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El mudi, un perro relativamente desconocido fuera de su patria, es un auténtico todoterreno. Como perro de trabajo, pastorea el ganado y mantiene la casa libre de ratas. Como perro familiar, es un compañero incansable para gente deportista que le ofrezca suficiente entretenimiento.
Este pastor mediano de Hungría alcanza una altura de cruz máxima de 47 cm. Las hembras pesan entre 8 y 11 kg, y los machos, 13 kg a lo sumo. Estos perros tienen una cabeza cuneiforme que se estrecha hacia la nariz. Esto, combinado con las orejas erguidas, subraya la expresión despierta de la raza. Algunos ejemplares tienen una cola naturalmente corta. El pelo de la cabeza y la parte delantera es corto y liso, mientras que el del resto del cuerpo es largo, denso y ondulado o rizado. El mudi suele ser negro, pero también los hay leonados, blancos, grises o blue merlé. Como la cría de esta raza es aún muy joven, en algunos ejemplares puede haber diferencias estéticas.
Los primeros indicios escritos de la raza mudi se remontan a un libro de 1815. Aquí se representa a un perro pastor mediano de orejas erguidas que se parece al mudi actual. La raza es el resultado de cruces de varios boyeros y pastores húngaros con pastores pequeños alemanes, como antiguos perros pastores o spitz de Pomerania. Está estrechamente emparentada con las razas húngaras pumi y puli, y con el pastor croata. En 1936 se redactó la primera descripción de cría oficial y se acuñó el nombre de la raza. Este hace referencia a un ejemplar modelo, un macho negro llamado Mudi.
Hoy en día, el mudi es un perro de trabajo muy extendido en Hungría. Aquí, pastorea todo tipo de rebaños, como de vacas, ovejas y caballos. Arrea cerdos o gansos hasta el campo por la mañana, los vigila y los acompaña de vuelta por la tarde. Para vigilarlos, utiliza principalmente la mirada y la voz. Fuera de Hungría, este peludo sigue siendo poco frecuente. Por ejemplo, en España ha nacido poco más de una docena en los últimos años. Sin embargo, está ganando popularidad lentamente y el número de criadores está creciendo, especialmente en los países escandinavos. El libro de cría de la raza sigue abierto. Esto significa que los perros húngaros que se ajustan al estándar aún pueden admitirse, aunque no tengan certificado de ascendencia.
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El mudi es el típico pastor: inteligente, curioso y ávido de aprender. Con una guía coherente, se somete de buena gana, aunque siempre conserva parte de su independencia. Después de todo, esta era necesaria para su trabajo. Es valiente e intrépido, por lo que su presencia dominante consigue guiar con éxito incluso a rebaños difíciles. A diferencia de otros pastores, nunca pellizca a los animales, sino que los guía con miradas y ladridos. Siempre está dispuesto a vivir aventuras y es muy fiel a su familia, incluidos todos los perros. Al perro mudi le encanta pasar tiempo con sus personas de referencia. Además, pese a su tenacidad en el trabajo, es sensible. También hace gala de esta sensibilidad en el adiestramiento, por lo que la agresividad de las personas lo desconcierta profundamente. Ante los desconocidos se muestra más bien distante. Es un perro vigilante y, en este sentido, ladra bastante.
El mudi es una raza muy joven y primigenia que se caracteriza por una gran robustez física. Bien cuidado, puede vivir hasta quince años. Sin embargo, el ejercicio físico y mental no debe faltar para fomentar la salud de este perro tan enérgico. Sin él, puede desarrollar problemas de comportamiento patológicas, como agresividad y apatía. Pese a la energía de un mudi cachorro, recuerda que los perros no deben practicar deporte hasta que cumplan 12-15 meses. El motivo es que podrían sufrir daños permanentes en el aparato locomotor. También hay que evitar que suban escaleras hasta esa edad. Cuando sea adulto, ya puedes empezar con el entrenamiento lentamente, pero con constancia. El deporte lo beneficiará tanto física como mentalmente.
Una alimentación saludable es aquella que se adapta perfectamente al perro y sus necesidades. Por lo tanto, elige un alimento cuyo ingrediente principal sea la carne. En la naturaleza, los perros también ingerirían el contenido intestinal de la presa y, si es necesario, frutas o plantas. No obstante, el componente principal de su dieta siempre debe ser la carne. La comida preparada en forma de pienso o comida húmeda ofrece una proporción equilibrada de nutrientes. Compra un producto de buena calidad sin cereales innecesarios.
Un perro joven debe comer más a menudo que uno adulto, al que le bastan dos comidas al día. Las cantidades no solo dependen del tamaño, sino también del nivel de actividad del perro. Las recomendaciones del fabricante pueden ser un buen punto de partida. No obstante, debes controlar la figura de tu peludo para contrarrestar aumentos o pérdidas de peso a tiempo. A la hora de calcular la ración diaria, no te olvides de contar los premios. Además, si quieres cambiarle la comida, mezcla cada día un poco más de la nueva con la antigua. Así, podrás prevenir reacciones de hipersensibilidad en forma de diarrea o vómitos. Asimismo, tu peludo siempre debe tener suficiente agua a su disposición.
El pelo suave del perro mudi es fácil de cuidar porque no tiende a enredarse. Sin embargo, en época de muda deberás cepillarlo diariamente para eliminar pelos sueltos y reducir los que acaban en casa. Hay gente que le lava los dientes a su peludo con cepillo y pasta especiales para prevenir el sarro. Si acostumbras a tu perro a esta rutina desde cachorro, de adulto la soportará sin problemas. Normalmente, este esfuerzo se ve recompensado con unos dientes relucientes hasta edades avanzadas. Además, los snacks dentales para perros o los artículos secos para masticar también son buenas opciones.
Examínale las orejas a diario y, si es necesario, límpiaselas con un producto auricular especial. También conviene que le inspecciones las uñas de vez en cuando porque la presión de la uña sobre el lecho ungueal puede ser muy dolorosa. Los perros mayores, en particular, son más propensos a tener problemas con las uñas largas. Hazle la pedicura con un cortaúñas especial o pídele al veterinario que lo haga cada equis semanas.
Una socialización temprana es particularmente importante para la raza mudi. Es la manera de que el perro se muestre abierto a cosas nuevas, incluidas las personas y los demás perros. La socialización debe empezar ya con el criador y continuar en el nuevo hogar del peludo. Una fase muy importante del desarrollo del perro en cuanto a su educación es el periodo comprendido entre la duodécima y la decimosexta semana. En este tiempo, pueden quedársele grabadas muchas cosas en sentido positivo.
Con constancia y cariño, el mudi se puede adiestrar bien, siempre que te reconozca como líder. Este perro es tan listo que requiere una persona igualmente inteligente. De lo contrario, considerará que es más lógico proceder según sus planes. Al fin y al cabo, el más listo es quien debe responsabilizarse de la manada. Pese a su facilidad para aprender, el mudi no es tan complaciente como otros pastores, como el border terrier. Esto significa que, si no le ve el sentido a una tarea, probablemente dejará de hacerla tarde o temprano. Esto también vale para algunos deportes, ya que aquí podría mostrar una forma de proceder (demasiado) pragmática. Lo ideal para los perros jóvenes es asistir a una escuela para cachorros donde puedan conocer muchos perros. Después, sería conveniente llevarlo a una escuela canina cuyos métodos de adiestramiento te gusten.
Como perro de compañía, este antiguo perro de trabajo también necesita hacer mucho ejercicio. Si no tienes una granja con ganado, resérvate mucho tiempo para su entretenimiento. Es ideal para deportes caninos como el agility, el dog dancing, la obediencia y las competiciones. Eso sí, hay que tener en cuenta su carácter independiente. También es apto para una formación para perros de rescate. Además, puede acompañarte a correr o a montar en bicicleta o a caballo. La condición es que sea adulto y lo entrenes para ello de antemano. La ausencia de instinto de caza propicia que puedas dejarlo correr sin correa. Asimismo, los juegos de pensar lo divierten mucho, como el adiestramiento con clicker y los juegos de buscar. Con un entretenimiento insuficiente, este perro desarrolla problemas de conducta, como agresividad o apatía. Sin embargo, no olvides que también debe descansar para que no se pase de rosca.
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Si eres una persona casera y no te gusta caminar ni salir cuando hace mal tiempo, no adoptes un mudi. Este perro es un compañero estupendo para personas deportistas que quieran pasar mucho tiempo en la naturaleza con su perro. Además, es conveniente que puedan ofrecerle un jardín. Puede que quiera pastorear a otros animales domésticos, algo que podría desconcertar a más de un gato. Sin embargo, un mudi equilibrado siempre será cordial con todos los miembros de la familia, ya sean de dos o cuatro patas. Esta raza es muy apegada a sus cuidadores y no soporta separarse de su manada. Ten esto en cuenta cuando planifiques las vacaciones. Además, puede que no tengas que organizar ningún cuidado especial porque muchos hoteles admiten perros bien educados actualmente. Por ejemplo, es un buen compañero para unas vacaciones de senderismo.
Si tomas la decisión de adoptar un perro, piensa en la responsabilidad que asumirás para los próximos años. Antes de comprarlo, recuerda que el mudi necesita ejercicio a diario. No le basta con dar una vuelta rápida —ni siquiera cuando llueve— para volver a repantigarse en el sofá. Piensa en los gastos en los que incurrirás: además del precio de compra del perro y del equipamiento básico (camas, mantas, correa, collar o arnés, transportín, utensilios de higiene, como pinzas quitagarrapatas y cortaúñas; juguetes; comederos…), tendrás gastos corrientes de comida, seguro de responsabilidad civil, veterinario…
¿Has decidido que el mudi es el perro de tus sueños? ¡Genial! Sin embargo, es posible que debas tener paciencia porque el mudi es difícil de encontrar fuera de Hungría. En función de dónde vivas, el criador más cercano puede encontrarse a cientos de kilómetros. Resulta útil preguntar en asociaciones de perros pastores húngaros. Estas te darán información sobre criadores activos en tu región o criadores colaboradores en Hungría.
Aunque se siguen aceptando perros que se correspondan con el estándar sin certificado de ascendencia en el libro de cría, tiene sentido acudir a un criador experimentado cuyo objetivo sea la salud y el carácter del mudi. En cualquier caso, valdrán la pena los viajes largos y el tiempo de espera. Visita al criador en su casa para hacerte una idea de las condiciones de tenencia y de los padres. Los perros no deben vivir en perreras y deben tener un aspecto saludable y equilibrado. Te entregarán al cachorro como pronto con ocho semanas de vida. Para entonces, tendrá el chip y te entregarán la cartilla de vacunación y el pedigrí.
Además, las asociaciones de perros pastores húngaros de muchos países tienen perros en adopción en su sitio web. Si estás pensando en adoptar un mudi adulto, echa un vistazo a estas páginas. Aquí encontrarás muchos perros que buscan familia en las protectoras húngaras. Aunque no suelen tener tabla genealógica, esto no debería suponer un obstáculo considerando lo joven que es la raza. Infórmate ampliamente en la asociación sobre el carácter del perro para averiguar si hay química entre vosotros.
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