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El cuidado de tu perro en vacaciones se puede dejar en manos de un cuidador o de una residencia canina.
¡Por fin, vacaciones! Pero ¿qué pasa si el perro no puede venir? Los cuidadores y residencias caninas pueden ayudarte en esta situación. Pero ¿cuál es la mejor opción para tu perro? ¿Cuánto cuesta? Y ¿qué cosas hay que tener en cuenta? Te explicamos los pros y los contras, y te damos consejos sobre dónde dejar a tu perro en vacaciones.
Uno no siempre puede llevarse al perro de viaje, tanto si es de ocio como de trabajo. Puede que el vuelo sea demasiado largo, el trayecto en coche demasiado pesado o las condiciones de entrada con perro a un país demasiado estrictas. O incluso puede que el hotel no admita animales. Hay muchas razones por las que el perro se tenga que quedar en casa.
No obstante, la oferta de cuidados para perros durante las vacaciones en muchas ciudades y en internet es enorme. Pero ¿dónde estará el perro en mejores manos? ¿Con un cuidador o en una residencia canina?
Alojamiento en una residencia canina
Lo ideal es que el perro se quede con familiares o amigos íntimos en tus periodos largos de ausencia. Pero no todo el mundo puede recurrir a esta solución. Por lo tanto, una residencia canina parece una buena alternativa si no sabes dónde dejar a tu perro en vacaciones.
En estas residencias, los perros se alojan en habitaciones o perreras. Pueden estar solos o acompañados, en función de su tolerancia a otros perros.
Grandes diferencias en cuanto al alojamiento, los costes y el personal
La calidad del alojamiento puede variar enormemente. Puedes encontrarte con habitaciones de hotel muy bien amuebladas, limpias y con juguetes o perreras peladas y mugrientas.
También hay grandes diferencias entre residencias en lo que al personal se refiere. Mientras que algunas son muy familiares e intentan darles las máximas atenciones a sus huéspedes peludos, en otras suele haber seis o más perros a cargo de una sola persona.
Con esta proporción no se puede garantizar un cuidado personalizado que tenga en cuenta las necesidades de ejercicio y entretenimiento de los perros.
¿Cuánto cuesta una noche en una residencia canina?
Los precios también varían mucho, pudiendo ir desde 10 hasta 50 euros al día. Eso sí, más caro no tiene por qué significar mejor.
¿Cómo se sabe si una residencia es buena?
Para estar seguro de que tu perro está bien cuidado, debes inspeccionar detenidamente la residencia de antemano. ¿Las habitaciones son luminosas y están limpias? ¿El ambiente es distendido y agradable? ¿Cuánto personal trabaja y qué impresión te da? ¿Cómo tratan a los perros? ¿Pueden salir a correr lo suficiente? ¿Les dan a los perros su comida habitual?
Estas preguntas solo se pueden responder visitando el sitio y hablando personalmente con la persona al mando. Según lo lejos que esté la residencia, a veces es recomendable ir a visitarla sin avisar. Como en todas partes, también hay ovejas negras entre los propietarios de residencias que prometen mucho, pero cumplen poco.
Haz caso a tus instintos y a los de tu perro
Además de hacer la inspección anterior en cuanto a limpieza, proporción de cuidadores y métodos de alimentación, cuando visites la residencia debes hacer caso de tu instinto, y también del de tu perro.
Al fin y al cabo, los perros presienten muy bien en quién pueden confiar y en quién no. Así pues, observa a tu perro cuando estéis allí de visita. ¿Cómo se comporta en la residencia? ¿Se muestra simpático y curioso con los cuidadores o más bien reservado o nervioso?
No todos los perros son aptos para alojarse en una residencia canina. Algunos se aturden al cambiarles el entorno habitual, faltarles su persona de referencia y encontrarse con personas y perros extraños. Para ellos, una estancia en una residencia canina significaría estrés máximo.
Por eso, reflexiona bien sobre dónde dejar a tu perro en vacaciones. En cambio, si tu perro coge confianza enseguida a la gente y le gusta jugar con otros perros, una estancia en una buena residencia puede ser una opción válida. Incluso puede que la sienta como unas vacaciones caninas.
Cuidado a cargo de un cuidador
Si tu perro es de una raza desconfiada que no lleva bien los cambios, los cuidados a cargo de un cuidador pueden ser la mejor opción. Los cuidadores de perros suelen ocuparse de entre uno y tres perros a la vez como máximo. Esto les permite concentrarse en una atención más intensiva de cada uno de ellos.
En general, el perro se muda al domicilio particular del cuidador durante tu ausencia. Aunque tendrá que acostumbrarse a un nuevo entorno, se encontrará en un ambiente familiar.
Primer contacto con el cuidador
La mayoría de cuidadores ofrecen sus servicios sin fines comerciales y acogen a los perros en su tiempo libre. Suele tratarse de gente que tiene (o tenía) perro propio.
Dado que cualquiera puede ser cuidador de animales y no se trata de personal formado como en las residencias o protectoras, el abanico de personalidades y experiencias es enorme.
Antes de confiar a tu perro a una de estas personas, es conveniente que quedes con ella varias veces. Visítala con el perro en su casa, pasead juntos y observa cómo se comporta con tu perro. Fíjate también en cómo reacciona tu perro a su nuevo amigo.
Especialmente cuando en una casa ya vive un perro, es importante ver cómo responde este a los peludos recién llegados. Muchos cuidadores también ofrecen un día de prueba para ver si tu perro realmente está a gusto.
Aclaración de preguntas con el cuidador
Habla con el cuidador antes de las vacaciones para explicarle exactamente qué necesitas que haga. Cuanto más le especifiques qué quieres que haga con la comida, el entretenimiento, las salidas, los cuidados y otros rituales, mejor podrá ocuparse de todas estas cosas.
Aunque te resulte incómodo exigirle y preguntarle tantas cosas, piensa que se trata del bienestar de tu perro. Al fin y al cabo, solo podrás disfrutar de tu tiempo fuera si sabes que tu peludo está bien atendido.
Costes y otras formalidades
Aparte del servicio de vacaciones, la mayoría de cuidadores ofrecen cuidados por horas. En este caso, suelen cobrar 10-25 euros por hora, en función de su experiencia y las tareas que les encomiendes.
Si el perro se queda varios días con el cuidador, la mayoría cobran un precio fijo por día. Este precio también puede variar mucho de un cuidador a otro.
Si habéis acordado un precio, también deberás averiguar cómo funciona el tema del seguro. Si el cuidador ofrece sus servicios oficialmente y cobra por ello, debe contar con un seguro de responsabilidad civil canino. Hay seguros de responsabilidad civil privados que también cubren los daños causados por perros. Sin embargo, esto debe estar claramente indicado en la póliza.
Además de los costes y el seguro, también debéis hablar sobre las emergencias. ¿Qué pasa si el cuidador se pone enfermo en tu ausencia y no puede seguir cuidando de tu perro? ¿Quién puede encargarse de él en este caso? ¿Y qué pasa si el que se pone enfermo es el perro? ¿Puede el cuidador llevarlo al veterinario? ¿Puede darle medicamentos y hasta qué punto lo autorizas para tomar decisiones? Cuanto mejor planifiques todo esto de antemano, mejor preparado estarás para cualquier eventualidad.
Qué más hay que tener en cuenta
Una planificación previa y un acuerdo detallado con la residencia o el cuidador son la base para que el alojamiento de tu perro sea un éxito. Lógicamente, esto incluye que organices su cuidado lo antes posible.
Las residencias caninas suelen llenarse enseguida en época de vacaciones, sobre todo las pequeñas. Claro está que pueden surgir viajes de trabajo inesperados o estancias en el hospital que no se pueden prever. En estos casos, hay que organizar el cuidado del perro con poca antelación.
Planificación de emergencias temprana
En el mejor de los casos, antes de adoptar al perro ya habrás pensado y hablado con familiares, vecinos o amigos para ver dónde dejar a tu perro en vacaciones o en caso de emergencia.
Si no tienes esta red de confianza, lo mejor es que te pongas en contacto con un cuidador. Da igual si es porque te vas de vacaciones o no. Lo mejor es que el perro ya conozca al cuidador de varios encuentros y paseos previos. Así, ya le habrá cogido confianza. Esto hará que se separe de ti más fácilmente que con un cuidador que no conoce.
Tener un perro es una responsabilidad. Antes de acoger a un nuevo miembro en la familia deberías prever y clarificar quién se ocupará de cuidar a tu nuevo can cuando tu estés en el trabajo o de viaje. Si no tienes ningún pariente o vecino que pueda hacerlo, a veces no te queda otra que dejarle en casa de cuidadores de perros.
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