Ratones en casa

Los ratones tienen los dientes afilados y los usan mucho en su día a día. Si no detectas la infestación a tiempo o no haces nada para combatirla, los animales podrían hacer agujeros en todo lo que mantiene la casa unida.

Ya sean cables, estructura o tejidos, con una infestación masiva de ratones casi nada se salva. Un peligro muy serio son los incendios por cables roídos.

Además del esfuerzo constructivo para reparar los daños, las consecuencias económicas no son nada despreciables. A largo plazo, los costes de la eliminación de los ratones son más bajos que los de la reparación.

A primera vista no se ven, pero están ahí: patógenos en las heces, la orina y la saliva de los ratones. Estos no solo pueden perjudicar tu salud, sino también la de tus hijos. Las mujeres embarazadas y las personas enfermas son las que corren más riesgo de enfermar.

Los hantavirus, por ejemplo, son uno de los patógenos infecciosos que pueden transmitir los ratones. Estos son contagiosos durante mucho tiempo en las heces secas, la orina y la saliva. Los síntomas típicos de esta enfermedad vírica son parecidos a los de la gripe.

Además, los ratones pueden transmitir enfermedades bacterianas a través de sus excreciones, como las leptospiras. La leptospirosis puede provocar varias dolencias a las personas, como insuficiencia renal o meningitis.

Por eso, es muy importante prevenir una infestación de ratones en casa limpiando periódicamente.

Los ratones son presas y, por consiguiente, tienen mucho cuidado con las personas. Así pues, la probabilidad de que un ratón ataque es nula. Sin embargo, si te acercas demasiado y el ratón no tiene posibilidad de rehuirte, podría morderte.

Por lo tanto, ten cuidado y no cojas al ratón con las manos desnudas. Si aun así te muerde, límpiate la herida lo antes posible y ve al médico. Incluso los mordiscos más pequeños de un animal pueden provocar infecciones graves o una septicemia.

Debido a su reducido tamaño y habilidad, los ratones pueden meterse en agujeros y ranuras minúsculos. Si tienes ratones en casa, debes seguir su rastro y encontrar las entradas de los roedores. No busques solo en la fachada de casa, sino también en todos los conductos de cables y tragaluces.

Si has encontrado las entradas, ahora es el momento de aislarlas minuciosamente. En función de la ubicación, puedes usar materiales como yeso, mortero o silicona. Pide asesoramiento en una tienda de bricolaje.

No obstante, no te olvides de asegurarte de que no haya animales en la rendija antes de sellarla. De lo contrario, existe el peligro de que les tiendas una trampa y mueran lentamente de hambre.

Como su nombre indica, estas trampas sirven para atrapar a los ratones de manera cuidadosa. Esto significa que los ratones caen en la trampa sin que esta los mate. Una vez atrapados, puedes llevarlos a otro lugar para liberarlos. Lo mejor es que los lleves lejos, por ejemplo, a un prado.

Compra e instalación de trampas para ratones en casa

En casi cualquier tienda de bricolaje encontrarás trampas inocuas, normalmente a precios bajos. Asegúrate de que la trampa no sea demasiado pequeña y de que el ratón pueda moverse dentro.

La clave reside en saber cómo hacer salir a un ratón de su escondite. Lo mejor es que coloques las trampas a lo largo de las paredes porque los ratones suelen moverse por ahí. Como cebo puedes usar crema de frutos secos, barritas de chocolate, nueces o sustancias dulces, como sirope o mermelada.

A continuación, ve controlando las trampas de vez en cuando para poder liberar a los animales rápidamente. Si has atrapado uno, no te olvides de ponerte guantes desechables para protegerte de los patógenos.

Importante: Aléjate bastante de tu casa antes de liberar al ratón o, de lo contrario, volverá fácilmente. Se recomienda una distancia mínima de un kilómetro.

Cómo hacer trampas caseras para ratones

Si no tienes ninguna tienda de bricolaje a mano, también puedes crear trampas caseras para ratones.

• Coloca un cubo de fregar de 25 centímetros de alto con la abertura hacia arriba cerca de la ratonera.
• Pon un platillo o un cuenco pequeño en el cubo.
• Encima del platillo o el cuenco coloca un cebo apetitoso, como pan o queso.
• Con madera o libros, construye una escalera para que los ratones puedan llegar al cubo.
• Poniendo trocitos de comida en la escalera aumentarás las probabilidades de atraerlos al cubo.
• Cuando el ratón caiga en el cubo, tápalo enseguida con una revista o una toalla y libera al ratón.

Hay olores, como la arena para gatos usada, que los ratones odian a muerte. Puedes aprovechar esto y ahuyentar a los ratones distribuyendo estas fuentes de olor estratégicamente.

También dicen el vinagre disuelto en agua y el aceite de menta funcionan. Hay expertos que dudan de la eficacia de estos métodos, pero el experimento tampoco daña a los animales ni al medio ambiente. Echa unas gotas de estos líquidos en el suelo, cerca de la ratonera, o empapa un paño con ellos.

Cuidado: Las sustancias agresivas, como la pimienta de Cayena o el chile en polvo, pueden perjudicar a los animales.

Si alguna vez has soñado con tener un gato y dispones de los conocimientos necesarios, este es el mejor momento de adoptar uno. En efecto, el gato es el arma más natural contra los ratones en casa.

Se dice que la arena para gatos también ayuda a deshacerse de una infestación de ratones. Si no tienes gato, pero conoces a alguien que sí, puedes pedirle arena usada. Ponla en una bolsa y déjala cerca de los ratones. Algún que otro ratón odiará el olor del cazador y evitará la casa a partir de ahora.