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Con el adiestramiento correcto, las visitas al veterinario se vuelven más relajadas.
Para muchos perros, la visita al veterinario es muy estresante. Pero no te preocupes: aquí te explicamos cómo reducir el miedo al veterinario por tu bien y el de tu perro. El principio consiste en que el perro aprenda a dejarse explorar y tocar, para así superar situaciones desagradables sin estrés.
Malos olores, contacto de extraños, dolor y postración en la mesa de exploración: la visita al veterinario es muy desagradable para la mayoría de perros.
Muchos intentan huir en vano o incluso se ponen agresivos. Otros se paralizan de miedo. Este adiestramiento ofrece al perro una auténtica alternativa —desde el punto de vista del perro— a estas situaciones desesperadas.
El perro obtiene la oportunidad de experimentar la visita con su cuidador sin estrés y con espíritu cooperativo. También se pueden superar otras situaciones difíciles con este adiestramiento. Estas pueden ser, por ejemplo, el cuidado del pelo, la administración de gotas o la extracción de garrapatas.
Por cierto: muchos zoos trabajan con este adiestramiento especial para poder explorar a algunos animales exóticos sin anestesia.
En este artículo se ofrece más información sobre el miedo en perros: Perros miedosos.
Cuatro argumentos a favor de este adiestramiento
Contribuye a que la visita al veterinario sea más relajada.
Ayuda al cuidador en el día a día (inspección de patas en caso de cojera, extracción de garrapatas, etc.).
Refuerza el vínculo entre la persona y el perro.
Cómo reducir el miedo al veterinario: fundamentos
Las dos bases del adiestramiento para reducir el miedo al veterinario son la confianza y el aprendizaje específico.
Teoría de aprendizaje: condicionamiento y contracondicionamiento
Para entender cómo reducir el miedo al veterinario hay conocer el papel que desempeñan en condicionamiento y el contracondicionamiento.
Dicho de forma simplificada, el condicionamiento significa aprender con estímulos. Un ejemplo clásico son los experimentos del perro de Pávlov: cuando el perro ve comida (estímulo incondicional) se estimula la salivación. Cuando se servía la comida, Pávlov hacía sonar una campana. Al final, bastaba con la campana para provocar la salivación. Así pues, la campana pasó de ser un estímulo neutro a un estímulo condicional.
En el adiestramiento que nos ocupa trabajamos con contracondicionamiento y refuerzo positivo: un estímulo desagradable o amenazante (exploración, peluquería, etc.) se combina con un estímulo positivo (una recompensa con comida). Es importante utilizar buenas recompensas, como snacks pequeños de adiestramiento.
Aprendizaje de la cooperación
El objetivo del adiestramiento es motivar al perro para que colabore en los chequeos veterinarios o en los cuidados. En efecto, con cooperación se consigue mucho más que con presión. Si aumentas la presión, el perro intentará rehuirla y opondrá aún más resistencia.
Cómo reducir el miedo al veterinario con clicker
¿Lo que has leído hasta ahora te ha hecho pensar en tu clicker? ¡Bien pensado! El adiestramiento con clicker se puede integrar a las mil maravillas en este adiestramiento. Al fin y al cabo, estás recompensando muchos pasos intermedios y reforzándolos positivamente.
Como en los ejercicios a menudo necesitarás ambas manos, puede ser conveniente que uses otra señal en lugar del clicker. Por ejemplo, puedes chasquear la lengua.
Anuncia el adiestramiento siempre con la misma palabra, como chequeo. Además, utiliza siempre la misma base, como una alfombrilla de baño. Más adelante, podrás llevarla contigo al veterinario o a la peluquería canina.
Ejercicios y órdenes prácticos
Los ejercicios de obediencia o del entrenamiento con objetivos son un complemento práctico para este adiestramiento.
Aquí, la preparación es importante. Trabaja con una de las órdenes siguientes y no empieces con el adiestramiento en sí hasta que el ejercicio básico funcione perfectamente.
Órdenes básicas
Las órdenes y objetivos siguientes son útiles:
Siéntate y túmbate: muchos chequeos en el veterinario se superan con un perro que domine las órdenes siéntate o túmbate.
Dame la pata: dar la pata es la posición clásica para los chequeos de las patas delanteras y el corte de uñas.
Apoya la barbilla: el perro pone la barbilla sobre una toalla o tu mano y se queda en esta posición durante la exploración. Esta es una posición práctica para muchos exámenes, desde análisis de sangre hasta exploraciones auditivas.
Ponte de lado: a veces, el perro se tiene que poner de lado, lo que para muchos es todo un desafío. La posición de lado permite cortarle las uñas o realizar algunos tipos de ecografías.
Señales de relajación: la señal de relajación puede ser útil en el día a día, y también en este adiestramiento. Por ejemplo, puedes ponerle un fular por encima. Cuando lleve puesto el fular, toca relajación. Cálmalo con caricias para asociar la señal paulatinamente con un momento de relax. Sin embargo, no esperes grandes resultados de esta señal en una visita al veterinario.
Paso a paso: la paciencia es la madre de la ciencia
La mayoría de gente con perro ya ha trabajado con snacks para desviar la atención del perro de algo desagradable. Pero, de nuevo, recuerda: el adiestramiento para reducir el miedo al veterinario requiere mucha paciencia. De hecho, se trata de un aprendizaje a largo plazo. Los éxitos en la práctica pueden tardar meses en dejarse ver.
Cómo reducir el miedo al veterinario: Tres ejemplos
¿Cómo reducir el miedo al veterinario para que las visitas sean más sencillas? A continuación, te mostramos tres enfoques:
Ejemplo 1: chequeo simple
Practicar las exploraciones
Primero, acostumbra a tu perro a que se deje tocar por todo el cuerpo. Empieza por algo fácil.
Tócalo y deja la mano en ese punto durante dos o tres segundos. Recompénsalo si se queda quieto. Repítelo unas cuantas veces en zonas fáciles, como el lomo.
A continuación, ve desplazándote hacia zonas complicadas, como la pata. Si te deja que le dejes la mano sobre la pata, practica la acción de levantarla.
Ejemplo 2: extracción de garrapatas
Acostumbrarlo a la pinza quitagarrapatas
Practica el acercamiento al perro con la pinza quitagarrapatas hasta que veas que se queda tranquilo. Solo entonces, procede a dar un paso más. Toca al perro sosteniendo la pinza con la otra mano. Si el perro está tranquilo, ya puedes aplicarle la pinza.
El último paso es extraer la garrapata. Los expertos llaman a este contracondicionamiento desensibilización.
¿Qué hago con las garrapatas mientras tanto? Lo mejor que puedes hacer es prevenirlas. En caso de emergencia, puedes extraerle la garrapata distrayéndolo. Sin embargo, no utilices las señales (palabra y fular) de las que hablábamos antes.
Ejemplo 3: inspección de oídos
Inspección de oídos
El requisito para este adiestramiento es que el perro domine la orden siéntate sin problemas durante un buen rato. Una alternativa es practicar las exploraciones auriculares con la orden apoya la barbilla sobre una toalla. Sin embargo, la mayoría de perros aprenden antes la orden siéntate.
Paso 1
Mientras el perro está sentado, mueve la mano hacia la oreja. Si se queda quieto, recompénsalo. Si se estremece, no lo recompenses. Cuando se estremezca, haz una breve pausa. Haz que haga algo que se le dé bien y recompénsalo por ello.
Si está relajado, haz que vuelva a sentarse. Vuelve a acercarle la mano a la oreja, pero, esta vez, dale una recompensa antes si el perro sigue relajado. Ve acercándote de este modo a la oreja gradualmente.
Paso 2
Si tu peludo tolera que te acerques a la oreja, ya puedes poner la mano encima de ella. Si esto funciona, dale una recompensa inmediatamente. Ve alargando el tiempo hasta que puedas tocarle la oreja durante un minuto.
Si se estremece, da un paso atrás en el proceso. Lo importante es que le demuestres a tu perro que respetas sus deseos y que le des muchas recompensas cuando muestre el comportamiento deseado. Así, irá ganando confianza.
Paso 3
Si ya puedes tocarle la oreja y el perro se queda completamente relajado, procede a explorarle o cuidarle el oído. Igual que antes, si el perro coopera, dale muchas recompensas. Sin embargo, si gira la cabeza o te rehúye, para de darle recompensas de inmediato, pero no lo fuerces.
Importante: Cambia los lugares de adiestramiento regularmente, pero siempre con la misma base (alfombrilla de baño o similares) para lograr generalización. Al fin y al cabo, no te interesa que tu perro solo coopere en el salón de casa.
En el adiestramiento avanzado también conviene ir cambiando al explorador. Si trabajas con un clicker u otra señal, deberás reforzar positivamente al perro antes de cada recompensa.
Otros consejos
Cuanto más joven sea el perro, más fácil será el adiestramiento. Si el perro ya tiene antecedentes y pone pies en polvorosa con solo ver un cepillo, deberás tener más paciencia.
Como distintivos de una nueva rutina, además de la base, puedes usar utensilios nuevos, como un cepillo de otro color. Los objetivos relacionados con dolor, como arrancarle pelos de las orejas, son para equipos avanzados.
Otros consejos sobre cómo reducir el miedo al veterinario:
Paso a paso hacia el objetivo: no te propongas demasiado.
Cuanto más relajado sea el inicio, mejor irá el adiestramiento.
Siempre que puedas, trabaja con el perro a la altura de sus ojos y no desde arriba.
Si gruñe o te rehúye: nunca lo riñas; interrumpe el ejercicio y da un paso atrás en el proceso.
Como suele pasar con el entrenamiento con o sin perro, el objetivo es el camino. Si tienes paciencia y atiendes a las señales de tu perro, aprenderás mucho sobre él. Actualmente, en las escuelas caninas se ofrecen cursos sobre cómo reducir el miedo al veterinario.
Cómo reducir el miedo al veterinario: muchos caminos llevan al objetivo
Ya sea con o sin clicker y objetivos, hay muchas variantes de este adiestramiento. Lo importante son los pequeños pasos que permiten al perro acumular experiencias positivas para ganar seguridad en las visitas al veterinario y confianza en ti.
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