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Si tu perro vomita, es posible que tenga la mucosa gástrica inflamada
¿Alguna vez has tenido una inflamación gástrica? En ese caso, seguro que sabes lo extenuante que es esta enfermedad. En este artículo te ofrecemos la información más importante sobre la gastritis en perros para evitarle las náuseas y vómitos a tu peludo.
Una gastritis puede ser muy molesta para tu perro. Si vomita mucho y tiene diarrea, puede perder mucha agua. Por tanto, debe recibir tratamiento lo antes posible para evitar que la pérdida de líquido le provoque una deshidratación mortal.
Además, pueden producirse dolorosas úlceras pépticas que, en el peor de los casos, podrían ocasionar hemorragias internas. Si la úlcera penetra la pared del estómago, el perro podría morir.
¿Qué síntomas presenta la gastritis en perros?
En función del nivel de gravedad, los perros afectados pueden presentar las dolencias siguientes:
Suelen estar débiles y se mueven poco (flojera).
Comen menos o nada en absoluto.
Tienen dolor y puede que emitan sonidos agónicos y rechinen los dientes.
Después de comer, regurgitan la comida sin digerir.
Si vomitan alimentos digeridos o bilis amarilla, puede que estos contengan sangre (hematemesis).
Las náuseas hacen que coman hierba, saliven mucho y se laman los labios con mayor frecuencia.
La gastritis en perros puede aparecer súbitamente o de forma permanente (crónica). Si el perro vomita sin presentar otros síntomas, esto es típico de una gastritis aguda.
En el caso de la gastritis crónica, el malestar general suele durar semanas y los animales pierden peso. Además, puede que el pelo pierda el brillo y que el sistema inmunitario debilitado empeore la salud del perro.
Diagnóstico: ¿cómo se detecta?
Si el perro vomita y está débil, es aconsejable llevarlo al veterinario. Este te preguntará por los síntomas que hayas observado y las vacunas que tenga puestas. También es importante que le digas qué comida le das y si ha tomado medicamentos recientemente. A continuación, realizará las pruebas que sean necesarias:
La ecografía le permite valorar el grosor de la mucosa gástrica. Si está engrosada significa que está inflamada.
Después, con el perro anestesiado, puede realizar una gastroscopia para observar la mucosa con mayor precisión. También puede tomar una muestra de tejido con un punzón de biopsia y enviarla a un patólogo para que analice las células de la mucosa.
Si el veterinario confirma su sospecha, debe hallar la causa de la gastritis para garantizar el éxito del tratamiento. Las pruebas siguientes pueden ayudarlo a averiguarla:
Con un análisis de sangre se pueden buscar signos de enfermedades infecciosas o patologías de distintos órganos (p. ej., el hígado).
Si el perro tiene parásitos, el veterinario puede detectarlos con un análisis de heces.
Los métodos de imagen (p. ej., radiografías y ecografías) sirven para observar objetos extraños o alteraciones estructurales.
Tratamiento: ¿cómo se trata la gastritis en perros?
Para mejorar el estado general del perro y aliviarle el dolor, el veterinario empleará medidas coadyuvantes. Estas pueden ser, por ejemplo:
Medicamentos analgésicos y antiinflamatorios
Protectores de estómago (inhibidores de la bomba de protones) contra la formación de ácidos gástricos
Ayuno de medio día
Dieta blanda (p. ej., arroz, patata y carne de ave magra) durante varios días
Cambio de alimentación a largo plazo
Terapia de líquidos por infusión
Además, se requieren tratamientos específicos para combatir las causas a largo plazo. Estos pueden ser, por ejemplo, antiparasitarios, antibióticos o medicamentos especiales contra enfermedades metabólicas.
Causas: ¿qué provoca una gastritis en perros?
Existen muchas causas por las que la mucosa gástrica de los perros se puede inflamar. Muchas de ellas hacen que el estómago forme demasiado ácido gástrico y que este irrite la mucosa.
Para que las entiendas mejor, aquí tienes las posibles causas de una gastritis en perros, divididas en infecciosas y no infecciosas:
¿Conoces la enfermedad por reflujo gastroesofágico?
Si tu perro tiene insuficiente comida en el estómago antes de acostarse, la bilis podría irritarle la mucosa gástrica. La consecuencia es que el perro vomita al levantarse. Para que esto no vuelva a pasar, puedes darle una golosina por la noche.
Prevención: cómo proteger a tu perro
Para proteger a tu perro de una gastritis canina, procura que esté sometido al mínimo estrés posible. Para ello, debes pasearlo regularmente y ofrecerle un lugar en el que descansar.
Además, es importante que tu perro esté suficientemente vacunado y desparasitado. De este modo, podrás prevenir enfermedades infecciosas e infestaciones de gusanos.
Otro consejo: no le cambies la comida bruscamente. Dale al sistema digestivo del perro suficiente tiempo para acostumbrarse al nuevo alimento. Este debe ser equilibrado y estar adaptado al nivel de actividad del animal.
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