Los perros de asistencia viven con personas con limitaciones físicas para ayudarlas en su día a día. Por ejemplo, pueden ayudarlas a hacer la compra, vestirse y quitarse la ropa. Pueden encender la luz y abrir puertas. Sus tareas dependen de la ayuda que cada persona necesite.
Selección y formación
Los perros de asistencia suelen formarse para una persona concreta y los más famosos son los perros guía.
No obstante, no todos los perros son aptos como perros de asistencia. Los perros adecuados se seleccionan ya en edad de cachorros y empiezan su formación siendo muy jóvenes. La duración de la formación varía en función de la finalidad de la misma.
Perros guía para invidentes
Los perros guía son perros de asistencia. Ayudan con la movilidad a los invidentes y a personas con un alto grado de discapacidad visual. A estas personas les cuesta mucho orientarse fuera de su entorno habitual. Aquí es donde entran en acción los perros guía, acompañando a su cuidador en su vida cotidiana.
En general, los perros guía solo se forman según la demanda y la formación dura varios meses.
Al finalizar esta, se realiza un cursillo instructivo de varias semanas para el futuro cuidador del perro. En este cursillo, la persona y el perro aprenden a confiar y a tratarse mutuamente. Al final se celebra una prueba en pareja en la que ambos deben demostrar que ya son un equipo.
Perros de alerta médica para diabéticos y epilépticos
Los perros de alerta médica también son perros de asistencia. Un ejemplo son los perros de alerta para diabéticos, que viven con personas que padecen diabetes. Estos perros detectan fluctuaciones de la glucemia precozmente.
Hay estudios que afirman que reaccionan a una saturación de oxígeno baja de la persona. Para el sensible oído de los perros, esta saturación es audible por un cambio en la respiración.
Perros de asistencia que detectan emergencias médicas
Si el nivel de azúcar baja hasta niveles peligrosos, el perro alerta a su cuidador a tiempo. Así, este puede tomar dextrosa o algo similar para regularlo. Además, estos perros también avisan en caso de hiperglucemia, de modo que el paciente puede inyectarse insulina.
Estos perros de alerta también se utilizan para enfermedades como la epilepsia o el asma. La duración de la formación varía en función de la finalidad de la misma y de la organización que la lleve a cabo.