Existen dingos americanos tanto salvajes como domésticos. Es uno de los perros paria, que viven cerca de las personas, pero estas no los alimentan ni los crían.
Por eso, el dingo americano es tan independiente y capaz de adaptarse. Si se va a tener como animal doméstico, debe acostumbrarse a la convivencia con personas desde cachorro.
Un dingo americano bien socializado y educado con cariño es alegre, apegado y mimoso.
Vida en manada
En la naturaleza, el dingo americano vive en manadas con estructuras jerárquicas, como los lobos. Cazan juntos y crían a los cachorros en familia. Como animal doméstico, también muestra una enorme fijación por su manada humana.
Crea un vínculo estrecho con sus cuidadores y también se lleva bien con los niños. Ante los desconocidos se muestra entre escéptico y desconfiado, pero nunca agresivo.
Alberga un instinto de protección intenso hacia su familia.
Carácter salvaje
Estos perros muestran algunas conductas y peculiaridades que atribuimos a los lobos y a los perros salvajes.
Por ejemplo, las hembras tienen el celo tres veces al año y no dos, como las hembras de razas modernas. Además, alimentan a sus cachorros con bolo alimenticio regurgitado.
El nivel de actividad depende mucho más de la época del año que en otras razas. En verano, el dingo americano es más ágil que en invierno.
Cazador valiente
Como cazador valiente y habilidoso que es, el Carolina dog no se detiene ni ante las serpientes. Además, cubre sus excrementos con arena o tierra.
¿Es apto para principiantes?
Debido a sus raíces salvajes, el dingo americano no es apto para principiantes. Debe estar con alguien tranquilo que lo acostumbre a los estímulos del entorno con confianza.
Cualquier tipo de agresividad, aunque solo sea elevar la voz, lo amedrentaría.
En situaciones desconocidas reacciona con nerviosismo. Le cuesta lidiar con las mudanzas y tampoco lo pasa bien de vacaciones ni en una residencia canina.