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Bien socializado, un welsh corgi de Cardigan es un perro ideal para familias.
A primera vista, los inexpertos confunden fácilmente al corgi galés de Cardigan con su pariente cercano, el de Pembroke. Sin embargo, cada una de estas razas tiene sus particularidades. Te explicamos qué hace que el welsh corgi sea un perro tan único para sus fans en todo el mundo.
Desde el punto de vista estético, el welsh corgi de Cardigan y el de Pembroke son muy parecidos. Ambas razas tienen las patas muy cortas y son fornidas, aunque el peso debe ser equilibrado respecto al tamaño. Las proporciones recuerdan un poco al teckel.
La altura de cruz del welsh corgi de Cardigan es de entre 25 y 30 cm. En general, es un poco más grande que el de Pembroke. El peso suele situarse entre 11 y 17 kg.
Las orejas erguidas y grandes confieren a ambas razas una expresión atenta. A diferencia del de Pembroke, el welsh corgi de Cardigan siempre tiene la cola larga.
Se admiten todos los colores de pelo, excepto el blanco puro. Ambas razas también son como gotas de agua en cuanto al carácter, aunque el de Cardigan suele ser más testarudo.
Ya te lo habrás imaginado: quien pueda mantener a raya un rebaño de vacas con semejante tamaño debe tener una buena dosis de autoconfianza. Esta cualidad puede ser un obstáculo para él porque, si está mal socializado, se pelea fácilmente con otros perros.
Además, este perro es muy apegado a su persona de referencia, pero se muestra distante ante los extraños. Puede incluso llegar a enseñarle los dientes a quien se le acerque. En este sentido, el welsh corgi de Cardigan es algo más irritable que el de Pembroke. Esto significa que el adiestramiento es muy importante para él.
Su pasado como pastor del ganado también se refleja en su alto nivel de actividad. De hecho, es de todo menos un perro faldero pasivo.
Además, es bastante testarudo debido a su antiguo trabajo autónomo, por lo que no es precisamente un perro sumiso. Sin embargo, un elogio en el momento oportuno puede obrar milagros.
Por último, estos perros son muy territoriales y, por tanto, son buenos perros guardianes (y ladradores).
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Los principiantes deben informarse muy bien antes de adoptar un perro de esta raza. Habla con los tuyos de antemano sobre las normas para el nuevo miembro de la familia. Asegúrate de que estas normas se cumplan siempre, independientemente de los ojazos que pueda poner para hacerse con un bocado.
Consejo: quítale el hábito de cazar los pies de la gente y otras malas costumbres desde cachorro. Si se lo permites, esto puede convertirse en un auténtico problema cuando sea adulto.
La consecuencia es primordial para mantener la testarudez de este perro bajo control. Niños, gatos, robots de cocina… La base de un corgi galés de Cardigan tranquilo es un criador que proporcione una buena impronta al cachorro.
El complemento perfecto para después son las escuelas para cachorros, donde conocerá a muchos perros y otras razas. También es importante asistir a una escuela para perros cuando sea adulto. Si eres cariñoso/a y consecuente en el adiestramiento del cachorro, tendrás un perro sereno y fácil de guiar.
Aunque esta raza es de pelo corto, suelta pelos a gogó. Cepíllalo varias veces por semana para atrapar todos los pelos sueltos que puedas antes de que acaben en la casa. Aun así, deberás hacerte con un buen arsenal de rodillos quitapelusas y comprarte un aspirador potente.
La suciedad del pelaje se puede quitar cuando esté seca con un cepillo. Baña a tu perro solo cuando sea absolutamente necesario y hazlo con un champú suave para perros.
Examínale regularmente las grandes orejas y, si es necesario, límpiaselas con un producto especial. Si tiene las uñas muy largas, córtaselas con un cortaúñas para perros. Si no sabes cómo hacerlo, pídele al veterinario que te enseñe. Puedes prevenir las uñas largas haciendo que tu peludo camine por diferentes superficies.
Hay gente que le lava los dientes a su perro a diario. Si acostumbras al cachorro al contacto con el cepillo y la pasta de dientes para perros, tendrás muchas posibilidades de prevenir el sarro.
Pese a su testarudez, este perro es muy sencillo y es apto incluso para principiantes. Además, encaja estupendamente en una familia porque se lleva bien con los niños y es apegado a las personas.
También es adecuado para personas menos deportistas. En efecto, aunque le gusta salir, el welsh corgi no es ningún deportista de élite debido a sus patas cortas. Por lo tanto, no necesita hacer tanto ejercicio como otras razas.
Además, puede vivir en un piso de ciudad. Sin embargo, es mejor llevarlo en brazos si no hay ascensor porque subir escaleras frecuentemente podría ser perjudicial para él.
¿Crees que el welsh corgi puede ser el perro que buscas? ¡Genial! No obstante, recuerda que adoptar un perro conlleva una gran responsabilidad durante mucho tiempo, con suerte.
Un corgi requiere atenciones y ejercicio a diario. Además, reflexiona sobre los gastos regulares que un perro supone. Estos no solo incluyen un alimento de calidad, sino el seguro de responsabilidad civil y las visitas al veterinario. Lógicamente, estos últimos pueden dispararse si el perro se pone enfermo. Por eso, conviene que estés preparado y que tengas un colchón financiero para estos supuestos.
Por último, piensa en quién se ocupará de él si te pones enfermo/a o durante las vacaciones. Esto es, claro, si no quieres llevártelo contigo, algo que actualmente ya no supone ningún problema en muchos hoteles, siempre que esté bien educado.
Un welsh corgi necesita cosas que faciliten el día a día, que incluyen el equipamiento para el piso o casa. Tu peludo necesita un lugar de descanso cómodo en forma de cama o cesta. También conviene que compres mantas, ya que la mayoría de perros usan más de un sitio para dormir.
Otro elemento importante son los comederos y bebederos. Decide si prefieres un arnés o un collar para los paseos y compra una correa adecuada. También puede ser una buena idea comprar una correa extensible o de rastreo para el adiestramiento.
Compra juguetes variados para tu peludo y, si tienes coche, artículos de protección para el transporte. Puedes elegir entre un transportín robusto, una reja y un cinturón para perros.
También necesitarás un equipamiento básico para los cuidados del peludo, incluidos cepillos, pinzas quitagarrapatas, cortaúñas y productos de higiene auricular.
Estos perritos suelen tener mucha hambre y, por eso, debes controlarle el peso a tu corgi. Si no lo ves claro mirándole la cintura, pésalo una vez al mes.
A esta raza le cuesta bastante mantener el peso y adelgazar. De hecho, los corgis son propensos a la voracidad y aprovechan cualquier oportunidad para llevarse algo a la boca.
Guarda bien la comida y nunca cedas cuando te mendigue comida a la mesa. Si le das chucherías, apártalas por la mañana para todo el día. Réstalas de la ración de comida diaria y haz que aguante con esta cantidad. No te limites a los snacks para recompensarlo, ya que los juegos y las caricias también son una buena recompensa.
Compra comida de buena calidad con un alto contenido de carne que lo sacie durante mucho tiempo. Si ves que empieza a ganar peso, nunca recurras a la dieta del hambre. En lugar de eso, reduce la cantidad de comida al sesenta por ciento.
Pese a ser paticorto, al welsh corgi le gusta estar activo, lo que refleja su naturaleza de perro pastor. Sal con él a diario por la naturaleza y busca una actividad que lo estimule física y mentalmente.
Es lógico que este perro no puede acompañarte en largas rutas en bicicleta ni puede dar grandes saltos. Sin embargo, la rapidez del welsh corgi no deja de asombrar a quienes lo ven en acción por primera vez.
Por eso, los deportes caninos son una excelente opción. Por ejemplo, podéis practicar agility adaptado a su tamaño, dog dancing u obediencia, lo que se ajuste a sus ganas de aprender. También puedes estimular su mente con el adiestramiento con clicker. Además, un corgi adulto puede acompañarte en rutas cortas de footing. Sin embargo, no necesita correr largas carreras para ser feliz.
Aparte de su tendencia al sobrepeso, el welsh corgi es una raza muy sana con apenas predisposición a enfermedades hereditarias. Sin embargo, su cuerpo alargado hace que corra más riesgo de sufrir problemas de columna, artritis y mielopatía degenerativa.
Con unos buenos cuidados, un welsh corgi puede vivir catorce años o más.
Si te has enamorado de la raza, deberás buscar mucho para encontrar un ejemplar en función de dónde vivas. Fuera del Reino Unido es muy difícil encontrar estos perros.
Por ejemplo, en España solo nacen unos treinta cachorros de media al año. En cambio, la variedad de Pembroke es algo más frecuente en nuestro país.
Por lo tanto, es muy posible que tengas que esperar mucho y recorrer muchos kilómetros para conseguir uno. Los clubes de perros pastores británicos pueden ayudarte a buscar criadores y a ponerte en contacto con ellos. Además, este es el mejor punto de partida si quieres adoptar un welsh corgi adulto. De hecho, es muy poco probable que encuentres uno en las protectoras de animales debido a su rareza.
El criador te entregará al cachorro como mínimo con ocho semanas de vida. Para entonces, llevará el chip y estará varias veces desparasitado y vacunado. No te olvides de ponerle las vacunas de recuerdo. Además, te darán el pedigrí oficial emitido por una asociación de cría y un pasaporte para animales de la UE. También es posible que te entreguen un poco de su comida habitual y quizá su manta preferida. Así, la llegada a tu casa será más amena.
Un criador responsable (nunca compres a uno que no lo sea) suele permanecer a tu disposición después de la compra para responder a tus preguntas. Aunque no necesites ayuda, se alegrará de que lo informes sobre cómo evoluciona el pequeñín.
Un welsh corgi de cría seria suele costar entre 1200 y 1500 euros.
Los orígenes exactos del perro enano galés (traducción de welsh corgi) no los conoce nadie. Lo que está claro es que sus raíces se remontan a mucho tiempo atrás. Ya en la Edad Media se tenían perros de patas cortas para arrear el ganado. Entre ellos, probablemente se encontraban los antepasados del welsh corgi, que estaría emparentado con el teckel a través de ellos.
Estos perros pequeños, pero despabilados, mantenían a raya a las vacas u ovejas mordiéndoles los empeines. El welsh corgi se presentó en una exhibición por primera vez en 1892.
El Kennel Club británico reconoció la raza en 1925, reconocimiento que incluía tanto al welsh corgi de Cardigan como al de Pembroke. Después de un tira y afloja que duró varios años, en 1934 se reconoció a las dos razas por separado.
Por cierto: Cardigan no viene de la prenda de ropa, sino del condado histórico galés de Ceredigion (Cardiganshire).
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