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Los gases en perros no solo son molestos, sino que pueden tener causas más graves.
Un síntoma que puede observarse en perros de todas las edades y razas son los gases. Los gases no solo son una carga para el perro, sino también para nosotros, las personas. En este artículo te explicamos todo lo que necesitas saber sobre los gases en perros y qué hacer para combatirlos.
Los gases en perros (flatulencias) suelen ser más una molestia que un peligro real. Pero ojo: por un lado, son muy desagradables para tu perro y, por otro, pueden esconder causas graves. Por esta razón, hay que tomarse en serio una flatulencia en perros persistente.
Causas: ¿cómo se producen?
Aunque hay enfermedades graves e intoxicaciones agudas que pueden provocar gases en perros, el motivo suelen ser los alimentos poco digestivos. Estos incluyen las legumbres, como guisantes y judías, la fruta inmadura y los alimentos con un alto contenido de azúcar.
Si tu perro come con voracidad o le has cambiado el alimento de forma brusca, el resultado suelen ser gases. Puede que sea alérgico a algún componente del pienso (por ejemplo, a la proteína de ave) o padezca intolerancias alimentarias. Por ejemplo, los alimentos ricos en cereales suelen provocar flatulencia en perros con intolerancia al gluten.
Sin embargo, aparte de las causas relacionadas con la alimentación, también es posible que tenga una enfermedad. Por ejemplo, puede sufrir una infección por gusanos, giardias, bacterias o virus. También hay enfermedades intestinales crónicas, como el síndrome de colon irritable, el síndrome de la malabsorción o la enfermedad inflamatoria intestinal, que provocan una mayor formación de gases, además de molestias abdominales generales.
Otros síntomas
En función de la gravedad, además de los signos típicos como los gases y el hedor, también pueden producirse ruidos burbujeantes y murmullos en el estómago del perro. Poco a poco se añade presión en el abdomen, dolor y una postura encorvada. Por si fuera poco, todo esto también hace que tu perro pierda el apetito.
Si los gases no pueden expulsarse del estómago y el intestino, puede producirse una acumulación en el tracto gastrointestinal (meteorismo). Esta urgencia se la debes consultar inmediatamente al veterinario porque el aire puede provocar una peligrosa torsión gástrica o intestinal.
Esta torsión se caracteriza por fuertes cólicos espasmódicos y dolor intenso. La llamada posición de oración es un signo típico y debe interpretarse siempre como señal de emergencia.
Por lo tanto, es imprescindible que recuerdes la descripción siguiente:
Tu perro estira las patas delanteras hacia adelante.
Las patas traseras se quedan de pie.
El perro se mantiene en esta posición.
Como los gases suele provocarlos una alimentación incorrecta, también pueden manifestarse otros síntomas, como diarrea, vómitos y pérdida de peso.
Diagnóstico: ¿cuándo ir al veterinario si mi perro tiene gases?
Los gases ocasionales en perros no son motivo de preocupación. Sin embargo, si se prolongan durante varios días o aparecen otros síntomas, es muy recomendable visitar al veterinario.
Como cuidador, puedes darle al veterinario valiosas pistas para el diagnóstico facilitándole información sobre hábitos alimentación y una descripción precisa de los síntomas. A esta anamnesis le sigue un examen general del perro.
Además, el especialista realizará un examen de heces y, posiblemente, un análisis de sangre. También puede ser necesario hacer radiografías o ecografías.
Tratamiento: ¿qué hago si mi perro tiene gases?
Los gases ocasionales no suelen requerir ningún tratamiento especial. Sin embargo, si el problema se hace más frecuente, las medidas siguientes pueden ayudar:
En caso de malestar agudo, ayúdalo a expulsar los gases con masajes abdominales y mucho ejercicio.
Si los síntomas persisten, un cambio de alimentación específico ayuda en la mayoría de casos. Dale a tu perro dieta blanda varios días, como pollo hervido y arroz sin condimentar. Distribuye la comida en varias raciones pequeñas a lo largo del día para aliviar el ya sobrecargado tracto gastrointestinal.
Puedes combatir las intolerancias y alergias alimentarias con dietas especiales. Sin embargo, hazlo solo previa consulta al veterinario.
Si los gases vienen causados por una enfermedad intestinal crónica, puede aliviar el uso específico de medicamentos.
Pronóstico: ¿cuáles son las probabilidades de curación?
El pronóstico de los gases en perros, como en la mayoría de casos, depende en gran medida de la causa. Si se trata de una intolerancia alimentaria o de infecciones leves, estas suelen poder tratarse rápidamente con una terapia específica.
Es menos frecuente que una enfermedad grave provoque flatulencia en perros. Sin embargo, estas dolencias suelen ir acompañadas de otros síntomas más graves.
Profilaxis: ¿se pueden prevenir?
Una dieta equilibrada y saludable previene los gases en perros. La lista de ingredientes aporta información sobre componentes como el gluten, el azúcar o las proteínas lácteas.
También puedes prevenir los gases con el método de alimentación. Por ejemplo, los comederos elevados hacen que el perro trague menos aire al comer. Los comederos antivoracidad y repartir la ración diaria en tres comidas también son factores que alivian el tracto gastrointestinal.
Durante los paseos, asegúrate de que tu peludo no coma excrementos de otros perros ni basura. De lo contrario, se podría producir una mayor formación de gases y también una infestación de parásitos. Por eso es importante que lo lleves periódicamente a que le hagan análisis de heces. De este modo se puede diagnosticar rápidamente una infestación de gusanos y tratar con un tratamiento antiparasitario.
Franziska G., Veterinaria
Me formé como veterinaria de forma íntegra en la Universidad Justus-Liebig Gießen en Alemania, donde pude adquirir experiencias en diversas áreas como medicina para roedores y animales pequeños, animales grandes y animales exóticos, así como farmacología, patología e higiene de los alimentos. Desde entonces, además de trabajar como autor veterinario, he estado trabajando en mi tesis doctoral de carácter científico. Mi objetivo es conseguir proteger mejor a los animales de los patógenos bacterianos que causan las enfermedades. Además de mis conocimientos veterinarios, también comparto mi propia experiencia como cuidadora de mi perro, por lo que puedo entender y aclarar miedos y problemas, así como otras cuestiones importantes sobre la salud de los animales.
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