Boloñés

Boloñés

A primera vista, es el típico perro faldero. A segunda vista, está claro que el boloñés puede hacer mucho más que acurrucarse. Este simpático y juguetón peludo es un buen compañero para jóvenes y mayores. Con su carácter abierto, contagia su buen humor allá donde va.

Aspecto: nubecita ligera

Este simpático enanito recuerda a un algodoncito esponjoso. No pesa más de cuatro kilos repartidos en una altura de cruz de hasta 30 cm, menos que algunos gatos. A pesar de su constitución compacta, tiene un aspecto esbelto y sus movimientos son gráciles y elegantes. Lleva la cola curvada sobre el lomo.

Un pelo suave, ondulado y exclusivamente blanco puro le cubre todo el cuerpo. Es vaporoso y no le queda apretado, y es más corto sobre el hocico. La trufa y los ojos son negros.

Historia: perritos falderos populares desde hace siglos

El boloñés es uno de los llamados bichones, los perros falderos. Esta denominación es común a todas las razas de bichones. Además de su uso como perros de compañía durante siglos, también comparten la constitución pequeña. Caben en el regazo perfectamente.

Además del boloñés, la Federación Cinológica Internacional (FCI) incluye al bichón frisé, al bichón habanero y al bichón maltés entre los bichones. Además, el cotón de Tuléar y el pequeño perro león también están emparentados con él.

El origen del bichón boloñés está íntimamente asociado al del maltés. Los dos tienen los mismos antepasados, que ya se conocían en tiempos de Aristóteles. A lo largo de los siglos, los poderosos se adornaban y decoraban su hogar o corte con estos elegantes acompañantes. Por eso, la raza ha tenido una impresionante serie de cuidadores famosos: el rey Felipe II de España, Madame de Pompadour, los duques de Médici, Catalina la Grande y María Teresa de Austria son solo algunas de las personalidades que no solo hicieron historia, sino que tenían un boloñés a su lado.

La FCI reconoció la raza como independiente en 1956. Actualmente, este peludito inteligente ya no es un objeto de prestigio, sino que hechiza a todas las clases sociales con sus encantos.

Carácter: acompañante sencillo

El boloñés es inteligente y juguetón, por lo que contagia su buen humor allá donde va. Le encanta hacer cosas con sus seres queridos humanos: jugar, pasear, pasar una tarde en el sofá… El apegado boloñés disfruta con lo que sea. Lo más importante para él es poder estar con su manada humana.

La raza es muy mimosa, pero también atenta, aunque no tiende a los ladridos estridentes. Estos pequeños perros falderos casi no tienen instinto de caza y son fáciles de socializar con otros animales, como gatos. El requisito, claro está, es que el minino también acepte a su vivaracho compañero de piso.

Boloñés © SasaStock / stock.adobe.com

Adiestramiento con perseverancia

Lo más difícil del adiestramiento de este inteligente peludo es no dejarse engatusar por sus encantos. Estas bolitas de energía detectan enseguida los puntos débiles de las personas. En caso necesario, pueden poner ojitos de cordero para conseguir lo que quieren, como un bocadito de tu plato.

Sé siempre perseverante desde la edad de cachorro. Así, el boloñés aprenderá que no sigue siendo no y a no ponerte a prueba constantemente. Si interiorizas esto, el adiestramiento de este perrito ansioso de aprender es un juego de niños. Incluso los principiantes que aún deban profundizar en las bases del adiestramiento canino podrán hacerlo sin problemas.

Actividades: mimos, juegos y paseos

Aparte de los mimos, jugar es una de las actividades preferidas de esta raza. El bolognese también se divierte con paseos largos. Si quieres llevártelo a hacer senderismo, ten en cuenta su tamaño. Tantéalo lentamente cuando sea adulto en caminatas largas para ver cuándo se cansa.

Obviamente, el boloñés también tiene que salir a la calle cuando llueve para hacer sus necesidades. Sin embargo, no es una de esas razas que piden largos paseos por mal tiempo que haga. Si el tiempo es desapacible, puedes hacer que se mueva dentro después de un breve paseo jugando con él o enseñándole truquitos. El adiestramiento con clicker, por ejemplo, es ideal. Los deportes caninos como el dog dancing o el agility para perros pequeños también son muy divertidos para muchos boloñeses.

Consejo para deportistas: debido a su tamaño, el boloñés no es apto como compañero de footing, pero puedes llevarlo en una cestita en la bicicleta.

En el comedero: poco, pero de calidad

Este perrito necesita raciones pequeñas. Es tu responsabilidad prevenir el sobrepeso, ya que el boloñés puede ser muy tragón. Asegúrate de darle comida de calidad cuyo ingrediente principal sea la carne.

La cantidad recomendada por el fabricante son valores orientativos que pueden variar según la constitución y el ejercicio del pequeñín. Lo mejor es pesarlo regularmente de adulto para poder detectar posibles cambios de peso a pesar del tupido pelo. Ajusta la cantidad de comida como corresponda si tu perro engorda.

Ten en cuenta que medio kilo de más o de menos es muchísimo en relación con la estatura. Si un boloñés pesa 4,5 kg en lugar de 4, esto equivale a una persona que pesa 100 kg en lugar de 80.

Si le das chucherías, elige snacks saludables, como carne liofilizada o artículos secos para masticar que también le limpien los dientes. Además, tu peludito siempre debe tener agua fresca a su disposición.

Perros pequeños con una salud de hierro

Esta raza se considera muy robusta. Algunos ejemplares tienen predisposición, como muchos perros pequeños, a las luxaciones de rótula. Cuando compres un cachorro, asegúrate de que los padres se hayan sometido a pruebas y pídele al criador los resultados por escrito.

Hablando de criadores: la inversión en un boloñés de un criador serio también es la mejor inversión en la salud del peludo. El mayor riesgo de que los animales acarreen problemas de salud lo entrañan los criadores no éticos. Estos suelen vender boloñeses para ganar dinero, habitualmente sin la documentación pertinente. Evita a estos criadores a toda costa. Un boloñés sano puede llegar a vivir unos 15 años.

Ritual de cuidados para esta belleza blanca

El pelo blanco y ondulado requiere cuidados regulares, pero tiene la gran ventaja de que apenas se le cae. Acostúmbralo desde cachorro al cuidado regular del pelaje con peine y cepillo. Durante el periodo de muda del pelo, péinalo cada día para prevenir enredos. También conviene recurrir al peine y al cepillo cada dos días fuera de este periodo. Además, enseguida se le quedan ramitas y suciedad enganchadas en el pelo blanco nieve.

Hablando de blanco nieve: el pelo blanco de este perro requiere un baño de vez en cuando. Acostúmbralo desde cachorro a estos baños y usa un champú suave para perros. Se recomienda usar uno especial para pelo blanco.

Asegúrate de que no se le metan pelos en los ojos que los puedan irritar. Si no, córtaselo para prevenir inflamaciones oculares.

Cuando sea adulto, examínale la longitud de las uñas regularmente y córtaselas para evitar que se le enganchen y le hagan daño.

¿Encaja conmigo un boloñés?

El bichón boloñés es un perro muy versátil que también es perfecto para principiantes. Se integra a las mil maravillas en un entorno familiar. Además, se lleva muy bien con los niños, con los que puede jugar y compartir mimos.

No obstante, a pesar de su lindo aspecto, hay que recordar que no es un peluche. Por eso, los niños deben haber aprendido que a los animales hay que tratarlos de forma responsable. Con un juego muy brusco, el perrito podría hacerse daño rápidamente. El bolognese debe tener suficientes lugares para refugiarse.

En general, estos perros se llevan bien con gatos o roedores, especialmente si han socializado con ellos desde el principio. Si un boloñés llega a una casa con un gato adulto, el gato debe recibir las mismas atenciones que antes. De lo contrario, podría ver al nuevo miembro de la familia como un intruso.

Esta raza también es apta para vivir con una persona sola y disfruta de la vida en pareja con ella. En cambio, a estos perros no les gusta estar solos. Como posible cuidador de este animal, debes poder tenerlo siempre contigo. Además, este alegre perro es perfecto para personas mayores, que suelen poder llevarlo a todas partes. A su vez, el boloñés los mantiene activos y en forma. Tanto en la ciudad como en el campo, este enano flexible se siente bien en cualquier hogar.

Boloñés © frank11 / stock.adobe.com

Antes de la llegada

Por muy pequeña que sea la raza, la llegada de un perro constituye un cambio de vida enorme. Tenlo claro de antemano y prepárate con calma para la vida con perro.

Antes de que decidas adoptar un boloñés, debes saber con quién se quedará cuando enfermes o te vayas de viaje. Consejo: hoy día se puede llevar al perro a muchos hoteles y casas de vacaciones.

El pequeño y sencillo boloñés puede ser un fantástico acompañante en cualquier destino al que se pueda llegar en coche o tren, particularmente porque viajar solo con él es superfácil debido a su tamaño manejable. Sin embargo, si planeas unas vacaciones de playa en regiones tropicales, es mejor que organices su custodia de antemano para satisfacer su necesidad de cercanía en tu ausencia.

Calcula los gastos regulares en los que incurrirás durante muchos años cuando llegue el pequeño. Además de una comida de calidad, piensa en las visitas al veterinario para los chequeos y vacunas, así como el seguro para perros.

Al inicio de la convivencia, deberás pagar el precio del perro de un criador profesional y los costes del equipamiento básico. Antes de que llegue, asegúrate de tener todo lo que necesitará: comederos, bebederos, juguetes para perros pequeños, mantas, camitas, correa con arnés o collar y un transportín para el coche. Respecto a este último, debes comprar un transportín pequeño y portátil.

También deberás comprar algunos utensilios para los cuidados: cepillo, peine, champú y toallitas para los ojos, por ejemplo. También conviene tener de antemano un peine antipulgas y unas pinzas quitagarrapatas.

¿Dónde puedo encontrar un bichón boloñés?

Estos acicalados perritos disfrutan de una gran popularidad, al igual que el resto de razas de bichones. No obstante, encontrar un criador serio requiere ciertos preparativos. Asegúrate de que el criador de bolognese que elijas pertenezca a una asociación. También debe poderte enseñar pruebas escritas de los exámenes médicos que haya realizado para la cría.

Conviene que conozcas a los cachorros y los padres en su casa. Todos deben presentar un aspecto equilibrado. El criador te entregará al cachorro como muy pronto con ocho semanas de vida. Para entonces, se habrá sometido a una impronta y socialización exhaustivas. También tendrá el chip y estará varias veces desparasitado y vacunado. Asimismo, te entregará un pasaporte europeo para animales.

Si tu nuevo perro viene de otro país, al trasladarse dentro de la UE debe tener 15 semanas y disponer de la vacuna de la rabia. Si prefieres adoptar un boloñés en tu región, pero no encuentras criadores cerca, puedes considerar otras razas de bichón. Aunque algunos amantes del bichón boloñés protesten: el bichón frisé y el maltés, estrechamente emparentado con el boloñés, tienen muchas cosas en común con este último y pueden ser una buena alternativa.

Importante

En cualquier caso, evita los criadores que venden cachorros sin estar afiliados a ninguna asociación. Estos individuos no suelen tener los conocimientos requeridos para criar cachorros sanos y con un carácter consolidado. Tampoco invierten en una selección orientada a la salud ni dedican tiempo a la necesaria socialización. La consecuencia pueden ser enfermedades, trastornos conductuales y la incertidumbre sobre si realmente se obtiene un boloñés.

Si quieres adoptar un ejemplar adulto, puedes echar un vistazo en la vastedad que ofrece internet. De vez en cuando, hay gente que debe separarse de su boloñés por el motivo que sea. En las protectoras es poco probable que encuentres uno, ya que la raza es bastante infrecuente. Además, estos preciosos y sencillos perros suelen encontrar familia muy rápido. No obstante, una visita no cuesta nada. Puede que en la protectora encuentres otros bichones o mezclas que conquisten tu corazón.

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