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Un rasgo típico del lobo son las orejas cortas, triangulares y erguidas.
Se dice que el perro es el mejor amigo del hombre, aunque provenga de un depredador. Descubre cuándo se separaron los caminos de lobos y perros, y cuánto queda del animal salvaje en el perro moderno.
Tras estar prácticamente extinguidos hace unas décadas, los lobos habitan actualmente una tercera parte de sus antiguos territorios. Según cifras de la WWF, actualmente en España:
En comparación con los más de nueve millones de perros que viven en España, el número de lobos es minúsculo. No obstante, vale la pena analizar las similitudes, las diferencias y el parentesco entre lobos y perros.
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Nadie confundiría nunca a un carlino o un teckel con un lobo. No obstante, pese a la gran variedad de razas de perro que existen, los hay que se parecen tanto al lobo que cuesta distinguirlos.
En particular, es muy difícil diferenciar a un lobo de un perro lobo. Un ejemplo sería el lobero irlandés o el perro lobo de Saarloos.
Las dos razas se parecen al lobo gris. Sin embargo, con una altura de cruz de 60-80 centímetros, es algo más grande que el Saarloos, que solo alcanza 70 centímetros.
Curiosidad: además del lobo gris, hay otros lobos que tienen el pelaje blanco, negro, marrón o rojizo. También puede variar el color de los ojos.
Las características siguientes pueden ayudar a diferenciar entre lobos y perros. Sin embargo, suelen requerirse análisis de ADN para saber con certeza si se trata de un lobo o un perro lobo:
¿Se puede alimentar a un perro con comida vegetariana? La respuesta la encontrarás en el magazine de zooplus.
Aunque no todos los perros se parecen estéticamente a los lobos, tienen conductas similares que conservan hasta hoy:
Incluso en la esperanza de vida, los lobos y perros no son muy diferentes. Los lobos viven entre catorce y dieciséis años, como muchos perros domésticos.
El origen del perro doméstico (Canis lupus familiaris) no está del todo claro a nivel científico. Los investigadores creen que los lobos y los perros provienen de un perro primigenio. Sin embargo, no se ponen de acuerdo sobre el momento exacto en que el perro doméstico se escindió de su antepasado, el lobo (Canis lupus).
Los arqueólogos creyeron durante mucho tiempo que los humanos empezaron a domesticar perros hace quince o veinte mil años. En cambio, otros científicos opinan por nuevas excavaciones que el primer perro primigenio vivió hace unos 135 000 años.
Curiosidad: el objetivo de los estudios genéticos de esqueletos desenterrados es llegar al fondo del origen del perro doméstico moderno.
La hipótesis más famosa afirma que el hombre de la Edad de Piedra y los lobos de aquella época se alimentaban de forma similar. Cuando los cazadores mataban presas, los lobos siempre se encontraban cerca con la esperanza de hacerse con las sobras.
Por esta cercanía constante, el lobo se fue acostumbrando al hombre, y viceversa. Algunos lobos se volvieron más mansos y las personas empezaron a integrar a los lobos en su vida paulatinamente.
Ahora, el lobo ya no era la competencia, sino un aliado. Su tarea consistía, por ejemplo, en proteger la alimentación común de otros depredadores, como osos o Smilodon.
Durante milenios, el hombre crio muchas razas de perro y aprovechaba ciertos comportamientos según el uso deseado.
Así nacieron, por ejemplo, los perros de caza o los de compañía, que siguen desempeñando tareas importantes para nosotros actualmente.
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La coincidencia genética de lobos y perros difiere en un porcentaje bajo, por lo que ambos siguen estando estrechamente emparentados. Sin embargo, en algunos aspectos se han distanciado mucho.
Hasta la actualidad han surgido numerosas razas de perro del perro primigenio. Según la Federación Cinológica Internacional (FCI) hay más de 350 razas reconocidas a título definitivo. Estas se diferencian más o menos entre ellas en cuanto al aspecto y al carácter.
Debido a las características genéticas de ambas especies, en teoría es posible cruzar lobos y perros domésticos. Del cruce nacen crías fértiles que se conocen como híbridos lobo-perro.
Sin embargo, como los ciclos de ambos animales son diferentes, estos híbridos son difíciles de encontrar en la naturaleza. Los que existen se deben habitualmente a la acción de las personas.
Como los lobos son animales protegidos por la ley española, no se permite cazarlos. Además, tampoco está permitido tener híbridos cuya proporción de lobo supere el cincuenta por ciento por ser considerados animales peligrosos.
Sí que es legal tener híbridos cuyo porcentaje genético de lobo sea inferior al veinticinco por ciento. Los lobos son asustadizos y aman la libertad, por lo que necesitan muchos refugios y espacio. Asimismo, como animales gregarios que son, son muy sociables y no deben vivir solos.
A esto se añade que su lenguaje corporal es diferente del de un perro doméstico. Por lo tanto, los malentendidos entre el animal y el cuidador están garantizados.
Si te gustan estos preciosos animales salvajes y eres capaz de respetar sus necesidades, puedes verlos en su entorno natural en parques de fauna salvaje.
La mayoría de lobos en España se encuentran en la región noroccidental. Aunque es poco probable que te encuentres con uno, seguramente los lobos se mostrarían interesados si vieran un perro doméstico.
En caso de que tú y tu perro os topéis con uno, es aconsejable actuar con prudencia. Llama a tu perro para que venga y ponle la correa. Lo más probable es que el lobo se marche. Si se trata de un ejemplar particularmente curioso, es recomendable ahuyentarlo con gritos.
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