El lundehund noruego es un cazador altamente especializado del lejano norte. Al mismo tiempo, es un perro familiar simpático para los que disfruten saliendo a hacer deporte con su perro.
Perro zorruno con anatomía especial
El lundehund noruego es un perro mediano que recuerda un poco a un zorro. De hecho, a veces lo confunden con un mestizo nórdico, también porque es una raza muy poco frecuente. Nada más lejos de la realidad, ya que este perro está altamente especializado. Lo criaron específicamente para la caza del frailecillo, una especie de ave que incuba en agujeros en la tierra. Esto requiere ciertas características físicas únicas. Por ejemplo, tiene las articulaciones de los hombros más flexibles, por lo que puede girar las patas delanteras a 90°. Además, puede cerrar las orejas erguidas en punta, lo que le permite bucear mejor.
Lo más llamativo son los seis dedos que tiene en cada pie y las hasta ocho almohadillas. Estas le ofrecen una firmeza enorme en la marcha. Además, a algunos de estos perros les faltan las muelas, lo que les facilita el transporte de las aves apresadas sin dañarlas. El lundehund noruego presenta una altura de cruz máxima de 38 cm y pesa solo 7 kg. El pelaje denso es corto y de color entre rojo y marrón leonado, con puntas negras en algunas zonas. Está compuesto por un subpelo suave y muy fino, y una capa externa áspera.
Cazador de aves altamente especializado
La historia del lundehund noruego está estrechamente relacionada con la costa noruega, especialmente con la localidad de Måstad. Estos perros y sus antepasados llevan siglos utilizándose para cazar frailecillos y recoger sus huevos. De ahí viene su nombre: lunde es la palabra noruega para estos pájaros. Sus particularidades anatómicas lo han especializado en la caza de estos pájaros costeños. Los seis dedos como mínimo le proporcionan un paso firme en acantilados de rocas. Las articulaciones móviles de los hombros y las orejas capaces de cerrarse le permiten arrastrarse por pasajes subterráneos y bucear.
Sin embargo, a mediados del siglo XIX se empezaron a cazar los codiciados frailecillos con redes. Por tanto, el lundehund ya no era necesario, por lo que estuvo a punto de extinguirse. Todos los ejemplares actuales tienen su origen en Måstad, en la isla de Værøy. Aquí, todos los perros fueron víctimas del moquillo en 1940. La salvación de la raza fue un puñado de ejemplares que vivían fuera de la isla. Su cuidadora, Eleonora Christi, entregó los últimos de su especie a los habitantes de Måstad. Por eso, la población actual se basa en solo cinco perros y es bastante modesta. No obstante, si quieres tener uno y tienes paciencia y ganas de viajar, tienes muchas probabilidades de encontrar uno. Lógicamente, la gran mayoría se encuentran en Noruega. Además, ya no se utilizan para la caza de frailecillos porque estas aves están protegidas por las leyes de conservación.
Personaje con carácter y simpatía
El lundehund noruego es un perro sencillo y manejable, pero tiene mucha energía y quiere derrocharla. Debido a su independencia —este perro tenía que trabajar muchas veces solo en la caza—, mantiene sus propias ideas. Por lo tanto, nunca se someterá del todo. Si respetas esto, conseguirás un amigo fiel y fácil de adiestrar de por vida. En general, es más bien esquivo, por lo que una relación estrecha con su cuidador/a es particularmente importante. En efecto, esto le da seguridad. Con los desconocidos suele mostrarse reservado y vigilante. Sin embargo, se lleva bien con otros perros. El lundehund noruego no es el típico perro de caza, por lo que es ideal como perro de compañía.
Adiestramiento
Aunque este peludo es bastante cabezota, por lo demás es fácil de adiestrar y aprende las bases con mucha motivación. Si bien figura entre los perros de caza, con un poco de esmero en el adiestramiento se puede llevar de excursión sin correa. Al fin y al cabo, tiende a escaparse menos que otros. Un gran desafío es quitarle la costumbre de ladrar. Como todos los perros nórdicos, anuncia todo lo que le parece interesante a plena voz, y a veces sin parar. Por consiguiente, es necesario tener paciencia para adiestrarlo. Ten esto en cuenta cuando lo eduques desde cachorro. Las escuelas para cachorros y las escuelas caninas son muy adecuadas para él. Aquí podrá socializar con otros peludos, pero también tú aprenderás trucos y consejos de adiestramiento.
Salud: el síndrome del lundehund
Como la población de esta raza se basa en solo cinco perros, con los que se retomó la cría controlada en la década de 1960, el patrimonio genético del lundehund noruego es muy reducido. A los tres años, uno de los cinco fundadores desarrolló síntomas gastrointestinales que se transfirieron a su descendencia. Hoy en día, esto se conoce como síndrome del lundehund: se trata de una enfermedad intestinal inflamatoria crónica que provoca una pérdida de proteínas elevada a través del intestino.
Alrededor de la mitad de los perros de esta raza están afectados, aunque en diferente medida. Con un test genético se puede determinar si un perro previsto para la cría es portador. De este modo, se puede reducir el riesgo de este síndrome. El síndrome del lundehund no tiene cura y solo se pueden tratar los síntomas. Algunos perros apenas se ven limitados por la enfermedad y tienen fases asintomáticas largas. Otros, en cambio, la sufren más gravemente y acaban muriendo. Infórmate ampliamente sobre esta patología, el test genético y su pertinencia antes de comprar este perro. Las asociaciones de perros nórdicos también pueden proporcionarte información al respecto. Por lo demás, un lundehund noruego sano goza de una salud de hierro y puede vivir catorce años.
Cuidados
El pelaje de este perro es resistente a la intemperie y necesita pocos cuidados. No obstante, cuanto más lo cepilles, menos pelos acabarán en casa. Durante el periodo de muda puede ser conveniente cepillarlo a diario porque este perro pelecha mucho en esta época. Por lo demás, sus cuidados son realmente sencillos. La suciedad se puede eliminar con el cepillo una vez seca. Además, el lundehund noruego es de los pocos perros que se asean a sí mismos. Eso sí, si lo ayudas con el cepillo, reforzarás vuestro vínculo.
Inspecciónale los oídos y los ojos periódicamente, y límpiaselos cuando sea necesario con un producto especial. A muchos lundehunds les lloran los ojos porque tienen los conductos lagrimales estrechos. Si esto le pasa al tuyo, límpiaselos suavemente con agua limpia a diario y sécaselos. Hay quienes le lavan los dientes a su perro con pasta y cepillo para perros. Si acostumbras a tu cachorro a este ritual, prevendrás el sarro y las enfermedades asociadas eficazmente.
¡Afuera!
Los paseos largos por la naturaleza, haga el tiempo que haga, son la base del entretenimiento de este perro. Además, a la mayoría les gusta nadar, por lo que lo harás muy feliz si le ofreces esta oportunidad. Por otra parte, deberás estimular su mente y sus habilidades. Para ello, tienes un amplio abanico de opciones de entre las que elegir. Un lundehund noruego adulto puede disfrutar con casi cualquier deporte canino, excepto con los de tiro. Debido a su gran independencia, no esperes de él una gran obediencia. En su lugar, elige una afición para los dos y disfrútala con calma. Prueba con él a ver con qué deporte os divertís más.
¿Encaja conmigo?
El lundehund noruego encaja en una familia activa en la que al menos un miembro tenga experiencia en perros. Aprende fácilmente y de buena gana, pero su adiestramiento requiere conocimientos y perseverancia. Además, hay que desfogarlo como es debido. Este perro no es ningún holgazán, sino que necesita mucho ejercicio al aire libre y, por tanto, mucho tiempo. Suelen gustarle los niños y también puede congeniar con gatos, sobre todo si ya conoció alguno de cachorro. Este perro tan manejable también puede vivir en un piso mediano, pero siempre preferirá un jardín (antifugas). Lo importante es controlar los ladridos de esta raza.
Antes de adoptarlo, asegúrate de que nadie en casa tenga alergia y piensa en si puedes y quieres llevártelo de vacaciones. Hoy en día, muchos hoteles admiten perros, aunque siempre existe la opción de dejarlo al cuidado de alguien. Aunque es un perro pequeño, los gastos corrientes en los que incurrirás no lo son. Además de una alimentación de calidad con un alto contenido de carne, piensa en el seguro de responsabilidad civil y el veterinario. A esto se añade el precio de compra del perro, nada desdeñable, junto con los posibles gastos de desplazamiento y el equipamiento básico.
¿Dónde puedo encontrarlo?
Ante todo, el lundehund noruego es una raza muy rara. La población mundial se reduce a solo unos 1300 ejemplares. Así pues, es más que posible que tengas que esperar bastante y recorrer muchos kilómetros para conseguirlo. Lógicamente, la gran mayoría de estos perros viven en Noruega. Infórmate en una asociación de perros noruegos de tu país sobre cómo ponerte en contacto con criadores. Además, pide información al criador sobre el síndrome del lundehund y la alimentación de la raza. El cachorro se irá contigo como muy pronto con ocho semanas de vida. Si viene del extranjero, necesitará, aparte de los papeles, una vacuna contra la rabia y tener una edad mínima. Recuerda pedir cita para las vacunas de recuerdo y habla con el veterinario sobre las desparasitaciones periódicas.
Encontrar un lundehund noruego adulto es prácticamente imposible, especialmente fuera de Noruega. Así pues, si buscas uno, es recomendable hablar con una asociación de perros noruegos. Aquí suelen tener mestizos maravillosos que buscan familia y que te engatusarán con sus encantos.