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El picor intenso es un signo típico de las pulgas en los perros.
Si tu perro se rasca muy a menudo, es posible que las pulgas sean la causa. Estos engorrosos parásitos son muy desagradables para el perro, pero pueden conducir a más problemas. Sigue leyendo para ver cómo detectar y tratar eficazmente las pulgas en perros.
En general, las pulgas no constituyen un peligro tan grave como las garrapatas, que pueden transmitir numerosas bacterias peligrosas. Sin embargo, los mordiscos de pulga pueden provocar un prurito intenso. Este puede ser extremadamente molesto para el perro, pero también ocasionar otros problemas cutáneos.
Las pulgas pueden causar más problemas a los perros. Una consecuencia típica de una infestación de pulgas es la dermatitis alérgica a la picadura de pulgas (DAPP). Esta alergia es una de las enfermedades cutáneas más importantes y comunes en los perros.
Todas las especies de pulgas la pueden causar, pero principalmente la pulga del gato (Ctenocephalides felis), poco específica del huésped. Los alérgenos de la saliva de las pulgas llegan al cuerpo del perro durante el mordisco. Básicamente, un solo mordisco de pulga puede bastar para ocasionarle un picor muy intenso.
Dado que los perros se rascan o muerden con fervor, además de sufrir los mordiscos de pulga pueden autoinfligirse alteraciones cutáneas, los llamados hot spots. Como estos puntos a menudo están infectados con bacterias o cándidas, esta infección secundaria causa un prurito adicional.
Además, una infestación de pulgas masiva en perros o cachorros que padecen otras enfermedades también puede provocar anemia. El motivo es que las pulgas, al igual que las garrapatas, chupan la sangre de su huésped.
Por último, las pulgas pueden llevar huevos de tenias. Si el perro ingiere alguna que otra pulga al acicalarse, se desarrollan tenias en el intestino a partir de ellos.
Las picaduras o mordiscos de pulgas en perros provocan, sobre todo, picor. Pero si tu perro no para de rascarse, puede que se trate de una infestación de pulgas.
Las reacciones cutáneas locales, como puntos rojos, son otro signo. Además, las reacciones más intensas pueden provocar pústulas y costras. Sin embargo, una infestación de pulgas también puede pasar totalmente desapercibida y no presentar síntomas.
Con una infestación masiva, las pulgas ya se pueden ver a simple vista. Además, los síntomas como picaduras y rojeces en las zonas preferidas por las pulgas (orejas, grupa, espalda, base de la cola, vientre y parte interior del muslo) pueden ser sospechosos.
A veces se encuentran huevos o larvas en el pelaje, que se pegan a los pelos. Estos solo se ven con una lupa o un microscopio.
Si no encuentras ninguna pulga a simple vista, puedes buscar heces de pulgas.
La alergia a la saliva de pulga ya es más difícil de diagnosticar. Las alteraciones en la piel pueden dar alguna pista.
Sin embargo, hay que tener en cuenta otras alergias o parásitos en el diagnóstico. En caso de sospecha de DAPP, los dermatólogos recurren a la terapia diagnóstica con medicamentos o un test intradérmico.
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Para eliminar las pulgas de forma eficaz, debes hacer dos cosas:
Por un lado, debes combatir las pulgas adultas. Para tratar al perro existen varios antiparasitarios disponibles: pipetas, que se aplican entre los omóplatos del animal, así como esprays y collares antiparasitarios, y comprimidos.
Todos estos productos están disponibles en el veterinario o en el apartado Antiparasitarios de la tienda online de zooplus.
Además, las pulgas son transmisoras de tenias, por lo que, después de combatir la infestación, también debes considerar una desparasitación.
Si tu perro tiene pulgas, examina y trata a los demás animales que tengas. También deberás tratar todo el entorno para acabar con los estadios jóvenes de las pulgas.
Presta atención a las grietas del suelo, bases de alfombras y otras zonas oscuras en que se refugian las larvas. Aspira también el suelo y el coche a fondo. Después de aspirar, aparta la bolsa de la aspiradora y tírala lo antes posible.
Lava los cojines y las mantas a 60 grados como mínimo. Además, para reforzar la limpieza puedes tratar el entorno con espráis antiparasitarios o nebulizadores.
Hay algunos remedios antipulgas, como espráis de vinagre o cocciones de hierbas, que pueden ayudar con una infestación leve. No obstante, si la infestación es considerable no se suele conseguir gran cosa con métodos suaves. Para expulsarlas del perro y del entorno eficazmente, hay que recurrir a la amplia gama de medicamentos autorizados.
La buena noticia es que, gracias a los numerosos métodos antipulgas que hay, no suele ser difícil acabar con ellas. Si también limpias el entorno a fondo, probablemente las pulgas desaparezcan pronto.
Para prevenir una infestación de pulgas, puedes tratar al perro de forma preventiva. Para ello existen los mismos medios que se usan para combatirlas, o sea, pipetas, comprimidos y collares.
Una profilaxis es particularmente importante si tu perro padece una alergia a la saliva de pulga. En este caso, deberás aplicarle un medio antiparasitario regularmente, ya que un solo mordisco podría causarle graves síntomas.
La mayoría de perros contraen pulgas después de estar en contacto con otros animales infestados. No obstante, estos engorrosos parásitos también pueden acechar en objetos contaminados, como en la cama del perro.
Por desgracia, en las habitaciones de casa reinan las condiciones ideales para el desarrollo de las pulgas. Estos parásitos anidan en los tejidos, como alfombras, cojines o sofás. Además, pueden sobrevivir mucho tiempo en el estadio de pupas.
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Las pulgas son uno de los parásitos más frecuentes que colonizan la piel y el pelo de mamíferos y aves. Hay más de 2000 especies.
La más común en perros es la Ctenocephalides felis (pulga del gato) y otra menos frecuente es la Ctenocephalides canis (pulga del perro). A veces, las Pulex irritans y Pulex simulans (pulga de los humanos), la Echidnophaga gallinacea (pulga de la gallina) y la Archaeopsylla erinacei (pulga del erizo) también los atacan.
La pulga es un insecto de entre uno y seis milímetros de largo, sin alas y comprimido lateralmente. Tiene patas fuertes adaptadas para el salto y cuenta con un mecanismo bucal que le permite picar y succionar. Presenta un color entre marrón claro y oscuro, y se alimenta de la sangre de su huésped.
La evolución de la pulga pasa del huevo a tres estadios larvarios, después a pupa y, finalmente a pulga adulta. Después de colonizar al perro, la hembra ingiere sangre en pocos minutos y, pasado un día, empieza a poner huevos.
Durante sus 50-100 días de vida, una hembra pone unos 30 huevos al día. En general, los huevos se ponen durante los tiempos de descanso del perro y caen en la cama o en otros sitios en los que el perro suele estar. Si las larvas ya han pasado a pupas, pueden sobrevivir hasta 50 semanas en el capullo en condiciones desfavorables (p. ej., temperaturas bajas).
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