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El puggle es un perro de diseño en el que se han cruzado dos razas establecidas. La idea era aunar lo mejor de ambas razas. Se trata del cruce entre el carlino (pug en inglés) y el beagle.
El perro puggle no es una raza con estándar unificado, sino una mezcla. Por eso, nunca se sabe a ciencia cierta qué características se impondrán en el perro. El puggle tiene el pelo corto y liso. Suele ser beis con una máscara de carlino negra, pero también puede ser marrón, plateado o negro. Estos perros pesan entre siete y veinte kilos, y son de complexión fuerte. Tienen las orejas caídas y una cabeza que recuerda al carlino, sin la cara plana. Además, suelen tener menos arrugas.
El perro de diseño más famoso es el labradoodle. El creador, Wally Conron, tuvo la idea de cruzar un caniche y un labrador en la década de 1980. Su objetivo era criar un perro guía que no pelechara para ciegos con alergia a los perros. Más tarde, Conron expresó su arrepentimiento. En efecto, a finales del siglo XX empezaron a salir perros híbridos de debajo de las piedras. El problema era que no se hacía una selección exhaustiva de los perros. Como las razas a menudo no son muy compatibles, la evolución era imprevisible. Las enfermedades específicas se transmiten sin tener en cuenta que ahora llegan a un mestizo. Por último, muchos criadores aprovechan la fiebre de los perros de diseño para ganar dinero. Ven la oportunidad de vender perros sin papeles o con papeles falsos por un precio que a veces incluso supera el del perro de raza original.
La evolución del puggle fue similar, ya que él también nació en la década de 1980. El objetivo de la raza era compensar el desarrollo desfavorable que muchas crías de carlino habían adquirido cruzando al beagle. El deseo de los criadores era y es un perro pequeño con las cualidades positivas del carlino, pero más sano y en forma. Sin embargo, es cuestionable por qué había que mejorar al carlino cruzándolo con un perro de caza en vez de invertir en una cría del carlino saludable. El puggle (aún) no es tan conocido como el golden doodle y el labradoodle. No obstante, está ganando popularidad por su tamaño y el argumento de que es una alternativa más sana al carlino.
Con el puggle no se sabe si prevalecerán las cualidades del carlino o las del beagle. Así pues, las crías pueden ser muy variadas. Como tanto el beagle como el carlino son animales de compañía simpáticos, esta cualidad suele estar presente. En cambio, el instinto de caza es variable. En cualquier caso, practica la capacidad de responder a tu llamada en el adiestramiento desde el principio. Por lo demás, la perseverancia y el cariño son la clave del éxito, como con la educación de cualquier perro. No te dejes ablandar por sus ojitos, ya que hacer una excepción puede hacer retroceder semanas el adiestramiento. Busca una escuela canina donde el peludo pueda asistir a las sesiones para cachorros.
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Por desgracia, no es verdad que los mestizos sean automáticamente más sanos que los perros de raza. De hecho, el puggle puede llevar los genes de enfermedades típicas del carlino y el beagle. Por eso, es importante que los criadores elijan únicamente perros que se hayan sometido a las pruebas correspondientes. Una de ellas es la prueba de ADN de atrofia progresiva de retina, una enfermedad que afecta a ambas razas. Además, los beagles son propensos a la debilidad del cartílago, que puede provocar enfermedades dolorosas en los ligamentos. El puggle también puede adquirir esta predisposición. Una buena profilaxis es evitar el sobrepeso y hacer ejercicio regularmente para que pueda desfogarse sin sobrecargarse. Algunos beagles son propensos a las enfermedades tiroideas, que se tratan con hormonas y una alimentación especial.
Debido a la forma de su cara, el carlino es una raza braquicéfala, caracterizada por los ojos saltones, la cabeza redonda y el morro corto. Por desgracia, muchos tienen problemas respiratorios como consecuencia, que limitan su calidad de vida. El cruce del beagle pretende mejorar este problema en el perro puggle. Sin embargo, los antepasados de la parte de carlino de un puggle se deben examinar con lupa en este sentido. ¿El perro da una impresión saludable y puede respirar libremente? Evita los animales que provengan de antepasados de carlino de cría extrema. Un puggle sano puede vivir catorce años o más.
El beagle y el carlino tienen en común con todos los perros que su alimentación debe ser lo más proteica posible. Por tanto, dale un alimento que contenga un alto porcentaje de carne. Para ello, elige una buena comida húmeda o un pienso cuya lista de ingredientes tenga la carne en primer lugar. Estos perros son de buen comer y tienden a engordar. Como perro gregario que es, el beagle suele pasarse de rosca comiendo. Por eso, atente a las raciones diarias y pesa al puggle regularmente para combatir el sobrepeso a tiempo. Descuenta las chucherías de la ración. Los palitos para masticar y los snacks pequeños suelen ser muy calóricos. Si quieres recompensarlo con premios, hazlo con una parte de la ración de pienso o snacks dentales y carne liofilizada. De vez en cuando puedes darle oreja de vacuno deshidratada o huesos de piel de vacuno para que mastique.
El pelaje del puggle es tan fácil de cuidar como el del beagle y el carlino. Basta con cepillárselo cada equis días para eliminar los pelos sueltos. Para ello, puedes utilizar una manopla de masaje. Si lo acostumbras desde cachorro, disfrutará un montón con estos masajes cuando sea mayor. Si el puggle tiene arrugas, límpiaselas regularmente con un paño húmedo para prevenir inflamaciones. Ten a mano productos de cuidado ocular y auricular para perros por si los necesitas. Si el perro tiene suciedad en el pelo, cepíllasela cuando esté seca. Si no sale, puedes pasarle un paño húmedo. Mucha gente recomienda bañar al perro dos veces al año con un champú suave para perros. Cuando sea mayor, deberás inspeccionarle las uñas periódicamente, ya que estas no se desgastan correctamente con la edad. Unas uñas demasiado largas pueden provocar heridas dolorosas. Podrás cortárselas en casa fácilmente con un cortaúñas para perros.
Por muy pequeños que sean, muchos puggles son auténticos amantes del deporte. Esto se lo deben a su herencia del beagle. Un puggle adulto bien entrenado es apto para el agility y disfruta con muchos deportes caninos. Prueba a ver con cuál os lo pasáis mejor tú y tu peludo: juegos de cobro y rastreo, dog dancing o truquitos. Se admite todo lo que lo haga disfrutar. Normalmente, el perro puggle es mucho más dinámico que el carlino, por lo que no es apto para gente comodona. Le gusta hacer cosas contigo en la naturaleza y adora los paseos largos. Lógicamente, también disfruta de alguna que otra tarde contigo en el sofá.
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Un puggle encaja con personas que busquen un perro familiar que no tenga que quedarse solo mucho tiempo. Si está bien socializado, se lleva bien con otros perros y le gustan los niños. También puede convivir con gatos, siempre que tuviera contacto con alguno de cachorro. Si está bien educado, puedes llevártelo al trabajo sin problema y aprovechar la pausa de mediodía para sacarlo a pasear. Incluso la gente mayor a la que le guste salir puede disfrutar mucho de la compañía de un puggle.
Antes de adoptarlo, piensa en la responsabilidad que tendrás para los próximos entre diez y quince años. Es importante que toda la familia esté de acuerdo con la adopción y que nadie tenga alergia a los perros. También deberás pensar en quién se ocupará de él cuando te vayas de vacaciones. Consejo: muchos hoteles admiten perros actualmente. Por otra parte, debes reflexionar sobre el tiempo y los costes que implica tener un perro. Además del precio de compra y del equipamiento básico, tendrás gastos corrientes de comida, veterinario y seguro de responsabilidad civil.
No hay duda de que el puggle es un perro muy simpático. Sin embargo, antes de ponerte a buscar un criador, echa un vistazo a otras razas ya consolidadas. Si eres deportista y puedes ofrecerle a tu peludo mucho ejercicio, puedes informarte sobre el beagle. Gracias a su simpatía, es un perro familiar estupendo con un tamaño práctico. También puede valer la pena buscar criadores de carlino del tipo antiguo. Cada vez más criadores se alejan de los extremos y dan prioridad a la salud de sus pequeños.
Si tiene que ser un puggle sí o sí, asegúrate de que puedas ver la documentación de los padres. Averigua si la asociación es seria y si está afiliada a una federación internacional, como la FCI. Además, los padres deben haberse sometido a pruebas de enfermedades típicas de la raza. Un criador serio se alegrará de que lo visites y te dejará conocer a los cachorros en su casa. Te entregará al cachorro con ocho semanas de vida como muy pronto. Para entonces, estará varias veces vacunado y desparasitado, y contará con el chip. Evita los vendedores que no permiten ver las condiciones de tenencia de sus perros y se anuncian con precios bajos.
Una alternativa a un cachorro de puggle puede ser un perro pequeño de la protectora de animales. Si estás abierto/a a adoptar un perro adulto, echa un vistazo en estos centros. Es cierto que los perros pequeños se adoptan antes que los grandes. Sin embargo, en todas las protectoras encontrarás perritos encantadores que, por el motivo que sea, han perdido su hogar.
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