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El shar pei chino, con sus características arrugas y orejitas en forma de concha, es un perro tranquilo, pero testarudo, que necesita un liderazgo consecuente y un vínculo familiar estrecho.
Dentro de la FCI, esta raza de perro china tan poco común pertenece al grupo de los molosoides. Al igual que estos perros, el shar pei también irradia paz y serenidad. Con su familia y, particularmente, su persona de referencia, a la que está muy apegado, se muestra fiel y cariñoso. Aunque es poco juguetón, su bondad y su serenidad estoica hacen que sea perfecto para familias con niños.
En cambio, frente a otros perros o animales se muestra menos indulgente. Cuando se encuentra con sus congéneres, la serenidad del shar pei, normalmente pacífico, brilla por su ausencia. A veces muestra una conducta marcadamente dominante que, combinada con su energía y valor, puede tener consecuencias desagradables para otros perros, sobre todo si son más pequeños que él. Por eso, una socialización temprana y exhaustiva junto con un adiestramiento consecuente son absolutamente esenciales. Con el adiestramiento correcto, el inteligente y orgulloso shar pei puede aprender a controlarse y no dejarse provocar.
Para que sea un perro familiar más sociable, este perro individual y sensible necesita un buen adiestramiento y un vínculo familiar estrecho. Es impensable que este perro tan obstinado y apegado a las personas viva en una perrera. Si se lo excluye de esta manera, pronto buscará sus propias conductas, que a buen seguro no entran en los planes de su cuidador. La cercanía a su persona de referencia y su familia la agradecerá con una gran fidelidad y confianza. En un núcleo familiar, este perro tan serio se muestra divertido y cariñoso.
Además, el shar pei es un perro guardián eficaz que protege a su familia con gran atención y aplomo. Aunque al principio se muestra reservado ante los desconocidos, es suficientemente valiente y seguro de sí mismo como para defender a su familia si la situación lo requiere. Es responsabilidad del cuidador mostrar al shar pei cuándo hay un peligro y cuándo se puede relajar. Contar con ciertos conocimientos y suficiente soberanía es una ventaja. Lo que está claro es que con este individualista polifacético no te aburrirás.
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No solo sus aparentes contradicciones de carácter son lo que hacen que el perro shar pei sea tan especial. Ya solo con mirarlo por fuera salta a la vista que la raza shar pei es muy poco común. El estándar chino lo define así: «Orejas como conchas, nariz como una mariposa, cabeza grande como un melón, cara de abuela, cuello como el de un hipopótamo, trasero como el de un caballo y patas como las de un dragón».
Llaman la atención las arrugas de la cabeza y el lomo, que le han valido el apodo de perro chino arrugado. Sin embargo, las características arrugas no deben favorecerse artificialmente en la cría, como pasaba antes. Después de todo, es originalmente un perro de trabajo, cuya libertad de movimiento no debe verse limitada por colgajos exagerados. Actualmente, solo los cachorros presentan arrugas exageradas, ya que el pelo parece excesivo para su cuerpecito. Como adulto, el cuerpo ya se ha adaptado al pelaje y presenta pocas arrugas en la cabeza y la cruz.
Los machos alcanzan una altura de cruz de 51 cm y las hembras, de 48 cm como máximo. En función de la estatura, un shar pei adulto puede pesar entre 18 y 25 kg. Actualmente, la raza shar pei es algo más voluminosa que en el pasado. La gran cabeza del perro refuerza esta impresión. Las típicas orejas, muy pegadas y en forma de concha, parecen muy pequeñas en comparación.
La cola enroscada y la lengua azul, que sugiere un parentesco con el chow chow, también son características del shar pei.
El shar pei puede ser de muchos colores. Excepto el blanco, se admiten todos. Así pues, puede ser negro oscuro, gris apagado, marrón rojizo brillante o de tonos arena y crema claros. También se permiten sombreados oscuros a lo largo del lomo, en las orejas y en la cola. En pelo siempre es corto, áspero e hirsuto y no tiene subpelo térmico. Por eso, el shar pei no tolera el frío ni el agua.
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La particularidad de esta raza china también se puede demostrar a nivel biológico. El shar pei pertenece a las llamadas ancient breeds (razas antiguas), que se diferencian enormemente de otras a nivel genético. Los perros de este tipo ya existían hace 2000 años en las provincias del sur de China. Aunque su origen exacto no está claro, hay imágenes y hallazgos que la sitúan en la dinastía Han (entre el 206 a C. y el 220 d. C.).
A diferencia del carlino, con el que comparte la patria, China, y una larga historia, el hogar del shar pei no estaba en los palacios del emperador, sino en las fincas de granjeros y pescadores pobres. Lo utilizaban para custodiar la granja, pastorear los animales y cazar animales pequeños y ratas. Hoy día, esta raza versátil conserva cierto instinto de caza, que requiere precauciones especiales cuando se lo lleva sin correa.
A pesar de su larga historia, el shar pei sigue siendo una raza rara que era desconocida fuera de China. Incluso en China se habría extinguido hace décadas si no fuera porque el criador hongkonés Matgo Law se esforzó muchísimo por salvarla. El comunismo emergente, que rechazaba la tenencia del shar pei por ser un lujo innecesario, había diezmado los ejemplares considerablemente. En 1976 solo existían 145 en el mundo, lo que convirtió a la raza en la más rara del planeta. Horrorizado por estas cifras, el amante del perro shar pei Law acudió a colegas estadounidenses. Gracias a una gran campaña de marketing que estos hicieron, el shar pei adquirió popularidad en EE. UU. Se iniciaron programas de cría exitosos y la población de esta raza china se recuperó lentamente.
Actualmente, en Europa también se encuentran criadores de esta peculiar raza. Sin embargo, la selección de perros de cría adecuados sigue siendo limitada. Para prevenir enfermedades típicas de la raza se requieren controles minuciosos de asociaciones y una gran responsabilidad de los criadores.
La lucha se dirige principalmente a los problemas cutáneos genéticos (p. ej., la mucinosis idiopática) y la fiebre familiar del shar pei (FSF).
La fiebre familiar del shar pei se parece a la fiebre mediterránea familiar humana y es común en esta raza. Los accesos de fiebre alta recurrentes de la FSF, a menudo acompañados de inflamación articular e hinchazón en el hocico, causan a muchos perros la llamada amiloidosis. Esta, a su vez, puede provocar una muerte prematura por un fallo renal.
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Antes de comprar un cachorro, el criador debe garantizarte que los padres y los cachorros no tienen defectos genéticos ni enfermedades hereditarias. A los criadores serios, que suelen pertenecer a una asociación y crían según el estándar vigente de la FCI, se les pide que examinen a sus perros para detectar diferentes enfermedades. Estas incluyen problemas esqueléticos, como displasia de cadera y codo, luxación rotular y predisposiciones genéticas a enfermedades cutáneas y la FSF. Mediante una tipificación de ADN se pueden detectar y documentar posibles enfermedades hereditarias de manera precoz. La aceptación y evaluación de una camada suele llevarlas a cabo un inspector independiente.
Es evidente que un cachorro tan controlado y sano no se puede comprar a precio de ganga. Así pues, el antiguo perro de los pobres de un criador serio puede costar 2000 euros o más. Aunque este precio sea muy alto en comparación con otras razas más comunes, de este modo contribuyes a mantener la salud de esta raza tan extraordinaria y poco común.
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Un cachorro que haya aprobado todos los exámenes necesarios y esté libre de enfermedades hereditarias tiene muchas posibilidades de vivir una vida larga y sana. Lo mayor y ágil que se pueda hacer no solo depende de su ADN, sino también de las condiciones de tenencia, los cuidados y la alimentación. Como con cualquier otro perro, la comida del shar pei debe ser equilibrada y de buena calidad. Una de las cosas más importantes a tener en cuenta es la cantidad correcta de proteínas. Las proteínas son la fuente de energía más importante para los perros y no deben faltar en el comedero. Sin embargo, una cantidad excesiva puede provocarle al shar pei problemas renales y articulares. Esto es así porque su cuerpo no puede expulsar el exceso de proteína. Apuesta por la carne y el pescado digeribles y de calidad como fuente de proteína y compleméntalos con muchas verduras.
La demanda nutricional del shar pei depende de su edad, estado de salud, peso y nivel de actividad. Así pues, un alimento ideal para un shar pei puede ser insuficiente para otro. En caso de duda, pide consejo al veterinario, al criador o a un experto en alimentación canina. Ellos podrán informarte sobre la mezcla de nutrientes que necesita tu perro. Dado que, en general, el shar pei es un perro cómodo sin demasiada necesidad de ejercicio, algunos tienden al sobrepeso. Esto puede causarles problemas de salud graves. Por eso, aliméntalo como máximo dos veces al día y no le des snacks entre horas. Además, procura que siempre tenga suficiente agua fresca a su disposición. Esto lo ayudará a digerir la comida y a expulsar las toxinas.
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En lo que a cuidados se refiere, el perro shar pei es menos exigente. El pelo corto y áspero se suele limpiar solo y únicamente necesita un toque de vez en cuando con un paño o un cepillo. En contra de la creencia popular, las arrugas de la piel del shar pei no constituyen ningún problema. Sin embargo, para que esto sea así, las arrugas no deben ser muy marcadas, como indica el estándar, y encontrarse solo en la cabeza y el lomo. Los colgajos exagerados de los ejemplares de cría excesiva requieren controles y limpieza constantes, ya que pueden aparecer leves inflamaciones bajo los colgajos.
En lo que a ejercicio físico se refiere, es igual de poco exigente que en cuanto a los cuidados. A este perro tan comodón no le gusta hacer demasiados esfuerzos, por lo que es raro encontrarlo en los deportes caninos. No obstante, debes darle la oportunidad de moverse lo suficiente a diario para prevenir el sobrepeso, entre otras cosas. Si los paseos diarios son variados y le das tiempo para husmear el entorno, lo motivarás para dar largos paseos. Eso sí, no disfrutará tanto si llueve mucho o nieva, ya que odia el frío y el agua.
La tenencia en una perrera es completamente inadecuada para estos perros tan sensibles al clima. Pero no es solo su rechazo al agua y el frío lo que hace que deba estar en una casa, sino, sobre todo, su carácter sensible y apegado a los humanos. El perro shar pei necesita estar cerca de su gente y no le gusta estar solo. Para evitar que sufra demasiado por la separación, practica con él desde cachorro dejándolo solo durante breves espacios de tiempo. Un segundo perro u otros animales domésticos no resultan de gran ayuda para cuando está solo. Después de todo, el shar pei tiene un carácter fuerte y a veces se deja provocar rápidamente por otros animales.
Para que los encuentros con otros perros sean pacíficos, una amplia socialización del cachorro es muy recomendable. Cuanto antes entre en contacto con otras personas y animales, menos se alterará cuando sea adulto. Es importante que seas paciente y cuidadoso, y que no agobies al shar pei con el adiestramiento. Un cuidador con experiencia que encuentre el equilibrio entre comprensión y adiestramiento consecuente puede convertir a este perro tan testarudo en un compañero agradable, cariñoso y fiel que velará siempre por su familia.
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