nutrientes individuales o temporales. El esfínter del ano constituye la última parte del sistema digestivo del hámster.
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