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Este gigante fuerte y capaz de defenderse es una criatura pacífica y tranquila. Sin embargo, como perro pastor que es, está acostumbrado a actuar por su cuenta. Esto, con una tenencia incorrecta, puede convertirse enseguida en un problema. Por ello, el pastor de Anatolia, al que la FCI divide en cuatro variantes, solo debe estar en manos expertas.
Estrictamente hablando, no existe un perro pastor de Anatolia de pura raza. De hecho, el estándar de la FCI recoge cuatro versiones con este nombre (çoban köpeği en turco): el akba, el kangal, el karaba y el kars. En Turquía, su país de origen, el kars, el akba y el kangal se consideran razas independientes.
La unificación en el estándar internacional de la FCI está muy discutida entre los criadores. Muchos se basan en las normas del país de origen y se concentran en una sola variante. Pese a las muchas similitudes de carácter y aspecto, la genética de los cuatro tipos es diferente. En opinión de muchos criadores, solo pueden obtenerse crías de pura raza si no se mezclan las distintas versiones.
Pese a las diferencias genéticas descritas en cuanto al color o la naturaleza del pelo, las cuatro versiones tienen características muy similares que permiten unificarlas en la descripción. Así pues, el pastor de Anatolia es muy resistente, valiente y vigilante. Pese a su imponente tamaño y su constitución majestuosa, puede correr rápidamente largos tramos y reaccionar ágilmente.
Como perro pastor del ganado, posee un marcado instinto protector y una gran vigilancia que aumenta en la oscuridad.
Por naturaleza, este perro presenta un comportamiento muy territorial, aunque nunca se muestra agresivo. De hecho, el pastor de Anatolia es extremadamente pacífico y tranquilo. Aunque se defiende con valor en caso de peligro, no necesita gruñir ni enseñar los dientes. Por eso, ante los desconocidos marca las distancias porque es orgulloso y desconfiado. En cambio, los encuentros con otros perros pueden resultar más problemáticos, especialmente si no está bien socializado y educado. Sus aires de machito, que se manifiestan con una dominancia exagerada, deben detenerse prematuramente con una socialización y educación tempranas.
El pastor de Anatolia no es un perro que haga lo que se le ordena porque sí. No obstante, esto que no significa que no se pueda adiestrar. Al fin y al cabo, este orgulloso perro también tiene un lado sensible que anhela la cercanía y el apoyo. Si consigues ganarte su confianza y te muestras como un líder con aplomo, verás que, pese a su testarudez, puede ser muy obediente, apegado y fiel.
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Desde luego, el pastor de Anatolia no es sumiso, por lo que habrá situaciones en que te pondrá a prueba. Después de todo, está acostumbrado a ser independiente y a tomar la iniciativa. La tenencia de este perro grande y a veces tozudo requiere la experiencia de un profesional canino. Detecta enseguida las debilidades y los errores de adiestramiento, y sabe aprovecharlos.
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Ya solo su impresionante tamaño y fuerza demuestran que este no es un perro para principiantes ni personas débiles. Su cuerpo poderoso y fuerte está muy musculado, pero nunca gordo. Así pues, es sorprendentemente ágil, rápido y resistente, lo que lo hace ideal como perro protector del ganado. El cráneo grande y relativamente ancho con el pelo abundante en el cuello resalta su imponente estatura.
La altura de cruz máxima del pastor de Anatolia es de 86 cm en los machos y 71 cm en las hembras. Sin embargo, hay ejemplares que pueden llegar a medir 90 cm. Sin duda, esta es una de las razas más grandes del mundo. En función del tamaño, el peso oscila entre los 44 y los 64 kg. De hecho, los machos de 90 cm pueden llegar a pesar 80 kg.
El pelo de cubierta brillante y ceñido se ve reforzado por un subpelo denso y es corto o semilargo. La longitud del pelo se adapta a la perfección a las condiciones climáticas. Por eso, suele ser más largo en invierno que en verano. En el cuello y los hombros es más largo y denso, y forma el típico collar de pelo. Según el estándar, no hay restricciones en cuanto al color. Así pues, el pastor de Anatolia puede ser de casi cualquier color y combinación. Probablemente, los más famosos sean los de color leonado con máscara negra y orejas negras (cabeza negra).
El pelaje denso y adaptable de este perro se lo debe a su historia como protector de los rebaños. Independientemente del tiempo, el pastor de Anatolia vivía al aire libre y vigilaba el rebaño día y noche. En Turquía, hoy día sigue superando extensiones increíbles en la meseta de Anatolia. Aquí, el clima puede ser extremadamente seco y caluroso o intensamente frío y ventoso según la época del año.
El origen exacto de este perro está muy discutido. Basándose en las representaciones de varias esculturas, hay una teoría que afirma que proviene de los grandes perros de caza de Mesopotamia, de tipo dogo. La primera representación de un perro denominado cabeza negra y con un aspecto muy similar al del pastor de Anatolia actual se encuentra en un diario de viaje de 1592.
A partir de mediados del siglo XX, cuando aún no había una unificación cinológica oficial ni registros de cría en Turquía, se empezaron a importar cada vez más perros de Turquía a Europa occidental, especialmente a Inglaterra. A continuación, también se llevaron a EE. UU., donde se crearon criaderos propios. El 10 de abril de 1980, la FCI publicó un primer estándar donde reunía diferentes pastores turcos bajo el nombre pastor de Anatolia. En Turquía, aunque también algunos criadores occidentales, critican este estándar surgido muy lejos de la patria de estos perros.
Para obtener un perro realmente de pura raza, muchos criadores suelen consagrarse a una sola de las cuatro variantes. Si te interesa comprar un cachorro, familiarízate ampliamente con los distintos tipos y sus diferencias. Aparte de plantearte si te atreves a tener esta raza, infórmate sobre los requisitos de tenencia en tu país. Por ejemplo, el kangal figura en la lista de PPP en muchos países y solo puede tenerse con ciertas condiciones.
Ten mucho cuidado con los anuncios de internet y los periódicos que venden cachorros adorables a precios bajos. Con frecuencia se trata de perros de importación ilegal de Europa del Este que han nacido en condiciones dudosas. Además, no suelen haberse sometido a pruebas de salud ni han recibido una tenencia y socialización acordes a la especie. Para conseguir un cachorro sano y con un carácter consolidado, debes buscar un criador serio y de confianza. Debe practicar una cría legal e invitarte a su casa y criadero de buena gana. Además, para él debe ser muy importante saber quién cuidará de su cachorro. Como la exportación del kangal está prohibida a los no turcos, esta variante suelen criarla inmigrantes turcos en el extranjero. Ten en cuenta que el precio de un cachorro puede situarse tranquilamente entre los 800 y los 1000 euros.
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Si has comprado un perro a un criador de confianza, apenas tendrás que temer enfermedades típicas de la raza. Los pastores de Anatolia son de las razas más resistentes del mundo. Sin embargo, a ellos también les afecta de vez en cuando la displasia de cadera, tan común en perros grandes. Además de un buen material genético, una tenencia y alimentación adecuadas constituyen la mejor protección contra las enfermedades articulares, sobre todo en fase de crecimiento. Los perros jóvenes no deben hacer grandes sobreesfuerzos, como subir escaleras habitualmente o correr mucho tiempo junto a una bicicleta. Además, a partir de las seis semanas, la alimentación debe ser baja en proteínas. De este modo, se previene que los perros crezcan demasiado rápido.
Aparte de las recomendaciones nutricionales para prevenir enfermedades articulares y sobrepeso, este robusto perro apenas presenta exigencias alimentarias. Ya sea carne y pescado o solo pan y agua, que es lo que le servían en Turquía, come lo que haya en el comedero. No obstante, para ofrecerle una alimentación óptima debes tener en cuenta la edad, el peso y el nivel de actividad. Una particularidad de la raza es que se las apaña con raciones pequeñas y necesita relativamente poca carne. Sin embargo, dale un trozo de carne fresca de vez en cuando para que ingiera las proteínas animales que necesita.
Viendo el gran abanico de métodos de alimentación que hay, conviene pensar de antemano cuál te parece mejor. Las opiniones sobre qué es lo mejor para el perro o si hay que alimentarlo con pienso o comida húmeda, casera o cruda (barf) son muy variadas y todas tienen sus pros y sus contras. Infórmate sobre todo esto y habla con el veterinario sobre qué alimento conviene más a tu perro y tu situación. Si encuentras una comida saludable que le gusta, le sienta bien y puedes integrar en tu rutina, quédate con ella. Los perros no necesitan variedad en el comedero. De hecho, cambiarles la comida demasiado a menudo puede sobrecargar el organismo y la digestión.
Unos buenos cuidados y una tenencia acorde a la especie son imprescindibles para la salud de este y cualquier perro. Sin embargo, el trabajo de cuidados, ejercicio y adiestramiento del pastor de Anatolia es muy alto en comparación con otros. El denso pelaje se debe cepillar regularmente, lo que requiere bastante tiempo teniendo en cuenta su tamaño. Los cuidados del pelo son muy intensivos durante el periodo de muda. En esta época, hay que eliminar los pelos muertos con el cepillo.
El ejercicio y el entretenimiento del pastor de Anatolia requieren aún más tiempo que los cuidados. Si no puede trabajar como pastor, deberás darle una actividad sustitutiva y suficiente ejercicio al aire libre. Varias horas al día al aire libre, tanto en un jardín grande vallado como en largos paseos variados, son indispensables. Es evidente que este no es un perro familiar para un piso pequeño de ciudad. Mucho espacio, una buena forma física y conocimientos profundos sobre socialización y adiestramiento son los requisitos básicos para tenerlo.
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