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Los cebos envenenados en el margen del camino les cuesta la vida a numerosos perros.
Muchos que tienen perro conocen la situación: su perro encuentra algo comestible mientras pasean y se lo traga. ¿Y si era un cebo para perros venenoso? Te explicamos cómo detectar un cebo envenenado y cómo proteger a tu perro.
Los cebos envenenados los colocan personas que odian a los perros para hacerles daño. Son trozos de comida con una preparación especial que los perros se comen con voracidad y, en el peor de los casos, los matan.
Los cebos típicos son salchichas o albóndigas mezcladas con raticida, antilimacos, anticongelante o insecticida. Hay incluso individuos que les ponen clavos, cuchillas de afeitar o trozos de cristal. Los perros que se comen estos objetos afilados pueden sufrir heridas mortales.
El posible peligro mortal no suele verse a primera vista. Solo puedes distinguir entre una simple salchicha que han tirado al suelo sin más de una con veneno examinándola minuciosamente. Si tiene granitos, comprimidos o clavos en el interior, la cosa está clara.
Sin embargo, mucha gente no llega ni a inspeccionar el objeto sospechoso. Y es que hay perros que son auténticas aspiradoras. Siempre llevan el morro pegado al suelo y devoran todo lo que se encuentran. Para minimizar el potencial de peligro, tu perro ha de aprender que solo debe comer con tu permiso.
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Para hacer el mayor daño posible, los cebos envenenados suelen estar colocados donde se encuentran habitualmente los perros. Estas golosinas potencialmente mortales pueden acechar en parques, bosques, prados, matorrales y márgenes del camino. Es frecuente que se hallen donde los cuidadores hacen una parada durante los paseos, por ejemplo, junto a un banco o un contenedor.
Hay impresentables que ni siquiera se amedrentan ante la propiedad privada. Colocan el cebo para perros en los jardines y entradas de casas o lo tiran por encima de las vallas.
Consejo: hay gente que publica en las redes sociales lugares donde han descubierto un cebo envenenado. Además, en los medios locales y carteles de la zona también se informa de estos hallazgos.
Los síntomas típicos de envenenamiento en perros son vómitos, jadeos intensos y una mayor salivación. Además, pueden presentar espasmos musculares, parálisis, diarrea o mucosas pálidas.
Una intoxicación es una emergencia médica y debe tratarse de inmediato. Por tanto, lleva a tu peludo lo antes posible al veterinario o a la clínica veterinaria más cercana. Los expertos sabrán qué hacer e intentarán salvarle la vida con las acciones apropiadas.
Si tu perro recibe ayuda suficientemente rápido o la cantidad de veneno no es muy grande, puede sobrevivir.
Importante: Con una intoxicación por raticida, los síntomas aparecen con demora. Los perros no muestran síntomas, como hemorragias en la boca, cansancio y diarrea sanguinolenta, hasta unos días después.
Para proteger a tu perro contra un ataque con cebo envenenado, debes enseñarle que solo debe comer a tu orden. Con un adiestramiento anticebos envenenados, aprende a señalar la comida que encuentre. Se dirige al cuidador/a y espera su señal antes de comerse el hallazgo.
Al principio se practica cómo detener al perro ante algo comestible. Puedes hacerlo, por ejemplo, con el adiestramiento con clicker. Coloca unas croquetas de pienso en el suelo. Cuando el perro las descubra, haz sonar el clic y recompénsalo inmediatamente con un snack que tendrás en la mano. Lógicamente, la comida del suelo no debe comérsela.
El ejercicio siguiente es un poco más difícil. En lugar de solo mirar, el peludo debe sentarse cuando encuentre comida. En este momento es cuando debes hacer el clic. El último paso es la llamada: el perro ha encontrado comida, se ha sentado y vuelve hacia ti a tu orden.
¿Lo sabías? Muchas escuelas caninas ofrecen adiestramiento anticebos envenenados.
Mientras la señalización de la comida y la llamada posterior no funcionen, puedes ponerle un bozal al perro para pasear. Así, estará protegido si dais con un cebo envenenado.
Para los amantes de los animales es muy difícil de entender por qué algunas personas son tan crueles. Puede que alguna de ellas tuviera una mala experiencia en el pasado y, por ejemplo, la hubieran mordido. A otras les molestan los ladridos y las heces no recogidas en el vecindario.
También las hay que tienen problemas mentales. Quieren ejercer poder sobre otros seres vivos e infligirles daño. Estas personas necesitan ayuda médica urgente. Al fin y al cabo, es una cuestión de tiempo que acaben haciéndole daño a una persona.
Las sanciones que castigan estos actos las regula la legislación de cada país. En España, esta legislación está en manos de cada comunidad autónoma. Aunque muchas comunidades cuentan con recursos legales contra estas acciones, muchas de ellas quedan impunes. Además, un caso común de envenenamiento en nuestro país es el de las aves rapaces.
Por ejemplo, dos colombicultores tuvieron que pagar una indemnización de 33 015 euros por matar dos águilas en peligro de extinción. Otro caso fue el de un ganadero que envenenó seis águilas ibéricas y tuvo que pagar 360 000 euros por responsabilidad civil. Esta es la indemnización más alta por un delito contra la fauna.
Un cebo envenenado es un peligro mortal para los perros. Los más amenazados son aquellos que caminan con el morro pegado al suelo y engullen todo lo que encuentran.
Con el adiestramiento correspondiente, estos animales aprenden a dejar la comida y acudir al cuidador/a. Con los perros muy voraces, esto requiere mucho tiempo y paciencia. No obstante, el esfuerzo vale la pena porque puede salvarles la vida.
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