Terrier de Norfolk

Terrier de Norfolk

El terrier de Norfolk es uno de los terriers más pequeños y tiene un carácter cariñoso y tranquilo. Antiguamente se utilizaba para cazar ratas y en la actualidad es un perro familiar apreciado. Gracias a su reducido tamaño y capacidad de adaptación, es un compañero sencillo.

Carácter

El terrier de Norfolk y el de Norwich comparten historia y solo se diferencian por la posición de las orejas. De hecho, son los únicos terriers que se describen en el estándar explícitamente como no pendencieros. A diferencia de muchos otros terriers, el de Norfolk no es nada camorrista y se puede tener en grupo perfectamente.

Listo, vivaracho y encantador

Al terrier de Norfolk le encanta jugar, retozar y hacer mimitos con otros perros o las personas de su entorno. Le entusiasma hacer cosas en grupo y se muestra muy resistente y adaptable. Gracias a su rapidez de comprensión, entiende enseguida lo que se le pide y se somete de buena gana. Es pacífico y no presenta tendencia a la dominancia, algo que a veces da problemas con otros terriers.

Adiestramiento

Pese a todo esto, este perro requiere un adiestramiento perseverante. Al fin y al cabo, sabe engatusar con sus encantos, con consecuencias indeseables si se descuida el adiestramiento. Pese a su reducido tamaño, tiene una gran confianza en sí mismo que puede motivarlo a tomar las riendas. Si sabes mostrarle sus límites con cariño y decisión desde el principio, no tendrás muchos problemas.

¿Apto para familias con niños?

Su simpatía, bondad y naturaleza juguetona combinadas con su reducido tamaño lo convierten en un perro ideal para familias. Sin embargo, los niños deben tratarlo siempre con respeto. Al fin y al cabo, todos los perros pueden perder la paciencia si los agobian.

No solo es un compañero de juegos y un amigo fiel para su familia, sino también un buen perro guardián. Ladra si detecta desconocidos o ruidos inusuales y defiende a su familia en caso de emergencia con valor e intrepidez.

Aspecto

Con una altura de cruz de 25-26 cm y un peso de 5-7 kg, este es uno de los terriers más pequeños y ligeros. No obstante, da la impresión de ser muy fuerte y resistente. Su pelo corto, áspero y ceñido es de tipo alambre como en la mayoría de terriers y le confiere su aspecto natural y robusto.

Enanito compacto de orejas dobladas

La única diferencia con el terrier de Norwich son las orejas medianas en forma de uve. A diferencia de las orejas erguidas del Norwich terrier, las del Norfolk terrier están dobladas hacia delante y pegadas a las mejillas. Este perrito de lomo corto y huesos fuertes puede presentar cualquier tonalidad de rojo, trigo, negro y fuego o grisáceo. Sin embargo, la coloración más conocida probablemente sea la roja.

Terrier de Norfolk © Callalloo Twisty / stock.adobe.com

Historia

El terrier de Norfolk es la variante de orejas dobladas del terrier de Norwich, de orejas erguidas. Durante mucho tiempo estuvo asignado a la raza de este último. No fue hasta 1964 que se decidió separar los dos tipos en dos razas según la posición de las orejas. El terrier de orejas erguidas mantuvo el nombre de Norwich y el de orejas dobladas recibió el nuevo nombre terrier de Norfolk por su origen en el condado inglés homónimo. En EE. UU. no se empezó a diferenciar entre el terrier de Norfolk y el de Norwich hasta 1979.

Cazador de ratas local

Hasta la división de las razas, la historia de ambas fue exactamente la misma. Los dos procedían del condado inglés de Norfolk, situado en la costa este de Inglaterra. De hecho, Norwich es el nombre de una ciudad de este condado. Los esfuerzos de muchos criadores ingleses del siglo XIX por criar versiones de terriers locales para varias tareas no se detuvo ante Norfolk, que en aquella época era básicamente campo agrícola. El mayor problema de los productores de cereales autóctonos eran las ratas, conejos y ratones que destruían las cosechas. Los pequeños, hábiles y valientes terriers criados como cazadores de alimañas los ayudaban a resolver el problema.

Primeras crías de dueños de cuadras

Estos perros enseguida se hicieron famosos como cazadores de parásitos duros y eficaces. De hecho, se utilizaban incluso para la caza de zorros. Había quienes tenían varios y ayudaban a los granjeros con las plagas de ratas por un precio. Estos terriers que alejaban a los indeseables roedores estaban particularmente demandados entre los dueños de caballerizas. Por eso, alrededor de 1880 eran principalmente estos los que se dedicaban a la cría específica de estos codiciados perros. Gracias a sus excelentes cualidades para el trabajo, su simpatía y su manejabilidad, enseguida se convirtieron en compañeros apreciados.

Variedad de nombres

La cría de estos perros locales fue de todo menos ordenada al principio. Así pues, no tenían ni un nombre unificado ni un estándar común. Los resultados de cada cría, en las que se cruzaban varios tipos de terriers, como el yorkshire o el irlandés, se llamaban a veces cantab terrier y a veces trumpington terrier. Además, presentaban una forma y tamaño muy diferentes. Incluso llegaron a llamarse jones terrier cuando el criador Frank Jones exportó los primeros ejemplares a EE. UU. en 1914.

Separación de perros de orejas erguidas y dobladas

La unión de las distintas variantes sucedió en 1932, cuando se fundó el club del terrier de Norwich en Inglaterra. Este se encargaba tanto de la variante de orejas erguidas como de la de orejas dobladas. Sin embargo, el apareamiento de perros con distintas posiciones de las orejas se rechazó desde el principio. El motivo es que las orejas de las crías que no estaban ni erguidas ni dobladas se consideraban mezclas feas. La separación de ambas variedades en 1964 fue la consecuencia lógica.

Consolidación de la raza tras la Segunda Guerra Mundial

Durante la Segunda Guerra Mundial, muchos cuidadores se vieron obligados a interrumpir la cría. En aquella época, la perrera de Colonsay fue la única que mantuvo la cría de la variante de orejas dobladas. Así pues, fue la responsable de la supervivencia del posterior terrier de Norfolk. En la década de 1950 hubo otras perreras que se unieron a la cría de esta raza. La de Gotoground de Esmée O’Hanlon fue la que más influyó en el aspecto y carácter de la raza actual.

Cría y compra

El terrier de Norfolk es actualmente una raza rara en comparación con otros terriers. Así pues, la búsqueda de un criador adecuado que espere cachorros puede llevar un tiempo. A esto se añade que normalmente nacen pocos cachorros por camada. Si te interesa comprarte un perro de esta raza, puedes aprovechar el tiempo de espera. Después de todo, la decisión de comprar un perro se debe reflexionar bien y planificar con toda la familia. ¿Tenéis suficiente tiempo para dedicarle? ¿Quién lo sacará a pasear y quién se encargará de él cuando tú no puedas?

¿Cómo encuentro a un criador adecuado?

Si toda la familia está de acuerdo, ya puedes ponerte a buscar un criador adecuado. Lo ideal es que pertenezca a un club oficial de terrier y que tenga mucha experiencia con la raza. No obstante, los certificados, distinciones y afiliaciones no son suficientes. Queda en persona con el criador y hazte una idea del criadero y los perros in situ. Hablando con el criador aprenderás muchas cosas sobre la raza en general y sus animales en concreto. ¿Tus ideas coinciden con las suyas? ¿Está enfocado en perros de exposición bonitos o perros de trabajo robustos, pero tú buscas uno familiar mimoso y apegado? Es importante que tengas buenas sensaciones al elegir al criador y que haya química a nivel personal, no solo comercial.

Salud y enfermedades típicas de la raza

Otro criterio que debes tener en cuenta a la hora de buscar criador es la prevención sanitaria de los perros. ¿Los padres se han sometido a pruebas de enfermedades hereditarias? ¿Los cachorros están vacunados y desparasitados? ¿Un veterinario les ha realizado los chequeos más importantes a los cachorros? Aunque el terrier de Norfolk goza de una salud de hierro y no se le conocen enfermedades típicas, hay que tomarse en serio la salud de la raza.

Terrier de Norfolk © Ricant Images / stock.adobe.com

Alimentación

El Norfolk terrier es un perro sano y robusto que puede vivir tranquilamente quince años. Para que se mantenga en forma y vital todos estos años, debe recibir una alimentación sana y equilibrada. Más importante que el tipo de comida —pienso, comida húmeda, comida casera o barf— es la cuestión de los componentes. Estos deben adaptarse a las necesidades específicas del perro y pueden variar según la edad, la constitución y el peso. La dieta de un perro debe contener suficiente carne o pescado de calidad que le proporcione las proteínas que necesita. Además, debe comer fruta, verdura y arroz. Si preparas la comida personalmente, debes incluir las grasas importantes, p. ej., con aceite de pescado rico en ácidos grasos omega.

Ayuda del criador o el veterinario

Si no estás seguro/a de qué comida y cantidad necesita tu perro, habla con el criador o el veterinario. Conociendo a tu perro, el veterinario podrá ofrecerte una visión general de sus necesidades. Los criadores tienen mucha experiencia en la alimentación de la raza y pueden darte muchos consejos prácticos.

Cuidado del pelo

El pelaje áspero del Norfolk terrier es muy fácil de cuidar, pero hay que cepillárselo regularmente. Además, de vez en cuando conviene arrancar los pelos muertos con los dedos. Para mantener la forma y el aspecto, basta con llevarlo una o dos veces al año a la peluquería canina para le hagan el trimming.

Programa de cuidados

Los oídos, dientes, ojos y uñas también requieren cuidados y controles periódicos. Cuando le limpies los oídos y los dientes, y le cortes las uñas, aprovecha para examinarlo a fondo en busca de posibles alteraciones que puedan ser signo de enfermedades.

Tenencia

Aunque al terrier de Norfolk le gusta mucho moverse, es poco exigente en cuanto a su tenencia. Así pues, puede vivir tanto en un piso pequeño de ciudad como en una casa grande con jardín. Lo importante es que, viva donde viva, pueda salir lo suficiente y desfogarse de lo lindo. El dinamismo y la resistencia de este perro no deben subestimarse, Lo mejor para él es vivir con alguien que disfrute haciendo senderismo, ciclismo, equitación o excursiones con su perro. Tampoco le hace ascos a los deportes caninos.

Lo importante es hacer cosas

Hagas lo que hagas con tu perro, lo importante es que pase mucho tiempo contigo y ejercite cuerpo y mente. Además, es tan apegado que no le sienta bien estar mucho tiempo solo. De todos modos, esto no es necesario con el terrier de Norfolk. Gracias a su reducido tamaño y a su simpatía, podrás llevártelo contigo prácticamente a cualquier sitio. De hecho, en general podrás llevarlo en tu regazo en los viajes en avión.

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