¿Cómo saber si mi perro es feliz? 10 signos de felicidad canina
¿Cómo puedo estar seguro de que mi perro es feliz? ¿Lo estoy haciendo bien y le estoy dando una vida con la que esté satisfecha? Todos nos hemos planteado estas preguntas alguna vez.
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La Navidad es la época más bonita del año para mucha gente. Sin embargo, para nuestros peludos, estos días festivos acarrean ciertos peligros. Te explicamos cinco cosas que pueden ser peligrosas para los perros en Navidad.
Para los que tienen perro, la época navideña puede convertirse en una pesadilla. La cosa empeora cuando el perro es muy joven y curioso porque quiere probar todas las cosas nuevas del piso.
Pero no te preocupes: si tomas las precauciones siguientes, (casi) nada podrá salir mal. Podrás disfrutar de este periodo tan mágico sin preocuparte y pasar unas fiestas estupendas con tu peludo.
¿Qué sería de la magia de la Navidad sin velas? En la época oscura del año, la luz de las velas es casi obligatoria. La mayoría de perros se mantienen alejados de las llamas de las velas. Sin embargo, nunca hay que dejarlas a su alcance.
Si no quieres renunciar a las velas auténticas, colócalas en un lugar fuera de su alcance. Las velas en la mesa de centro están prohibidas.
Además, nunca deben estar encendidas cuando el perro esté en la estancia sin supervisión. Si estas precauciones no son suficientes, puedes usar velas con luz artificial led en lugar de las auténticas. Estas ni gotean ni queman ni provocan incendios.
Si, aun tomando todas las precauciones, tu perro se quema, enfríale la zona afectada con agua tibia (¡no helada!). No le apliques pomadas ni polvos.
Es frecuente que la gravedad de la quemadura no se vea hasta mucho más tarde, por ejemplo, cuando se necrose el tejido de una gran zona de piel. Por eso, siempre debes llevar al perro al veterinario, aunque la quemadura sea pequeña.
Por muy bonito que sea un árbol bien decorado, entraña peligros para los perros en Navidad que no debes subestimar. Los cachorros, en particular, suelen tener dolorosas experiencias con las luces, las bolas de cristal y otros adornos.
El riesgo más importante lo entrañan las bolas de Navidad rotas. Cuando el perro investiga el árbol meneando la cola, se caen fácilmente de la rama.
Los cortes en las patas o en la boca no solo son muy dolorosos, sino que se pueden infectar.
Tampoco hay que subestimar el peligro que presenta el espumillón. Esta decoración tradicional, que a menudo contiene plomo, puede provocarle al perro una peligrosa obstrucción intestinal en caso de ingesta.
También hay que tener cuidado con el soporte del árbol y los perros en Navidad. Al fin y al cabo, hay que asegurarse de que no se caiga cuando el perro lo husmee.
Además, el agua de la base no debe ser accesible para el perro. Las sustancias que libera el árbol podrían ser peligrosas para él.
Las guirnaldas de luces eléctricas tampoco son inofensivas. El perro podría metérselas en la boca por curiosidad o aburrimiento y sufrir una descarga eléctrica que podría ser mortal.
El tintineo de una bola de Navidad rota o el ruido del árbol cayendo al suelo nos dan un susto de muerte a las personas. Aun así, mantén la calma y, antes de nada, pon al perro a salvo. Una vez hecho esto, ya puedes barrer los trozos de cristal y enderezar el árbol.
Si el perro se ha hecho daño con una bola rota, primero tranquilízalo y, entonces, ocúpate de curarle la herida.
Primero para la hemorragia, limpia la herida con agua limpia y, si es necesario, corta los pelos con cuidado.
Usa un espray desinfectante para desinfectar el corte. Si se ha quedado un trozo de cristal enganchado en la herida, intenta extraerlo con cuidado con unas pinzas.
Ponle un vendaje y, si puedes, llévalo lo antes posible al veterinario. Incluso con los cortes pequeños, el riesgo de infección en las patas es muy alto.
No solo las personas, sino también muchos perros sienten debilidad por un plato de chocolate, turrón dulces y mantecados.
A las personas, el chocolate nos da caries o un par de kilos de más, como mucho. En cambio, para los perros es muy peligroso.
La teobromina de la leche entera y el chocolate negro es tóxica para ellos y puede tener consecuencias funestas para su organismo. Puede provocarles calambres, hipertensión o problemas cardíacos.
Lectura recomendada: en el magazine de zooplus te explicamos qué otros alimentos están prohibidos para perros.
Según la cantidad y el contenido de cacao, los síntomas de una intoxicación por chocolate van desde diarrea y vómitos hasta dolorosos calambres y temblores. También es posible que los perros pierdan el conocimiento e incluso mueran.
Nunca dejes chocolate por ahí. Guarda los dulces en botes y cajas bien cerrados, y no dejes platos con estos productos en la mesa.
En general, cuanto más negro es el chocolate, más tóxico es para el perro. Además, cuanto más pequeño es el perro, peores son las consecuencias.
Si te das cuenta de que tu perro ha comido mucho chocolate, llévalo al veterinario. Solo él podrá tratar la intoxicación correctamente, ya sea induciéndole el vómito, lavándole el estómago o con carbón activado.
Una flor de Pascua en la mesa, una rama de muérdago colgando de la puerta o un centro de mesa con rosas de Navidad: para muchos, estas plantas son parte de la época navideña.
Sin embargo, los que tienen perro deben ir con cuidado, ya que son plantas tóxicas para los perros.
Si el perro se traga una rama de muérdago o un trozo de una flor de Pascua, puede padecer síntomas de intoxicación, como diarrea y fuertes calambres. Ya solo el contacto con las hojas de la flor de Pascua podría provocarle molestas irritaciones en la piel.
Los aceites aromáticos también pueden ocasionarle dolorosos desórdenes gastrointestinales. Si un perro bebe estos aceites, además de vómitos y diarrea podría sufrir irritación de las mucosas e incluso intoxicación.
Si quieres mantener la costumbre de poner muérdago y otras plantas, procura que estas estén fuera del alcance del perro. Los frascos de aceites aromáticos también deben colocarse a una altura segura.
Además, debes tener cuidado con el resto de la decoración navideña. La popular nieve en espray para las ventanas, aunque sea en pequeñas cantidades, puede provocar disnea a los perros.
Si tu perro se ha comido una planta tóxica, puedes darle comprimidos de carbón activado. Estos no deben faltar en el botiquín de tu casa.
Recuerda que, cuanto antes entre en contacto el carbón activado con el veneno del estómago, más eficazmente lo puede combatir.
Si ya ha pasado tiempo desde la ingesta y empiezan a manifestarse los primeros síntomas de intoxicación, como calambres, mala circulación o disnea, llévalo inmediatamente al veterinario.
Un delicioso menú festivo es tan parte de la Navidad como el árbol o los regalos. Sin embargo, mientras la familia se sienta a la mesa y disfruta de los manjares, el perro debe quedarse ahí mendigando con ojos de cordero.
Hay que reconocer que es difícil mantenerse firme. Así, con el espíritu navideño flotando en el ambiente, le damos algún que otro trocito de nuestra comida por pena.
No obstante, con esto no nos hacemos un favor ni a nosotros ni al perro. Estas situaciones excepcionales de un día es un día acaban con frecuencia en el veterinario. La alimentación para humanos suele estar excesivamente condimentada y puede provocarles problemas gastrointestinales graves a los perros.
Los huesos de pavo y otras aves de corral tampoco deben acabar en el comedero del perro. Se astillan fácilmente, especialmente cuando están cocinados, y pueden hacerle heridas internas.
Si quieres darle una alegría, puedes cocinarle galletas caseras, comprarle golosinas o regalarle un hueso para perros. Así, podrá masticar su hueso a placer mientras la familia disfruta del banquete navideño.
¿Cómo puedo estar seguro de que mi perro es feliz? ¿Lo estoy haciendo bien y le estoy dando una vida con la que esté satisfecha? Todos nos hemos planteado estas preguntas alguna vez.
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