¿Cómo saber si mi perro es feliz? 10 signos de felicidad canina
¿Cómo puedo estar seguro de que mi perro es feliz? ¿Lo estoy haciendo bien y le estoy dando una vida con la que esté satisfecha? Todos nos hemos planteado estas preguntas alguna vez.
© Karramba Production / stock.adobe.com
Compañero fiel, de juegos y que te consuela: los niños adoran a los perros y casi todos desean tener su propio amigo canino. Sin embargo, para que la convivencia entre perros y niños se desarrolle sin dificultad son necesarias una serie de reglas. Aquí descubrirás cuáles son y qué razas son ideales como perros de familia.
Casi todos los niños, en algún momento, quieren tener un perro. Pero ¿es una buena idea que los padres cumplan sus deseos? De hecho, los perros pueden ser un enriquecimiento para toda la familia y tienen un efecto muy positivo en el desarrollo de los propios niños. Numerosos estudios indican que los niños que se han criado con perros son más equilibrados, sociales y menos agresivos. Un peludo proporciona protección y fortalece la autoestima, pues permanece junto al pequeño y le consuela en cualquier situación. Al mismo tiempo, los jóvenes que tienen un cuadrúpedo pasan mucho tiempo fuera y tienden a hacer más actividades deportivas que los que no tienen perro. Además, aprenden a respetar los límites, a asumir responsabilidades y a considerar las necesidades de los demás.
A pesar de todos estos aspectos positivos no es conveniente que de inmediato acudas a la protectora o al criador más cercano. Debes pensártelo muy bien antes de adquirir una mascota, sobre todo un perro. Un can no se regala como se regala un juguete nuevo por el cumpleaños o por Navidad. Los padres deben conversar con sus hijos sobre los cambios que conlleva adquirir un cuadrúpedo. Este necesita atención, paseos, una educación consecuente, una alimentación adecuada, necesita ir al veterinario con regularidad y debería tener un lugar confortable en la casa (una cesta, una manta) donde poder retirarse del ajetreo familiar.
Además, tener un can también cuesta dinero y requiere tiempo. Todos los miembros de la familia deben ser conscientes de esto y estar de acuerdo con la adquisición del can. Si compras un perro solo por hacer felices a tus hijos, tanto tú como tu pareja debéis estar conformes con el nuevo miembro de la familia.
Dependiendo de lo pequeños que sean tus hijos puede que aún no sean capaces de apreciar la importancia de una mascota en su totalidad. Por lo tanto, la responsabilidad del perro recae principalmente en los padres. No obstante, ya puedes explicarles a los niños pequeños que tener un perro provocará cambios en la vida familiar diaria y que hay ciertas reglas que deben cumplirse cuando se tiene un animal. Aunque el entusiasmo por el nuevo miembro de la familia disminuya, este aún necesita salir todos los días sin importar que esté lloviendo afuera y en realidad prefieras echarte en el sofá.
Las vacaciones o las visitas espontáneas a amigos y parientes o las acampadas no son tan fáciles de realizar sin planearlo bien de antemano. Decide quién de tu familia será el principal responsable de cuidar al can. ¿Quién lo saca a pasear? ¿Quién se encarga de que se cumplan los horarios de comida? ¿Quién lo llevará al veterinario? ¿Quién se hará cargo de los cuidados del pelaje? ¿Y quién se ocupará de él cuando tu estés enfermo o quieras viajar? Los niños en edad escolar pueden asumir ciertas tareas y quizás puedan encargarse de los paseos junto a sus hermanos. Cuanto mejor repartas las responsabilidades menos peleas se darán y la convivencia con el cuadrúpedo será más armoniosa.
Además de preparar bien la llegada del peludo debes explicarles a tus hijos cómo deben comportarse con el perro y poner unas reglas específicas para el día a día. Tus hijos deben aprender que un can no es un peluche que se puede agarrar y soltar como les apetezca. Los cuadrúpedos tienen sus necesidades y estas deben respetarse. Por supuesto, los niños aprenden con la práctica, pero también puedes sensibilizar a tus hijos sobre ciertos temas con antelación. A veces es de gran ayuda apuntar las reglas junto con tu familia y colgarlas en la casa. Los dibujos o los pequeños símbolos ayudan sobre todo a los niños pequeños a interiorizar y cumplir las reglas.
Hemos recopilado las reglas más importantes para niños que conviven con un perro, a las cuales puedes añadir tus propias reglas familiares.
Lamentablemente, los perros no hablan y no pueden contarte cómo se sienten o qué es lo que necesitan. Pero si los observas bien, su expresión corporal dice mucho sobre lo que están sintiendo. Está claro que tu hijo no se convertirá en un experto en perros de la noche a la mañana, pero le ayudarás si te tomas el tiempo y le explicas de vez en cuando qué es lo que el can quiere expresar con su postura. Cuando mueve la cola y observa con interés al niño es que quiere su atención y seguro que se alegra si tu hijo juega con él. Sin embargo, cuando se hace pequeño, se agacha y encoge la cola entre sus patas traseras es que está inseguro y asustado y es mejor dejarlo solo. También hay que tener cuidado cuando el peludo enseña los dientes o eleva la cola con firmeza. Entonces es mejor sacar al can de esa situación y separarlo del niño.
De igual forma que tú necesitas tu propia cama, tu perro también necesita su propio lugar en la casa: una cesta, una esquina confortable o incluso una caseta en el jardín si pasa mucho tiempo fuera. Explícale a tu hijo que ese es el espacio del peludo y que a nadie se le ha perdido nada ahí. Si el can se retira y se acuesta en su manta o cesta es que quiere que le dejen tranquilo y tu hijo no debería molestarle.
El perro también necesita calma durante sus comidas. Aclárale a tu hijo que no arrastre o empuje al peludo de su comedero ni se lo quite. Cuando molestas a un cuadrúpedo mientras come lo considera un ataque y, dependiendo del carácter, pueden defender este derecho a toda costa.
¡Descubre nuestra selección de comida para perros!
La cola del perro puede parecer bastante atractiva para los pequeños y la tentación de tirar de ella es grande. Explícale a tu hijo que el can no es un juguete de peluche y que los tirones y los empujones le duelen tanto como a él. Dado que los cuadrúpedos no pueden hablar, usan su pelaje, sus orejas y su cola para expresarse y pueden reaccionar de forma agresiva a los ataques hacia estas partes vitales del cuerpo. El niño debe entender que debe tratar al perro de igual como le gustaría que lo trataran a él. Al fin y al cabo, a él tampoco le gustaría que alguien le tirara del pelo o le empujara.
Cuando tu perro se encuentra con otro de su especie y le mira fijamente a los ojos sin girar la cabeza significa que no le teme y que se considera el más fuerte. Por eso, si el niño mira de esta forma al perro, este podría interpretarlo como un desafío o incluso como una amenaza sobre su posición en la familia. Por supuesto, tu hijo puede mirarlo, pero no debería ponerse frente a él y mantener la mirada fija.
Muchos accidentes pasan jugando. Por ejemplo, el niño coge un palo y lo quiere lanzar, el perro intenta cogerlo y, sin querer, pilla la mano del niño. Es importante que el perro aprenda desde un principio cuáles son los límites y que entienda el comando «¡no!» o «¡suelta!». Los niños también pueden aprender a pronunciar los comandos apropiados de forma clara y distintiva o a hacer saber al perro, mediante una clara señal con la mano, que debe ser paciente. Por supuesto, esto es mucho más difícil para los cachorros o perros jóvenes, por lo que lo más seguro es que tu hijo sea más cuidadoso al principio y trate de no acercarse demasiado a los dientes del can.
Al igual que a los niños, a los perros no les gusta que les quiten sus juguetes. Los juguetes del perro deben estar prohibidos para tu hijo, de la misma forma que los juguetes de tu hijo lo son para el perro. Si a pesar de todo, el perro atrapa el juguete favorito de tu hijo, este no debería intentar arrancárselo de la boca. El niño o los padres deben hacerle entender al perro el comando «¡suelta!». A veces ayuda ofrecerle una golosina al can como recompensa por soltar el juguete. Si todo esto no funciona y el peludo no quiere soltar el juguete del niño debes tranquilizar a tu hijo en otra habitación y dejar al cuadrúpedo y al juguete solos. Al perro no le hará gracia que lo dejen solo y que lo ignoren. Lo más probable que él mismo llegue a entender que debe soltar el juguete para volver a tener la atención de su familia.
Esta última regla es, sobre todo, para niños pequeños. Por muy paciente y bueno que sea el perro es posible que, de vez en cuando, le pueda su carácter. Esto no tiene por qué ser con mala intención, sino que también puede suceder jugando, cuando el perro y los niños están retozando con gran entusiasmo. Lo importante es que haya un adulto cerca que haga entender al perro con claridad que debe ser cuidadoso y que un niño no es tan robusto como un cachorro. Los niños, debido a su tamaño, suelen ser considerados de rango inferior o igual por los perros. Por lo tanto, no siempre obedecen a las órdenes de éstos.
A los bebés nunca se les debe dejar solos con un perro, a pesar de que esté durmiendo tranquilamente en su cuna. Es importante que los padres estén siempre pendientes, incluso si creen que conocen bien a su can. En ciertas situaciones o eventos impredecibles puede reaccionar de diferente manera que los humanos.
¿Algunas razas de perro son mejores perros de familia? ¿Las hembras se llevan mejor con los niños que los machos? No hay una respuesta exacta para estas preguntas, pues cada perro, independientemente de su raza o de su sexo, es único y tiene experiencias diferentes a lo largo de su vida. No obstante, a la hora de elegir tu perro de familia puedes tener en cuenta unos criterios y unas características determinadas que pueden facilitaros a ti y a tus hijos la convivencia con el cuadrúpedo.
¿Qué razas cumplen estos criterios? Te presentamos las quince razas de perros más populares entre las familias con niños:
Los labradores son perros amables, bondadosos y cercanos. Son muy pacientes y se preocupan por caer bien a su humano. La agresividad o el nerviosismo son desconocidos para esta raza. Como perros cobradores les encanta jugar al lanzamiento del palo y disfrutan mucho jugando con los niños.
Al igual que los labradores, los golden retriever también son perros de familia muy populares. No es de extrañar, pues son muy inteligentes, tranquilos y pacientes. Su instinto protector y guardián es muy bajo. Son juguetones incluso cuando son mayores y les encanta tener compañía. Muchos niños, visitas de amigos y mucha acción en casa no son un problema para estos amigables y bondadosos perros.
Los perros con el bonito pelaje con manchas se consideran fáciles de educar, pacientes y juguetones. Gracias a su pelaje corto, son fáciles de cuidar. Así que, los dálmatas no solo son estrellas en el cine, sino también son famosos en las familias con niños.
Tienen que pasar muchas cosas para que un bóxer pierda la paciencia. Al contrario de lo que su nombre parece indicar, estos perros son muy bondadosos y relajados. Les encanta jugar y, gracias a su gran capacidad de aprendizaje y su naturaleza sencilla, entienden cuando en algún momento su humano o los niños no tienen tiempo para él.
Tanto el tamaño como el carácter del beagle suelen ser ideales para las familias con niños. Este perro disfruta de la compañía de sus humanos y también se lleva bien con personas desconocidas y otros perros. Se encuentra muy a gusto en familias activas.
Que los collies son fieles e inteligentes y que les gustan los niños lo sabemos por Lassie. Se considera que todas las razas collie son fáciles de educar y son perros de familia muy cercanos. Como perros de pastoreo tienen una necesidad de movimiento muy grande y un instinto protector muy desarrollado. Las familias que acepten las necesidades que implican ya saben que un collie es un compañero fiel y cariñoso, que estará junto a ellas en las buenas y en las malas.
A los niños les encanta este perro de mirada fiel y suaves orejas colgantes. De hecho, gracias a su naturaleza amable y juguetona, este peludo suele ser ideal como perro de familia. Le encanta cuando está rodeado por sus humanos y se siente genial en una casa con muchos niños.
Aunque no lo parezca, el bulldog suele ser ideal como perro de familia. A diferencia de lo que las profundas arrugas y su, a veces, siniestra mirada puede hacer pensar, el bulldog inglés es muy bondadoso y amigable. Ni siquiera le molesta el griterío de los niños o los juegos salvajes.
El boyero de montaña bernés también tiene una tranquilidad interior envidiable. Ni siquiera una banda de ruidosos niños de una guardería consigue impresionar a este grande y bonito peludo. Normalmente no se consideran muy juguetones, pero tampoco exigen mucha diversión a su familia. Les basta con observar con calma cómo sus integrantes juegan ajetreadamente en el gran jardín.
El setter irlandés rojo no es adecuado como perro guardián, pues es muy abierto y amable con todas las personas. Gracias a estas cualidades y su afán por aprender puede ser ideal como perro de familia. No obstante, como perro de caza originario, necesita suficientes salidas y ejercicio, por lo que solo es adecuado para familias muy activas que saben cómo entretener la mente y el cuerpo del can.
Es cierto que este can gigante no es precisamente fácil de cuidar. Pero en todos los demás aspectos, los terranova suelen ser los perros perfectos para familias con niños, siempre que tengan mucho espacio. A estos suaves osos de peluche que no le harían daño ni a una mosca les encanta jugar y acurrucarse junto a sus humanos. Además, desarrollan un vínculo muy especial con los niños.
A los basset les gusta la tranquilidad y la comodidad, pero esto no quiere decir que les moleste el ajetreo. Al contrario, les encanta estar rodeados de niños y se adaptan a la vida familiar con facilidad. Lo importante es que no estén solos.
Las familias activas que pasan mucho tiempo en la naturaleza tendrán muchas alegrías con el border terrier. Sus incansables ganas de jugar, su entusiasmo y sus nervios de acero son impresionantes. No obstante, como terriers, a veces son un poco tozudos.
Carismático, inteligente, juguetón y fácil de adiestrar, el caniche suele ser un perro de familia ideal. Es muy abierto y amable con los niños y le encantan como compañeros de juegos. Eso sí, el pelaje del caniche puede requerir bastantes cuidados.
Las familias a las que no les agobian los cuidados diarios del pelaje estarán muy a gusto con un bobtail. Estos bonitos peludos con su generoso manto son muy cercanos a los niños y mimosos. Sin embargo, necesitan hacer tanto ejercicio como recibir mimos.
Claro que no siempre tiene que ser un perro de raza, pero si compras un cachorro en un criador serio, que le da importancia a la estabilidad del carácter y a la socialización de sus crías, tienes más posibilidades de que este cachorro se integre sin dificultades y de que se convierta en un cariñoso perro de familia. Los perros mayores de una protectora de animales o los mestizos son más bien impredecibles. En estos casos es importante que te informes sobre el origen y el pasado de los perros. ¿Se sabe quiénes son los progenitores? ¿En qué circunstancias nació el cachorro y cómo pasó sus primeras semanas o años de vida? ¿Se sabe de algunas experiencias negativas que el perro haya podido tener con niños? ¿Porqué acabó en la protectora? No siempre se encuentran todas las respuestas a estas preguntas.
Si quieres adoptar un perro por primera vez y no tienes mucha experiencia con el adiestramiento canino es preciso que te lo pienses muy bien. Con los niños, puede que no tengas tiempo de reeducar a un perro que pueda tener problemas de comportamiento. Como padres, sin embargo, tenéis la responsabilidad y el deber de aseguraros de que perros y niños se lleven bien y puedan disfrutar al máximo del tiempo juntos.
¿Cómo puedo estar seguro de que mi perro es feliz? ¿Lo estoy haciendo bien y le estoy dando una vida con la que esté satisfecha? Todos nos hemos planteado estas preguntas alguna vez.
Lo tienes claro: quieres adoptar un can. Pero aún no has decidido si quieres un perro macho o hembra. Muchas personas que adoptan un animal por primera vez tienen esta duda. Te damos consejos para que te resulte más fácil tomar esta decisión.
Mucha gente acaricia la idea de tener un segundo o tercer perro. Las ventajas de tener dos perros o más son evidentes: el peludo siempre tiene alguien con quien jugar y los perros inseguros pueden guiarse por su amigo.