El ogar polski, o sabueso polaco, es un perro de caza de Polonia. Hoy en día también se tiene como perro familiar o incluso de terapia. Es un perro mediano con abrigo negro y manchas fuego de carácter simpático y bondadoso, aunque con cierta cabezonería.
Pese a su origen de caza, el ogar polski se puede describir como tranquilo y relajado. Como todos los perros de caza y trabajo, exige mucho ejercicio al aire libre y entretenimiento. No obstante, nunca se muestra nervioso, intranquilo ni agresivo. Disfruta mucho de la compañía de su gente y es cariñoso y bondadoso. Se arrima suavemente a su familia con su cuerpo fuerte y pesado. Se lleva de maravilla con los niños e incluso se muestra sociable con otros perros.
Un perro con este carácter es ideal como perro familiar. Sin embargo, no hay que olvidar el origen de este sabueso. Pese a su tranquilidad y bondad, sigue siendo un perro de caza. Más que los mimos de su cuidador/a, lo que necesita es moverse y tener una tarea con sentido. Esta no debe ser obligatoriamente la caza, pero debe corresponderse con sus talentos. Estos son, entre otros, un olfato excelente, la fuerza y una gran resistencia.
Además, esta raza tiene cierta testarudez por naturaleza. Después de todo, el ogar polski tenía que buscar la presa lejos de su líder y actuar por su cuenta. Se podría decir que este sabueso lleva en la sangre la confianza necesaria en la propia capacidad de decisión. Así pues, no es de extrañar que la obediencia ciega no sea su punto fuerte. Si quieres tener este perro tan asertivo e inteligente, no esperes esta obediencia por su parte.
No obstante, a diferencia de otros perros de caza y servicio, es más dócil. Con un poco de conocimientos y, sobre todo, perseverancia, lo podrás adiestrar bien. Incluso podrás controlar su instinto de caza innato con el adiestramiento adecuado.
Como sabueso que es, el ogar polski se caracteriza por una constitución fuerte y compacta. La fuerza y la resistencia están claramente por delante de la velocidad en las características exigidas. Coincidiendo con esto, su peso de hasta 32 kg se puede describir como pesado teniendo en cuenta su tamaño de 55-65 cm. No obstante, no debe parecer gordo ni torpe. Sus extremidades bien proporcionadas sugieren más bien una constitución atlética caracterizada por la fuerza muscular y la resistencia.
Su precioso manto de pelo de color fuego y negro realza su cuerpo musculoso y proporcionado. El grueso pelo de longitud media presenta un denso subpelo y es algo más largo en la columna, la cola y las patas traseras. El dibujo bicolor del ogar polski está claramente definido. La cabeza, las orejas —excepto los laterales del cráneo—, las patas y el esternón siempre son de color fuego. La tonalidad entre negra y gris oscuro se extiende como un abrigo sobre el cuerpo, a veces hasta la cabeza. Sin embargo, nunca llega al puente nasal. Debido a la tonalidad negra, los cazadores polacos lo llamaron podzary, que significa quemado.
El color fuego luce con intensidad variable, siendo la coloración canela muy apreciada según el estándar. Se admiten marcas blancas en el pecho en forma de estrella o lucero hasta el morro. También se toleran pelos blancos en los extremos de las patas y en la punta de la cola.
Otra característica destacada del ogar polski son las orejas de inserción baja, largas y redondeadas que caen libremente (pendulares). Los ojos, que completan su preciosa y expresiva cabeza, están inclinados y son de un bonito marrón oscuro. Su expresión mansa y relajada encaja con el carácter tranquilo y simpático del sabueso.
No está del todo claro de dónde proviene exactamente el ogar polski. Los cinólogos creen que sus antepasados son el bloodhound y los sabuesos alemanes y rusos. En este sentido, el estándar remite a la larga historia de los perros de caza en Polonia. De hecho, el ogar polski se mencionó por primera vez en el siglo XVII. No obstante, después de los horrores de la Segunda Guerra Mundial estaba prácticamente extinguido en la región del Estado polaco.
No fue hasta 1959 que el criadero polaco z Kresów intentó volver a criar con perros de caza polacos. Todos los perros de cría que se utilizaron provenían de la región de la actual Bielorrusia. En 1964 se redactó el primer estándar de la nueva raza y la FCI la reconoció oficialmente dos años después. Recibió el número de estándar 52 y está clasificada en el grupo 6 (perros tipo sabueso, perros de rastro y razas semejantes), sección 1.1 (perros tipo sabueso de talla grande, con prueba de trabajo).
El sabueso polaco es prácticamente un desconocido en Europa occidental y en América. Si quieres comprarte uno de pura raza aquí, deberás tener paciencia. Para conseguir nombres y direcciones de criadores, es mejor que acudas a clubes de sabuesos, que existen en muchos países. Mira con lupa las ofertas de cachorros de internet y los periódicos. Asegúrate de que sean ofertas serias y de que realmente se trate de perros de pura raza criados según el estándar de la FCI.
A muchas personas que les gustan los sabuesos no siempre les importa que sean de pura raza. Obviamente, hay mestizos maravillosos que comparten la simpatía, el olfato, la resistencia y el instinto de caza del ogar polski. No obstante, el desarrollo del cachorro, especialmente de un mestizo, no siempre es previsible. En el peor de los casos, podría contraer enfermedades o rasgos problemáticos con los que no se contaba. Comprando un cachorro a un criador serio, este riesgo se reduce, ya que su desarrollo físico y mental suele estar ampliamente planificado y se puede rastrear. El carácter del cachorro puede preverse con bastante precisión mediante tablas genealógicas, pruebas médicas completas y test de carácter independientes.
No obstante, cada perro tiene su personalidad y esta no siempre coincide con el estándar. Sin embargo, un criador serio y con experiencia te puede ayudar en este sentido. A partir de la observación y la experiencia, los criadores a menudo pueden saber si un perro será temperamental y testarudo, tranquilo y sosegado, deportista u holgazán. Hablando con los compradores, los criadores intentan buscar al cuidador/a que mejor encaje con estas cualidades. Por eso, muchos criadores no dejan que el comprador elija al cachorro. Lógicamente, ambas partes deben quedar satisfechas con la elección.
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Otro aspecto decisivo a la hora de comprar un cachorro de cría responsable es, naturalmente, la salud. Después de todo, muchas enfermedades típicas, que suelen ser genéticas, pueden evitarse con una buena selección. Por suerte, el ogar polski es una raza muy sana. No obstante, debido a su tamaño y peso, puede tener problemas articulares, como displasia de cadera. Como estas enfermedades también pueden aparecer por falta de ejercicio y una mala alimentación, que un cachorro sea de pura raza tampoco es garantía de una vida exenta de dolencias.
Una mala alimentación puede perjudicar la salud de tu perro considerablemente. Y al revés: una buena alimentación puede prevenir muchas enfermedades y aumentar su bienestar y vitalidad. Pero, ¿cuál es la mejor comida para el ogar polski? Ante todo, esto depende menos de la raza que de factores individuales de cada perro. La comida debe adaptarse a la edad, peso, nivel de actividad y estado de salud del peludo. Al fin y al cabo, debe cubrir su demanda nutricional íntegramente y esta cambia a lo largo de la vida.
Después de la lactancia, los cachorros comen un alimento especial para cachorros que cubre su alta demanda energética. Después de aproximadamente el sexto mes se debe reducir la densidad calórica del alimento paulatinamente. Esto sirve para prevenir un crecimiento rápido del perro y los posteriores problemas articulares asociados. Además, subir demasiadas escaleras y los deportes muy rápidos pueden dañar la estructura ósea y muscular en esta etapa.
Cuando el perro sea adulto —con entre doce y dieciocho meses— deberás cambiarle la comida por una de adulto. Aquí también debes tener en cuenta su demanda energética particular. Un sabueso que se tenga principalmente para cazar tendrá un consumo energético diferente de otro que sea un perro familiar. El perro tiene suficiente con dos comidas al día. La ración debe constar de un setenta por ciento de carne, un treinta de verduras y un poco de arroz. La carne es una fuente de proteínas excelente y, por consiguiente, el aporte energético más importante para el perro. La forma en la que se la des no es relevante. Todos los métodos, ya sean pienso, comida húmeda, comida casera o alimentos crudos, tienen sus ventajas e inconvenientes. Piensa en qué método te va mejor y cuál le gusta más al perro.
Además de la comida y el entretenimiento, tener un perro también implica cuidados del pelaje. Por suerte, el ogar polski es muy sencillo en este sentido. Basta con cepillarlo regularmente para mantener la salud y el brillo de su precioso pelaje. Además, tendrás que controlarle y limpiarle las orejas largas de vez en cuando. También deberás cortarle las uñas regularmente para evitar que se haga heridas.
Las salidas al exterior y el ejercicio físico y mental ocupan el mayor espacio en la tenencia del ogar polski. Como sabueso primitivo que es, necesita muchísimo espacio y tiempo para estar estimulado si se tiene como perro familiar. Es evidente que no puede vivir en un piso de ciudad. Un terreno independiente bien vallado en el campo con un jardín grande y mucha naturaleza es su hogar ideal. Sin embargo, esto no basta. Como cuidador/a de un sabueso, deberás pasar dos o tres horas al día con él al aire libre. Podéis hacer excursiones, rutas en bicicleta o corriendo y jugar a juegos divertidos y variados. Lo importante es que el perro pueda poner a prueba su fuerza, resistencia e inteligencia. También son aptos los deportes caninos que requieran un buen olfato, como el rastreo o el mantrailing.
El ogar polski lleva la caza en la sangre, por lo que está en su salsa en círculos de cazadores. Su forma de caza original, en que perseguía a la presa por tramos largos y extensos, solo está permitida actualmente en superficies de 1000 ha como mínimo. En la Europa industrial occidental, este tipo de caza se ha vuelto prácticamente imposible. Sin embargo, este perro demuestra talento y pasión como perro levantador simple. Ladra emitiendo un sonido claro y melodioso con un tono medio variable mientras persigue la presa y la apremia hasta la zona de disparo del cazador.
Sin embargo, el sabueso polaco también puede ser feliz con no cazadores. El requisito es que le ofrezcan suficientes alternativas a la caza. Para ello, no solo se necesita tiempo y espacio, sino también imaginación, conocimientos y dinamismo. Desde luego, no es un perro para amantes del sofá. Además, si estás buscando un perro que te obedezca en cualquier situación, con él te equivocarás. El ogar polski tiene mucha personalidad y, aunque disfrutará de tus elogios, siempre intentará engatusarte con sus encantos.
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