Gran Danés
El gran danés, también llamado dogo alemán o alano alemán, es una de las razas más grandes del mundo. A pesar de su imponente aspecto y de su gran boca, son perros amables y tranquilos que buscan el afecto y los mimos de las personas, aunque al hacerlo subestiman el peso de su propio cuerpo.
Características
El estándar de la raza le define como «cariñoso, amigable y devoto de su amo». A estos gigantes mansos no les gusta quedarse solos, prefieren siempre estar cerca de los humanos. Su carácter reservado y sencillo hace que sean una excelente compañía en cualquier situación. Puede que sean animales fieles, pero no sumisos, y sorprenden a sus dueños haciendo lo que buenamente les apetece.
No siempre son bien aceptados por la sociedad, a causa de su enorme tamaño. «¿Es un perro o un caballo?» es la pregunta que escuchan con frecuencia quienes pasean con un dogo alemán. Algunos dueños de razas pequeñas incluso se cruzan de acera al ver a este coloso y pensar que pueda hacer algo a su pequeño. Si te encuentras alguna vez en una de estas situaciones, no dejes que te afecte, pues es verdad que el tamaño del gran danés puede intimidar, pero una vez que se le conoce, su naturaleza amigable, bondadosa e inteligente conquista rápidamente. Sin duda, observarás reacciones amables y sorprendentes hacia tu alano.
Lo cierto es que las proporciones de este perro infunden respeto, algo que, en determinadas ocasiones, puede resultar muy útil. Son muy apreciados como guardianes; ante los desconocidos, estos perros atentos se muestran, en un primer momento, algo escépticos, aunque rara vez ladren o amenacen; no les hace falta porque ¿qué intruso querría medir sus fuerzas con un gran danés? De hecho, los dogos alemanes tienen un umbral de tolerancia muy alto y no son nada agresivos, son muy sociables con los humanos y otros animales. Gracias a su forma de ser, agradable y serena, son muy buenos para convivir en familia, incluso en familias con niños, pues son juguetones y cariñosos con ellos, lo único que a veces puede suponer un obstáculo es su gran peso.
Aspecto
Un gran danés adulto puede fácilmente llegar a pesar 90 kg o incluso más. La altura a la cruz alcanza, por lo menos, los 80 cm, en el caso de los machos, y 72 cm en las hembras, por lo que no sorprende su peso. Sin embargo, no se trata de un animal torpe, al contrario, su aspecto orgulloso irradia una gran fuerza y elegancia. De hecho, debido a su imagen armoniosa, su figura bien proporcionada y la expresividad de su cara, el estándar de la Federación Cinológica Internacional lo describe como el Apolo de los canes. Muchos lo ven como una estatua majestuosa y quizá por esa razón contaba con la admiración de la nobleza de los siglos XVI y XVII.
Existen tres variedades de color independientes que no deben mezclarse:
Leonado y atigrado: el gran danés leonado puede presentar tonalidades desde el leonado dorado pálido hasta el leonado dorado intenso. En el caso del atigrado, sobre la base de tono leonado dorado, deben aparecer rayas negras regulares en dirección a las costillas. Tanto los ejemplares leonados como los atigrados han de presentar una máscara negra, según el estándar de la raza, que, sin embargo, no acepta las marcas blancas.
Salpicado y negro: el pelo de este tipo de gran danés es de color negro azabache; se permiten las marcas blancas en el pecho y en los pies. Esta clasificación recoge los denominados Manteltiger y los Plattenhunde. En los primeros, el negro cubre el cuerpo como si de un manto se tratase; bajo este, destacan en color blanco el hocico, el contorno del cuello, el pecho, el vientre, las extremidades y la punta de la cola. Los Plattenhunde se caracterizan por presentar placas negras sobre una base de color blanco.
El gran danés salpicado, muestra, sobre su base de color blanco, marcas negro azabache irregulares y con aspecto quebrado que se reparten uniformemente sobre toda la superficie corporal. La cría de los perros de esta categoría, también llamados arlequín o diamante, resulta compleja, debido a que este rasgo no tiene carácter homocigótico. Tan solo un 10 % de los cachorros nacen con marcas negras distribuidas de este modo.
Azul: los alanos alemanes azules tienen un pelaje de color azul acero oscuro; están permitidas las marcas blancas en el pecho y en los pies.
Además de estos tres tipos, existen los llamados Grautiger y Weißtiger, aunque el estándar de la raza considera estos patrones no deseados. Los Grautiger tienen un color base gris con marcas negras. A pesar de que el color gris se valora mucho en otras razas caninas como, por ejemplo, en los perros de caza, los Grautiger no reciben las puntuaciones más altas en las exhibiciones. Ya no se crían de manera selectiva los dogos alemanes blancos, conocidos como Weißtiger, que nacían del cruce de dos arlequines, pues estos pueden ser portadores del gen merle, que puede transmitirse a los cachorros y causar ceguera o sordera.
Historia
A finales del siglo XIX, los cinólogos creyeron haber encontrado al antepasado del gran danés. Las ilustraciones de los grandes perros de pelea de pelo corto y hocico chato que acompañaron a los asirios hace más de 4000 años recuerdan al dogo alemán que conocemos hoy en día. En Dinamarca se han hallado restos óseos de perros de pelea de tamaño similar que datan del periodo comprendido entre los años 5000 a.C y 1000 d.C; no obstante, el parentesco entre estos perros y el alano alemán es un tema muy discutido. La supuesta relación existente entre el gran danés y el dogo del Tíbet, una de las razas más antiguas del Este, ya ha quedado descartada por pruebas de ADN.
No se han encontrado pruebas concluyentes anteriores al siglo XVI sobre los orígenes del gran danés. Según los datos disponibles, los grandes y elegantes perros de Inglaterra y de Irlanda, procedentes del cruce de mastines con perros lobo irlandeses, llegaron a Alemania. Su apariencia todavía era muy dispar, pero compartían un rasgo: su extraordinario tamaño. Finalmente, en el siglo XVII, comenzó en Alemania la cría selectiva del llamado perro inglés. Estos canes grandes y elegantes, que en un principio se dedicaron a la caza de osos, jabalíes y otros animales salvajes, no tardaron en hacerse un hueco en la corte como excelentes perros de compañía. La raza, entonces, quedó dividida en perros de cámara, perros de compañía y perros de caza. Entre los perros de cámara se encontraban los ejemplares con mayor fuerza y belleza, a los que se concedía el honor de llevar un collar dorado y de dormir en los aposentos de la nobleza sobre pieles de oso. A aquellos a los que no se consideraba lo suficientemente elegantes para formar parte de este grupo se les otorgaba el collar plateado y eran los encargados de proteger la corte de los intrusos. Puesto que tanto los perros de cámara como los de compañía vivían entre los nobles y sus familias, en la cría se buscaban, sobre todo, rasgos como la obediencia y la docilidad. Los perros con este carácter no se destinaban a la caza.
Incluso aquellos que no reunían las cualidades necesarias para ser perros de cámara o de compañía, y vivían en los establos, eran considerados tan valiosos que no se empleaban para la caza. Para ello, se utilizaban otros perros, cuya tarea consistía en seguir el rastro de los cerdos y de los osos y hacerlos salir del bosque; una vez que las presas salvajes se encontrasen a la vista, se soltaba a los perros ingleses de caza, que debían atraparlas y sujetarlas con su poderosa mandíbula hasta que el cazador las tuviera a tiro. Para que estos perros tan valiosos no resultasen heridos, se los cubría con gruesas tripas de animales.
A medida que se fue extendiendo el uso de las armas de fuego, estos perros fueron perdiendo su utilidad, y muchas de las razas de aquel entonces acabaron por desaparecer. A diferencia de ellas, el gran danés se siguió considerando un perro de lujo y un símbolo de posición social. A mediados del siglo XIX, la raza fue volviéndose cada vez más popular. Uno de dueños más famosos de dogo alemán fue Otto von Bismark, primer canciller del Imperio alemán, que tuvo estos perros durante más de 60 años, lo cual hizo que el alano alemán se ganase el apodo de perro del Imperio.
Dado que estos perros vivían principalmente en familia, la cría se centró en la búsqueda de un carácter tranquilo, equilibrado y obediente. Surgieron varios tipos de gran danés que recibieron distintos nombres: dogo de Ulmer, dogo danés, dogo inglés o gran dogo, entre otros. En el año 1876, se presentaron a una exhibición unos cuantos ejemplares diferentes de alano alemán y los miembros del jurado propusieron a los criadores un nombre común para la raza: Deutsche Dogge, que literalmente significa dogo alemán. Este nombre genera cierta polémica, pues no todos los países consideran que la raza sea originaria de Alemania. Por ello, algunos países la han bautizado como gran danés, Great Dane en inglés, etc. El primer club de la raza que se fundó fue el alemán, en 1888.
Cría y salud
El Club del Gran Danés, con sede en Berlín, se fundó en 1888 y hasta el día de hoy es el responsable de establecer el estándar que se ha de seguir en la cría de la raza, aunque es la Federación Cinológica Internacional la que lo supervisa y publica. Uno de los aspectos que más se tienen en cuenta en la cría es un temperamento tranquilo y sociable con las personas. El hecho de que el gran danés haya sido un perro de familia en el pasado y continúe siéndolo ahora, a pesar de su tamaño, se debe a su carácter manso. Por supuesto que también hay quienes valoran su tamaño como un símbolo de prestigio. Aunque sea muy popular, los criadores también tienen que hacer frente a las enfermedades propias de la raza. Algunas de las afecciones a las que son más propensos, debido a su envergadura, son la displasia de cadera, la torsión gástrica, cáncer óseo, miocardiopatía. El 28 % de los dogos alemanes fallece antes de los cinco años y tan solo unos pocos superan los 10 años. Los errores que se producen en la cría pueden derivar en una mayor tendencia a ciertas enfermedades, por ejemplo, centrar la cría en la obtención de una mandíbula fuerte puede, con frecuencia, acarrear conjuntivitis.
Tener y adiestrar a un gran danés
Afortunadamente, con la ayuda de la cría responsable, que no se guía tanto por la talla del perro sino por su salud y esperanza de vida, es posible reducir el riesgo de enfermedades. La alimentación y el ejercicio físico también son aspectos determinantes. La musculatura y los tendones del alano alemán deben entrenarse para que se mantenga sano y en forma el mayor tiempo posible. En la vida de un perro activo no puede faltar un largo paseo diario y, si es posible, mejor sin correa. Sin embargo, el subir escaleras no es una actividad recomendable para los perros grandes. En el caso de los perros jóvenes, deberían evitarse los paseos muy largos, los juegos alocados, así como las escaleras. El lugar más adecuado para tener un gran danés es una casa con jardín. Si tienes preguntas sobre la alimentación más apropiada para un dogo alemán, quien mejor puede responder es un veterinario o un criador. De lo que no cabe duda es que un gran danés necesita más de todo: más espacio, más ejercicio e incluso más comida.
Gracias a su docilidad y a su lealtad hacia los humanos, son, generalmente, animales sencillos y nada problemáticos, por lo que son excelentes perros de familia y de compañía. Su gran corazón los hace adecuados incluso para la terapia asistida por animales. Como ocurre con el resto de razas, requiere un adiestramiento consecuente, a la vez que cariñoso, para lograr desarrollar su carácter positivo. Tampoco hay que olvidar que, debido a sus grandes dimensiones, necesitan a su lado a una persona que les marque los límites y en cuya fuerza puedan confiar. Para ser felices, precisan, sobretodo, del contacto con los suyos. El gran danés es una raza afectuosa con tendencia a salivar de más, algo que sin duda te acostumbrarás a ver en tus vaqueros.
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