Hoy en día existen varios tratamientos para ralentizar el avance del cáncer de huesos en perros. Además, sirven para aliviar el dolor del animal y, así, mejorar su calidad de vida.
Se distingue entre tratamiento quirúrgico y medicamentoso:
1. Tratamiento quirúrgico
En algunos casos de cáncer de huesos en perros es necesario extirpar el tumor primario. En función de la localización, esto puede implicar amputar una extremidad entera. Aunque esto puede sonar drástico, la mayoría de perros se las apañan muy bien con una pata amputada.
Si el tumor se encuentra en una fase temprana, es posible que se pueda conservar la pata. Por ejemplo, se pueden utilizar prótesis.
2. Tratamiento medicamentoso
Con la quimioterapia, el perro recibe fármacos quimioterapéuticos, como doxorrubicina o carboplatino. El objetivo es ralentizar el crecimiento de las metástasis para prolongar la esperanza de vida del animal.
La inmunoterapia se está debatiendo cada vez más como alternativa futura. Se trata de una terapia relativamente nueva en la que se emplean principios activos inmunoterapéuticos que estimulan el sistema inmunitario.
No obstante, no está autorizada en todos los países, por lo que deberás preguntar al veterinario.
Terapia del dolor
Independientemente del tratamiento que reciba tu perro, es importante que también se someta a una terapia del dolor eficaz. Esto es particularmente importante cuando ya no se pueden aplicar otros tratamientos.
Además de los analgésicos convencionales, también se usan bisfosfonatos para el dolor de huesos.
Una radioterapia específica también puede proporcionar alivio. No obstante, por sí sola no es eficaz porque no tiene un efecto suficiente contra el cáncer de huesos.
Importante: El mejor tratamiento para tu perro es algo que debes hablar personalmente con el veterinario. Después de todo, la decisión depende de muchos otros factores, como la edad o la presencia de enfermedades subyacentes.