La graciosa belleza del setter irlandés lo ha convertido en un auténtico trendsetter. Sin embargo, esta gran popularidad no siempre ha beneficiado a este elegante cazador. Más de uno no ha tenido en cuenta que adoptar un setter irlandés no solo requiere experiencia, sino una inversión de tiempo enorme si no se utiliza como perro de caza.
Cazador con encanto
Una mirada a los preciosos ojos de un setter basta para que se te derrita el corazón. Sin duda, el setter irlandés es uno de los perros de caza más elegantes que hay. Esto se debe al largo y sedoso pelo castaño rojizo y ojos oscuros, pero también a su bonita constitución. Su cabeza larga y esbelta se posa sobre un cuello musculoso. Las mullidas orejas colgantes, las cejas definidas y el stop marcado subrayan aún más su elegancia. Tiene las extremidades nervudas y una cola de longitud media y de inserción más bien baja. Las patas y el vientre son más peludos. Estos perros pesan unos 30 kg y están bien proporcionados. La altura de cruz puede alcanzar los 70 cm.
Perro de caza del siglo XIX
Como los demás setters (gordon setter, setter irlandés rojo y blanco, y setter inglés), el setter irlandés es un perro de muestra. Estos señalan que han encontrado un animal salvaje deteniéndose, de modo que el cazador pueda capturarlo antes de la finta. Además, no solo se quedan de pie, sino que se sientan para mostrar la caza; de ahí el nombre setter.
El setter irlandés era muy popular en la caza de becadas y patos. La raza surgió a principios del siglo XIX en Irlanda. Probablemente se cruzaron setters autóctonos con spaniels franceses y pointers británicos. Al inicio de la cría, los setters rojos y blanquirrojos aún eran una raza común en ciernes. En 1874, ambas variantes se expusieron por primera vez en Dublín. Dos años después, el Ulster Irish Red Setter Club reunió las dos bajo el nombre setter irlandés. Sin embargo, a partir de 1882 solo se reconocía al setter rojo, lo que se estipuló en el primer estándar del Irish Red Setter Club en 1886. Aparte de las líneas de trabajo, destinadas únicamente a cuidadores ambiciosos o cazadores, actualmente también existen líneas de exhibición. Estas requieren menos ejercicio y suelen tener más pelo. No obstante, incluso estas líneas requieren pasión por el trabajo en común con el perro.
Carácter polifacético
En casa, un setter irlandés suele ser un perro discreto, más bien reservado, cariñoso y dócil. Sin embargo, en cuanto pone una pata fuera, oye la llamada de la naturaleza. Tras su elegante aspecto se esconde un excelente cazador que quiere dar rienda suelta a su pasión regularmente. Si detecta el rastro de una liebre en la linde del bosque, olvida sus buenas maneras y echa a correr en cuanto ve la oportunidad. Frente a los extraños suele mostrarse atento, pero abierto. Además, en general se lleva bien con otros perros. Al irish setter le encanta que lo acaricien después de un trabajo bien hecho. En realidad, se puede convertir en un verdadero gatito mimoso. Sin embargo, siempre conservará cierta independencia. Si respetas esto y puedes ofrecerle las actividades que necesita, tendrás a tu lado a un amigo de por vida.
Conocimientos y perseverancia en el adiestramiento
Por su gran instinto de caza, este no es un perro para principiantes porque su adiestramiento no es nada fácil. Además de tener instinto de caza, es muy sensible y cabezota, lo que dificulta bastante la obediencia. La base del adiestramiento del setter irlandés rojo es la perseverancia combinada con la dosis correcta de empatía. Si le ofreces a tu perro una orientación clara, te seguirá de buena gana. En los perros de caza, es muy importante recordar que solo un animal estimulado puede estar bien educado. Así pues, un entretenimiento acorde a la especie también desempeña un papel esencial en el adiestramiento. Además, las actividades conjuntas refuerzan el vínculo, lo que, a su vez, facilita el adiestramiento. Es recomendable asistir a una escuela canina con experiencia con setters si no vas a usarlo para la caza.
Cría orientada a la salud
El setter irlandés puede ser propenso a la displasia de cadera. Esto se puede prevenir comprando cachorros exclusivamente a criadores serios. Estos solo utilizan animales con caderas intactas, por lo que el peligro se reduce al mínimo. Además, debes procurar que el perro no tenga sobrepeso, ya que este favorece los problemas de articulaciones. También hay líneas que son propensas a la atrofia progresiva de retina (PRA). En esta enfermedad, la retina muere, lo que conduce a la ceguera total del perro a corto o largo plazo. Sin embargo, existe un test genético para el setter irlandés con el que puede descartarse la PRA genética. También aquí se demuestran los conocimientos y el compromiso de los criadores. Un setter irlandés sano puede vivir entre doce y catorce años.
Alimentación
Como cualquier otro perro, este cazador tan deportista necesita un alimento compuesto principalmente por carne. De hecho, el estómago de los perros está diseñado para asimilar proteínas animales de buena calidad. Independientemente de si eliges pienso o comida húmeda, compra un alimento cuyo ingrediente principal sea la carne. Lo que no debe contener son cereales. Otro argumento a favor de una alimentación sin cereales es que el setter irlandés es sensible al gluten.
Si vas a cambiarle la comida, hazlo paulatinamente, mezclando cada día un poco más de la nueva con la antigua. Es conveniente acostumbrarlo a varios tipos de la misma calidad. Por un lado, esto le proporciona variedad y, por otro lado, no habrá problemas si el fabricante cambia la receta. Asegúrate de que tu peludo descanse después de comer para hacer la digestión. De lo contrario, existe el peligro de que sufra una grave torsión gástrica. Los setters que no hacen mucho ejercicio son los más propensos a tener sobrepeso. Por eso, ten controlada la cintura de tu perro y actúa en caso de que engorde. Además, tu peludo siempre debe tener agua fresca a su disposición.
Cuidados de belleza y bienestar
Se requiere un trabajo constante para mantener la belleza del pelo sedoso del irish setter. Cepíllaselo todos los días para prevenir enredos. Como no tiene subpelo y, por tanto, apenas pelecha, este ritual no es demasiado laborioso. También es importante que le cuides los oídos, ya que las orejas caídas del setter irlandés son muy sensibles a inflamaciones e infestaciones parasitarias por el clima cálido y húmedo que reina en ellas. Cuando sea necesario, límpiale los oídos con un producto especial.
Además, inspecciónale las uñas periódicamente. Los perros mayores o los que no caminan por suelos asfaltados no se las desgastan lo suficiente. Por eso, corren peligro de hacerse daño. Si no sabes cómo hacerlo, pídele al veterinario que te enseñe. Después, podrás cortárselas tú mismo con un cortaúñas para perros. Mucha gente ha acostumbrado a su perro a lavarle los dientes a diario. Esta es una buena manera de prevenir el sarro y las enfermedades asociadas hasta una edad avanzada. Si quieres hacerlo, acostúmbralo desde cachorro a este ritual diario con cepillo y pasta especiales para perros.
Ejercicio físico y mental
Ya habrás adivinado que la actividad preferida del setter irlandés es la caza. Sin embargo, también puedes hacerlo feliz sin la caza. En cualquier caso, este perro necesita mucho ejercicio al aire libre, independientemente del clima. Por ejemplo, cuando sea adulto puede acompañarte a correr o montar en bicicleta, siempre adaptando la ruta al perro. No obstante, no solo hay que fomentar el ejercicio físico de este perro, sino también estimular su cabecita. Para ello, los deportes caninos como el mantrailing o los juegos de husmear son ideales, en interiores o en exteriores. A este perro también se le da bien jugar a traer la pelota, el agility y el flyball. Como ves, hay un montón de opciones para entretener al setter irlandés rojo.
Los juegos de inteligencia para perros son una buena manera de ofrecerle variedad en casa. Prueba a ver qué os divierte más a los dos. Después de trabajar o jugar, al setter irlandés le gusta relajarse con su persona de referencia, caricias incluidas.
¿Encaja conmigo?
Muchos se enamoran de estos preciosos perros, pero pocos pueden ofrecerle una tenencia acorde a la especie. Es ideal para personas deportistas con experiencia o cazadores activos. Si cumples estos requisitos, este perro también puede vivir con una familia. Sin embargo, es mejor que los niños sean un poco mayores y que sepan tratar a los animales con respeto. Este peludo se lleva de maravilla con los niños y entabla una amistad preciosa con ellos. Lógicamente, antes de adoptar un setter irlandés deberás asegurarte de que nadie de la familia sea alérgico. Además, todos los miembros deberán estar de acuerdo con la adopción, incluida la inversión de tiempo que un perro requiere. El irish setter no es un perro de ciudad, sino que necesita mucha naturaleza a su alrededor. Lo ideal sería un jardín vallado donde pueda olfatear sin peligro de que huya para perseguir al gato del vecino.
Además, a este perro no le gusta estar solo, algo que debes tener en cuenta antes de adoptarlo. Necesita un vínculo familiar y alguien que lo cuide como es debido cuando tú estés enfermo/a o de vacaciones. Si haces unas vacaciones de senderismo, lo ideal sería que te lo llevaras para vivir aventuras juntos. Otro aspecto a tener en cuenta, aparte de la inversión de tiempo, son los gastos en los que incurrirás. Por un lado está el precio de compra a un criador serio y el equipamiento básico (camas, pinzas quitagarrapatas, etc.). Por otro lado, deberás invertir en un alimento de calidad con un alto contenido de carne, las visitas al veterinario y el seguro de responsabilidad civil.
¿Dónde puedo encontrar un setter irlandés?
Si quieres comprar un cachorro, acude solo a criadores que estén afiliados a una asociación y cumplan sus normas. No te dejes persuadir por personas que críen sin pertenecer a un club. Sus argumentos suelen ser bastante sospechosos: «Los papeles son una pérdida de tiempo» o «Sin asociación también les va bien». No obstante, la pertenencia a una asociación es un requisito mínimo para comprar un cachorro. Además, los criadores serios pueden demostrar las pruebas de salud, por ejemplo, de las caderas de los padres. Esto minimiza el peligro de displasia de cadera de los cachorros.
El criador deberá recibirte en su casa, donde podrás conocer a los cachorros y a los padres sin compromiso. Los padres deben tener un aspecto sereno y cordial. Además, un buen criador responderá a todas tus preguntas sobre el carácter y el tipo. Sin embargo, también te examinará a ti con lupa en cuanto a tus expectativas y experiencia con perros. Esto es una buena señal porque demuestra que le importan sus cachorros. Un cachorro no debe separarse de su madre hasta las ocho semanas de vida, como mínimo. Cuando te lo entreguen, estará vacunado y varias veces desparasitado. Además, contará con el chip y una cartilla de vacunación. También es frecuente que el criador te dé raciones de su comida y, a veces, su peluche o manta preferidos. Así, la despedida de su antiguo hogar no es tan dura.
Si quieres adoptar un setter irlandés adulto, te recomendamos que busques en internet. Sin embargo, la probabilidad de encontrar uno en una protectora de animales es bastante baja. No obstante, vale la pena hacer una visita y, quizá, dejarse engatusar por un encantador cruce de setter. También existen asociaciones de setters dedicadas a la adopción de estos perros de caza. Ponte en contacto con una de ellas para averiguar si tienen algún peludo de segunda mano que encaje contigo.