El perdiguero frisón es un perro independiente al que le gusta estar ocupado en su terreno durante el día. Tiene un instinto natural de vigilar la finca y recorrer sus fronteras. Su casa es sagrada para él y ve como una obligación defenderla de los peligros.
Con las personas se muestra pacífico. No muerde ni se pone agresivo. Eso sí, ante los desconocidos se presenta reservado o incluso tímido.
Hay que ganarse su confianza. No obstante, una vez que se ha acostumbrado a una persona, se muestra cordial y confiado.
Ladridos a las visitas
Antes de nada, hay que decir que este perro no es estridente. Sin embargo, ladra bastante y da la voz de alarma cuando algo se acerca al hogar. Así pues, las visitas, el cartero y los familiares que vuelven a casa deben saber que los recibirán a voz en grito.
Por este motivo, es recomendable no tenerlo en un piso, ya que los ladridos pueden ser problemáticos. Sin embargo, como el perdiguero frisón es un buen estudiante, estos temas se pueden abordar en una escuela canina.
Obediente e inteligente
El perdiguero frisón es ideal para el adiestramiento con señuelo, la caza, el rastreo y los deportes de competición. Su aptitud para estas disciplinas se basa en su carácter obediente e inteligente por naturaleza.
Le gusta que le enseñen cosas y quiere complacer a su cuidador/a. Con su inteligencia y su elevado nivel de atención, aprende enseguida y pone en práctica lo aprendido sin problema.
Además, aunque no es excesivamente juguetón, los juguetes para perros son una buena manera de entusiasmarlo. La variedad mantiene su mente en forma y equilibrada.
Testarudez
El perdiguero frisón obedece las órdenes de inmediato. No obstante, hay cuidadores que aseguran que el suyo es relativamente cabezota.