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El sistema digestivo de la cobaya es muy complejo. Los problemas digestivos suelen deberse a errores de alimentación. El transporte de la comida en el sistema digestivo de la cobaya tiene lugar mediante la ingesta de alimento posterior. Por eso, las cobayas comen de forma prácticamente ininterrumpida. Al ingerir más alimentos se empuja la comida anterior. Para ello, necesitan principalmente alimentos ricos en fibra bruta, como heno. Este y el agua deben estar siempre disponibles en la jaula de la cobaya.
Los incisivos, de tipo cincel, están afilados y sirven para cortar alimentos en trozos y o de tipo tallo. No dejan de crecer y el animal se los tiene que desgastar permanentemente. Lo ideal es desgastarlos unos contra otros mordiendo y triturando heno de buena calidad y pienso preparado duro y estructurado.
Los incisivos, dos en el maxilar superior e inferior respectivamente, se encuentran en la parte delantera central de la boca. Es muy importante mantenerlos sanos con una buena alimentación. Además, en la selección para la cría también hay que prestar especial atención a la salud dental. De esta manera, se evita que se sigan heredando las malformaciones.
Más atrás en la cavidad bucal se encuentran las muelas, que también crecen constantemente. A cada lado arriba y abajo hay un premolar y tres molares, que sirven para triturar los trozos de comida.
Entre ellos se insaliva la comida, haciéndola deslizante. La saliva proviene de las glándulas salivales. Las primeras enzimas de la saliva, que se llaman fermentos y son auténticos biocatalizadores, inician la predigestión.
El esófago es meramente un órgano de transporte en el sistema digestivo de la cobaya. Desde la boca, la comida masticada llega al tubo digestivo. El bolo alimenticio bien masticado se llama quimo y ahora se transporta para su asimilación. La faringe y el esófago también transportan el agua.
En el estómago da comienzo la preparación de la digestión y se separan los primeros componentes de la comida. La comida se acidifica intensamente con ácido clorhídrico a partir de células especiales. Las enzimas de desdoblamiento proteico empiezan a aprovechar las proteínas en este medio ácido. Además, se segregan hormonas gástricas a modo de señal. Todas las hormonas son mensajeros químicos internos del organismo que se envían a través del torrente sanguíneo.
La musculatura que rodea el estómago permite que el contenido gástrico se mezcle bien y que el estómago se vacíe. Esto implica el paso del bolo alimenticio hacia el tubo digestivo mediante el píloro.
En el intestino delgado anterior se añade líquido tisular y enzimas al bolo alimenticio para que los procesos de asimilación posteriores se produzcan en una fase muy fluida.
Tras unos centímetros, aquí desembocan también los conductos del páncreas y el hígado en el sistema digestivo de la cobaya. El hígado puede almacenar brevemente los excesos de glucemia en forma de glucógeno. Por lo demás, es responsable principalmente de la desintoxicación central. Además, de él proviene la bilis, que amortigua los jugos digestivos y los traslada de un medio ácido a otro alcalino.
¡Atención! En la mayoría de vertebrados, aquí también se produce la vitamina C. El metabolismo hepático la produce a partir de los precursores ingeridos con la alimentación. Hay que ir con cuidado al comprar la comida porque las cobayas, al igual que las personas y los simios, no pueden sintetizarla en el organismo a partir de otras sustancias. Por lo tanto, dependen de un aporte externo.
El páncreas regula el nivel de glucemia y distribuye fermentos que descomponen tanto las grasas como los carbohidratos.
A continuación está el intestino delgado posterior, donde se produce el proceso principal del sistema digestivo de la cobaya. El tejido extremadamente activo de las vellosidades intestinales traslada los productos de la descomposición de la comida a la circulación. Solo los componentes mayormente descompuestos de la comida pueden atravesar la pared intestinal y quedar así a disposición de los demás órganos de destino de la cobaya para su aprovechamiento.
Esta es la región de transferencia de todos los nutrientes y principios activos digeridos hasta aquí al organismo. Una alimentación incorrecta con comida inadecuada provoca la mayoría de problemas en el intestino delgado. Por eso, es muy importante darles a los animales productos de calidad de la alimentación moderna. A partir de aquí, en el bolo alimenticio prácticamente solo se encuentra fibra bruta, que son componentes de la pared celular vegetal procedentes del alimento.
En la desembocadura del intestino delgado, en la región del intestino grueso del tubo digestivo, el ciego se desvía. Se llama así porque termina como un callejón sin salida. Se trata de una gran cámara fermentativa habitada por numerosas bacterias especializadas.
De aquí se saca la energía residual a partir de las partes vegetales compuestas por fibra bruta y fibras alimentarias. Además, se obtienen componentes de la pared celular vegetal, especialmente dextrosa a partir de celulosa. La flora de la cámara fermentativa no tolera cambios bruscos en la composición del sustrato del intestino ciego. Por eso, los cambios de alimentación se deben hacer siempre paulatinamente (también para evitar problemas en el intestino delgado). Solo así, la fermentación del intestino ciego puede funcionar eficazmente sin grandes formaciones de gas.
Al final del proceso está la formación del cecotrofo y en el intestino grueso posterior, la producción del excremento blando. Juntos forman una especie de excremento blando que se diferencia claramente del excremento seco del recto. Una cubierta mucosa protectora se encarga de que este material especial se dirija rápidamente al ano.
Desde ahí, los roedores se comen al menos una parte directamente, para crear otro pasaje por todo el tracto gastrointestinal. De este modo se obtienen vitaminas (principalmente del complejo B), pero también valiosas proteínas bacterianas y muchos principios activos.
El resto del intestino grueso, detrás de la zona de transición del intestino delgado-ciego, tiene esencialmente la tarea de recuperar el agua del bolo alimenticio ya casi digerido, pero aún muy fluido.
En todo el intestino grueso viven otras bacterias, que, como las del ciego, realizan fermentaciones especiales y procesos metabólicos similares. Facilitan ácidos grasos de cadena corta de los restos de comida a las células de la pared intestinal. No obstante, estos ya no pueden llegar al torrente sanguíneo. En la sección trasera del intestino grueso se produce la formación previa de las heces.
Finalmente, el recto forma los rollitos de heces secas definitivos y les extrae el máximo de humedad residual. A veces, las cobayas se comen estas heces, pero esto es totalmente normal. La diarrea y el estreñimiento son signos de que la regulación de líquidos está alterada por fallos en tramos anteriores.
El ano es el orificio de salida para las heces. Estos excrementos sólidos contienen productos de desecho que no se expulsan a través de los riñones como orina líquida. También tienen restos de comida no digeridos o excedentes de nutrientes individuales o temporales. El esfínter del ano constituye la última parte del sistema digestivo de la cobaya.
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