El perro de Canaán forma parte del grupo de los perros paria salvajes. Estos suelen vivir en la región afroasiática, cerca de asentamientos humanos, sin que las personas los protejan ni los alimenten. Son independientes, vigilantes y muy escépticos por naturaleza. Sin embargo, pueden establecer una relación íntima con las personas como perros familiares, siempre que confíen en ellas.
Carácter independiente
Si quieres ganarte la confianza del perro de Canaán, deberás currártelo mucho. Como perro paria primigenio que es, está acostumbrado a vivir sin depender de las personas. La sumisión y la obediencia ciega brillan por su ausencia en este animal tan inteligente e instintivo. Como mucho, nos ve como iguales, en una relación de camaradería que admite la cercanía, pero también la libertad. Un perro de Canaán es diferente de los demás perros domésticos. Debe proteger su independencia y necesita refugios. Solo si tiene garantizada esta libertad de movimiento, disfrutará de la cercanía y el vínculo con las personas.
Guardián y protector fiel a la familia
La independencia y la autonomía de este perro también son parte de su atractivo. Como hay que ganarse la confianza y el cariño del perro de Canaán y para ello se requiere mucho tacto y comprensión, el entendimiento y el vínculo entre la persona y el perro son aún más intensos después. Con una socialización temprana y un buen adiestramiento, en familia actúa como vigilante y protector fiel de todos los miembros. Su instinto de protección incluye también a otros animales domésticos, siempre que se haya acostumbrado a ellos desde el principio. Con los niños se muestra tolerante y bondadoso. No obstante, ellos deben respetarlo cuando quiera estar solo.
Dispuesto a defender, pero no a cualquier precio
Como buen guardián que es, el perro de Canaán se muestra muy desconfiado ante los desconocidos. Ladra intensamente ante ruidos inusuales, coches, vecinos, transeúntes o, simplemente, animales que se acerquen a su terreno. Con ello, demuestra inequívocamente quién es el jefe de ese territorio. Además, está dispuesto a defenderse en todo momento, aunque no suele ser agresivo. Un perro de Canaán nunca se pondría en peligro a sí mismo. Al fin y al cabo, tiene un instinto de supervivencia y huida extremadamente desarrollado.
Adiestramiento: ¿es difícil de adiestrar?
Un perro de Canaán nunca haría nada que le hiciera daño. Por eso, jamás seguirá una orden sin preguntarse antes si tiene sentido. Así pues, no se le puede pedir una obediencia ciega. Sin embargo, cuando le coge confianza a su cuidador/a y lo reconoce como líder, se muestra cooperativo y obediente. La fidelidad a su cuidador/a y su facilidad de comprensión lo convierten en un perro manso, pese a su independencia. De hecho, puede aprender obediencia básica perfectamente. No obstante, durante el adiestramiento hay que tener en cuenta su carácter primitivo. Por lo tanto, se requiere alguna que otra transigencia y trucos para convencerlo de que obedecer vale la pena. Por este motivo, no es apto para gente sin experiencia en perros.
Aspecto
El aspecto del perro de Canaán está perfectamente adaptado a las condiciones de su región de origen. Por ejemplo, la mayoría de ejemplares salvajes de los países del sur presentan una apariencia similar. El pelo entre corto y semilargo es áspero, denso y recto. Además, gracias al abundante subpelo suave, repele la suciedad y la humedad de la noche. A nivel cromático, la mayoría están adaptados a su entorno. Así pues, el color del pelo abarca un amplio abanico. Puede ser desde color crema, arena y rojo hasta negro con blanco o blanco con manchas marrones o negras. Además, se admite una máscara negra simétrica y marcas blancas en todas las variantes cromáticas.
Cuadrado, fuerte y proporcionado
Este perro es cuadrado, fuerte y de tamaño medio. Su altura de cruz oscila entre los 50 y los 60 cm, siendo los machos mucho más grandes que las hembras. En general, las diferencias entre sexos son muy marcadas. Por ejemplo, el cráneo, muy ancho y acabado en punta hacia delante, es muy visible en los machos. No obstante, la cabeza está bien proporcionada. Las orejas triangulares, anchas y en punta están ligeramente asentadas a los lados. Por su parte, los ojos oscuros, inclinados y almendrados le confieren una expresión despierta e inteligente. En efecto, a este perro no se le escapa nada, ni siquiera mientras duerme.
Historia
La vigilancia y el escepticismo natural del perro de Canaán hacia lo desconocido eran y son vitales para su supervivencia. Actualmente sigue encontrándose en toda la región afroasiática, donde vive cerca de asentamientos humanos o pueblos beduinos. Aquí se alimenta de los residuos orgánicos de las personas valiéndose por sí solo. Hay casos aislados de ejemplares que viven en manada en el desierto, donde se alimentan de animales salvajes que cazan. Los beduinos del actual Israel y Jordania los siguen utilizando hoy día como perros guardianes de sus almacenes. Si una perra salvaje está criando a sus cachorros en una cueva, de vez en cuando le tiran un trozo de pan. Más adelante, eligen al macho más fuerte para custodiar el almacén en el futuro. A continuación, este permanece siempre cerca del almacén y lo protege eficazmente de los atacantes sin acercarse demasiado a sus tiendas ni a las personas.
Cría con perros salvajes de los beduinos
El perro de Canaán no necesita a las personas, pero se deja domesticar si ello le supone un beneficio. La gran capacidad de adaptación del perro de Canaán, sin acabar de depender del todo de las personas, es lo que fascinó a la cinóloga e investigadora del comportamiento canino Rudolphina Menzel. Menzel, nacida en Austria, emigró en 1934 de Viena a Palestina (el posterior Israel). Aquí elaboró un programa de cría propio con perros de los beduinos que vivían en libertad. Redactó un estándar de la raza y bautizó a los perros en honor a la región bíblica de Canaán. Su trabajo dio sus frutos. La asociación de cría israelí aceptó su estándar y la FCI reconoció la raza definitivamente en 1966.
Antepasados
Hoy día, el perro de Canaán está registrado en la FCI con el número de estándar 273, en el grupo 5 (perros tipo spitz y tipo primitivo). En efecto, los perros paria pertenecen a la familia de los spitz, la familia canina más antigua del mundo. En grabados en piedra orientales del Neolítico, hace unos 12 000 años, y en relieves y pinturas murales egipcios, se atisban perros muy parecidos al perro de Canaán.
¿Dónde consigo un cachorro?
Hoy día hay criadores que se han dedicado a esta raza tan poco común en varios países, aparte de Israel. Por ejemplo, los hay en EE. UU y varios países europeos, como Alemania, Finlandia, Inglaterra, Italia o Suiza. Los datos de contacto de estos criadores se pueden consultar en las asociaciones caninas nacionales y en internet. Si acaricias la idea de comprarte uno, deberás invertir mucho tiempo en reflexionar bien la decisión. Esto es así para todos los perros, pero para este, más aún. Al fin y al cabo, este perro tan primitivo e independiente no es ningún perro de compañía al uso.
Consejos para elegir criador
¿Toda la familia está de acuerdo con adoptar un perro de Canaán? ¿Tienes suficiente tiempo y experiencia para dedicarle a su socialización y adiestramiento? ¿Tienes tiempo y forma física para estimularlo y ofrecerle el ejercicio y entretenimiento que necesita? Solo si has respondido afirmativamente a todas estas preguntas deberías ponerte a buscar a un criador.
Compra el cachorro a un criador que se tome su tiempo para informarte ampliamente sobre la raza y sus particularidades. Los criadores serios también examinan al comprador con lupa antes de entregarle uno de sus cachorros. Cuanto más sepa el criador sobre ti, mejor podrá asesorarte antes de la compra. No te sientas atacado/a si te desaconseja la compra de este perro. Por desgracia, siempre hay perros de Canaán que acaban en la protectora de animales. El motivo suele ser que los cuidadores no tenían tiempo o se sintieron abrumados por las exigencias de la raza. Los ejemplares adultos son difíciles de dar en adopción porque son muy escépticos a los nuevos entornos y personas.
Socialización temprana
Cuanto más joven sea el perro, más abierto estará a nuevos estímulos, personas y animales. El mejor momento para la socialización es la primera etapa de cachorro. Hay que introducirla las primeras semanas, cuando aún está con el criador, y proseguir con ella en el nuevo hogar. Cuantas más cosas perciba en estas primeras semanas como normales, menos lo asustarán más adelante.
Salud y cuidados
A diferencia del adiestramiento y la socialización, los cuidados del perro de Canaán son muy sencillos. Es un perro sano y muy limpio al que no se le conocen enfermedades típicas de la raza. El pelaje áspero repele la humedad y solo requiere cepillados una o dos veces por semana. Únicamente en la época de muda, dos veces al año, deberás cepillarlo a diario con un cepillo o un peine. De este modo, eliminarás los pelos muertos del denso subpelo y reducirás la cantidad que acaba en casa.
Alimentación
Como perro paria que vive en libertad, el perro de Canaán se busca la comida y se alimenta de las sobras orgánicas de las personas. En cambio, como perro doméstico moderno, depende de la ayuda de su cuidador/a. Pero ¿qué hay que darle a un perro salvaje tan primitivo? En general, los perros son carnívoros, independientemente de si son pastores alemanes, teckels o perros de Canaán. Esto significa que la comida debe estar compuesta por alrededor de un setenta por ciento de carne. La carne es la fuente de proteínas más importante para el perro. Todo su aparato masticatorio y digestivo está basado en el procesamiento de la carne: dientes fuertes, músculos masticadores potentes, tracto intestinal relativamente corto y jugos digestivos muy agresivos en comparación con los nuestros.
¿Cocinar, barf o comida preparada?
El mayor contenido proteico se encuentra en la carne cruda fresca porque, al cocinarla, se desnaturaliza. Mucha gente confía actualmente en el método barf, que es alimentación cruda biológicamente apropiada. Sin embargo, hay que conocer perfectamente la demanda nutricional y energética del perro y saber qué composición la cubre mejor. Una cita en el veterinario puede ayudarte a calcular las cantidades según su peso, tamaño y nivel de actividad. Obviamente, es mucho más fácil alimentarlo directamente con pienso o comida húmeda ya preparados. No obstante, deberás informarte bien sobre los componentes porque no todos los productos cumplen lo que prometen. Una gran cantidad de cereales u otro ingrediente de relleno, la soja, el azúcar y los potenciadores del sabor artificiales son indicadores de mala calidad. Los productos de buena calidad no utilizan estos ingredientes. Además, el tipo y el origen de la carne deben ser claramente rastreables.
¿Estás preparado/a para un perro de Canaán?
El perro de Canaán es diferente a los demás perros. Aunque tengas experiencia con otras razas, esto no significa que vayas a entenderte con él automáticamente. Este perro no nos necesita, algo que también da a entender continuamente como perro familiar. Por muy bien educado y socializado que esté, siempre conservará su independencia y autonomía hasta edades avanzadas.
Nada de monotonía
Las órdenes y los ejercicios repetitivos aburren enseguida a este inteligente peludo. Si quieres entretenerlo como es debido, deberás pensar en algo más que el programa estándar para perros. Aunque disfruta con deportes como el agility, la obediencia, el canicross, el mantrailing y el rastreo, necesita variedad. ¿Seguir el mismo rastro dos veces o saltar otra vez el mismo obstáculo? Muchos ejemplares no tienen ningunas ganas de hacer esto.
Si aceptas sus particularidades y respetas su independencia, se te compensará con un amigo extremadamente fiel, vigilante y protector con requisitos alimentarios modestos y cuidados nada complicados. El perro de Canaán obedecerá de buena gana a un cuidador/a que le dé la libertad que necesita, pero que, al mismo tiempo, le muestre los límites con cariño y aplomo, y le ofrezca suficientes tareas y ejercicio al aire libre.
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