Está claro que cuanto antes un perro aprenda la educación básica, habrá menos problemas en una futura convivencia con humanos. Pero ¿qué pasa cuando no ha aprendido estos comandos esenciales de pequeño? ¿Es posible educar a un can adulto? Te contamos cómo adiestrar un perro adulto y las siete enseñanzas básicas que debe aprender.
La buena noticia es que los perros, al igual que los humanos, aprenden a lo largo de toda su vida. Esto significa que incluso cuando son mayores son capaces de asimilar nuevos comandos, reglas y comportamientos determinados. Pero, de la misma manera, también pueden adquirir hábitos indeseados. La educación de un perro nunca debe terminar. Al fin y al cabo, la obediencia básica no sirve para nada cuando, más adelante, por pereza se le dejan pasar comportamientos inadecuados al peludo. Cuando le enseñas unas reglas es importante mantenerlas toda la vida. El comando «quieto» en un futuro no puede pasar a ser «espera solo un momentito, por favor».
Las ventajas de adiestrar un perro adulto
Está claro que los perros cuando son pequeños, igual que sucede con los niños, aprenden con más rapidez. Son más fáciles de moldear, pues tienen ansia de aprender y adquieren muchos conocimientos a través del juego, además de que aún son imparciales. Por otro lado, a los cachorros también hay que enseñarles el comportamiento básico, pues ningún perro nace sabiendo dónde debe hacer sus necesidades ni a dejar de morder los muebles o los zapatos cuando nunca ha escuchado un «no» alto y claro. La educación y la socialización de un cachorro suele englobar más áreas que la educación de un can adulto, que ya suele estar acostumbrado a la convivencia con humanos.
Las ventajas de educar un perro adulto son las siguientes:
Suelen ser más tranquilos y estables que los perros jóvenes
Son limpios, saben dónde pueden hacer sus necesidades
Se les suele poder dejar solos
Tienen una rutina establecida en cuanto a dormir, comer y salir de paseo
Se pueden dar paseos más extensos con ellos
Al educarles necesitan menos descansos que los cachorros juguetones que se cansan con rapidez
Adiestrar un perro adulto: posibles problemas
Pero adiestrar un perro adulto también puede tener desventajas, pues es probable que tengan determinados comportamientos que adquirieron hace meses o años. Si estos ya no son deseados, es posible que el can reaccione de forma terca e insegura. Cambiar un comportamiento aprendido en un perro adulto es bastante exigente y es importante que seas consecuente y paciente. La cuestión no es si aún es posible educar a un cuadrúpedo adulto, sino el tiempo que requiere para asimilar por completo lo aprendido. Un peludo mayor se puede educar de la misma forma que uno joven, solo puede que el proceso tarde un poco más.
¿Qué hacer en caso de problemas de conducta?
Si lo que intentas es aprender cómo adiestrar un perro adulto que ya tiene graves problemas de comportamiento, vas a necesitar mucha paciencia. Antes de empezar a contraatacar la conducta indeseada es importante que averigües cuál es la causa. ¿Por qué mi perro destroza todo? ¿Por qué es tan agresivo? ¿Por qué no para de ladrar? La furia detrás de las mordeduras y los destrozos de algunos perros suele deberse a trastornos mentales serios, que no solo se pueden desencadenar por situaciones traumáticas o dolores crónicos, sino también por estrés continuo, aislamiento o falta de desafíos físicos o mentales. Cuanto mejor conozcas las causas que hay detrás del comportamiento de tu peludo, más específico y prometedor puede ser su entrenamiento. Si eres principiante en esto de tener perro, lo mejor es que busques ayuda de un profesional. Pero también para aquellas personas con experiencia, una conversación con un entrenador de perros puede resultar bastante productiva.
Educación canina: obediencia básica
Para que la convivencia entre perros y humanos funcione es necesario establecer unas reglas básicas. No existe otro animal tan cercano a las personas como el can, ni tampoco otro al que se humanice tanto. Pero a menudo nos olvidamos de que nuestros peludos descienden de los lobos, por lo que necesitan un orden determinado, tal como sucede en la manada, pues este les proporciona seguridad y orientación. Sin duda alguna, los perros necesitan reglas y que estas se hagan cumplir de forma consecuente. Cualquier excepción de estas reglas los confunde y provoca que tomen el mando ellos mismos, sobre todo si es de una raza de perro segura de sí misma.
Para evitar conflictos, tu peludo debe dominar los comandos básicos como «sit», «plas», «suelta», «quieto», «espera». No puede ser que cruce la carretera si le estás ordenando sentarse («sit»), ni cruzar el aparcamiento del súper cuando le has ordenado «espera» y tampoco puede perseguir a un conejo o a la perra del vecino cuando has pronunciado «ven aquí».
Los siguientes ejercicios son la educación básicapara tu perro, que no solo facilitará tu vida, sino también la de tu fiel amigo canino y la de tu entorno.
Cómo adiestrar un perro adulto correctamente
El entrenamiento de un perro es para todas las edades, no importa si es un cachorro o es un can adulto al que no se le ha educado bien. Sin embargo, debes tener en cuenta la edad del cuadrúpedo, pues los perros jóvenes tienen muchas ganas de jugar, lo que puede ser útil, pero las fases de aprendizaje y de entrenamiento son más cortas; mientras, los canes adultos necesitan más estímulos y desafíos para abrirse a aprender. Los perros adultos ya han desarrollado preferencias, por eso, cuanto mejor conozcas a tu peludo, más fácil te será utilizarlas a tu favor cuando comiences con su educación. Los entrenamientos de obediencia son más exitosos con refuerzo positivo. Si sabes lo que le gusta a tu cuadrúpedo puedes usarlo como premio. Esto no tienen por qué ser siempre snacks, sino también pueden ser mimos, elogios, un juguete para perros o un ratito de juegos con palos o pelotas.
Los siete ejercicios más importantes al adiestrar un perro adulto
Pasear con correa
Los perros deben aprender desde un principio a no tirar de la correa, a ignorar a otras personas y perros cuando están amarrados y a no tirar en ninguna dirección. Cuando un perro adulto ha aprendido que avanza cuando tira bien fuerte de la correa, lo hará siempre. Con un poco de habilidad y siendo consecuente y paciente conseguirás que deje ese mal hábito. Para conseguir esto, cambiar la circunstancia puede ser de gran ayuda. Si, por ejemplo, siempre lleva un collar, cámbialo por un arnés. Si suele tirar de ambos y hacer el cambio de arnés a collar o viceversa no funciona, también puedes ponerle un pañuelo para fijar la correa en él. Debes hacer consciente a tu perro sobre este cambio mostrándole los utensilios de paseo y dejando que los olfatee, así es más probable que esté listo para aprender algo nuevo.
Si tu perro tira de la correa, párate
Si sales a dar un paseo y el perro tira de la correa, párate. Avanza solo cuando tu peludo se te acerque y la correa esté distendida. En cuanto vuelva a tirar, vuelve a pararte. Continúa con este patrón de forma consecuente. Cuando tu cuadrúpedo tire muy fuerte de la cadena y te cueste pararlo tienes que alentarlo a que se acerque a ti mediante sonidos o gestos. También puedes intentar colocar una golosina o un juguete que le guste a una distancia de unos 20 metros, pero que se vea bien. Tu peludo querrá ir corriendo a cogerlo, pero tendrás que pararle e indicarle a que se acerque a ti. En cuanto se dé la vuelta, da unos pasos hacia atrás para enseñarle que solo hay un camino. Solo cuando consiga andar sin tirar de la correa puedes acercarte al objeto de deseo. No tendrá la recompensa hasta que aprenda a controlarse y a seguir el ritmo que tú le marcas.
Comando «sit»
Las golosinas y los snacks son de gran ayuda cuando quieres enseñarle a tu perro a sentarse con el comando «sit»:
Sujeta el snack por encima de su cabeza. Tu mano debe permanecer cerrada cuando tu peludo intente saltar para cogerlo. Para poder ver mejor el snack, se sentará en el suelo.
En cuanto el trasero y las patas delanteras estén en el suelo, pronuncia el comando «sit» y dale la golosina tan deseada. Además de eso alábalo con palabras y caricias.
Después de practicar un poco habrá aprendido a sentarse al escuchar la palabra «sit», sin tener que forzarlo con un snack. Para que se quede sentado durante más tiempo puedes prolongar el tiempo desde que se sienta a cuando le das la golosina. Practicar el comando «sit» es muy fácil de integrar en la rutina diaria: al ponerle y quitarle la correa, cuando vas a la panadería o en todos los semáforos en rojo.
Comando «plas»
Tu perro debe echarse cuando escuche el comando «plas». Cuando está echado, ambos codos y el trasero están tocando el suelo. Para llegar a esta posición el perro debe estar sentado («sit»):
Acerca el snack a su hocico y bájalo despacio hasta estar a ras del suelo. Para alcanzar la golosina, tu can bajará la cabeza.
Aleja la golosina del hocico. Tu peludo intentará seguir tu mano, lo que le obligará a acostarse.
Pronuncia la palabra «plas» y entrégale la recompensa.
Antes de levantarse solo, pronuncia «sit» para que se siente. Una vez sentado puedes repetir el ejercicio o darlo por terminado. Hay muchas oportunidades para practicar «plas», como en la cafetería, en la parada de autobús, mientras charlas con un vecino o más tarde, en el restaurante. Aquí también es importante el momento: cuanto más cansado esté tu cuadrúpedo, más predispuesto estará a echarse. Por eso, al principio, practica el comando «plas» después de largos paseos y no antes, cuando aún está lleno de energía.
Comando «ven aquí»
Cuando tu perro está suelto y pronuncias el comando «ven aquí» (o un silbido determinado), debe venir corriendo de inmediato a ti. Está claro que a los canes adultos que no han aprendido esto no se les puede dejar sueltos al principio.
Primer paso: practica en casa
Practica que tu perro venga a ti primero dentro de casa, por ejemplo, con relación a la comida. Para este ejercicio necesitas que otra persona te ayude:
Prepara la comida de tu perro a una distancia de este, pero que te vea, mientras la otra persona lo sujeta.
En cuanto pronuncies «ven aquí», la persona que está sujetando el perro, lo suelta.
Cuando tu cuadrúpedo se acerque a ti, elógiale y ponle el comedero en el suelo.
Cuando tengas la sensación de que tu can ha entendido el comando con relación a la comida, puedes empezar a practicarlo fuera de los horarios de comida, pero aún dentro de la casa. Pronuncia «ven aquí» y, si tu perro viene de inmediato, recompénsale con una golosina y demuéstrale que estás muy feliz de que haya venido. El siguiente paso es practicar en un jardín cercado.
Segundo paso: practica dando un paseo
Solo cuando tu peludo, sin titubear, acuda a ti a la señal de «ven aquí», puedes soltarle cuando vayáis a pasear y practicar la orden:
Al principio elige lugares solitarios donde no te puedas cruzar con otros perros que puedan distraer a tu peludo. Como alternativa puedes practicar este ejercicio por la mañana temprano o por la noche, cuando hay poco movimiento en la calle o el parque.
Pronuncia el comando «ven aquí» cuando estés seguro de que lo vaya a obedecer. Si ves a otro perro, vuelve a amarrar al tuyo a la correa y espera que se haya ido para retomar la práctica.
Por cierto, se recomienda practicar «ven aquí» junto con el nombre de tu perro, pues en situaciones de estrés, solemos llamar a nuestros canes por el nombre.
Comando «junto»
Es conveniente que tu peludo camine a tu lado en medio del denso tráfico, en las zonas peatonales repletas de personas o cuando os cruzáis con otros perros. Esto quiere decir que cuando le des la orden «junto» se debe quedar pegado al lado de una de tus piernas, sin importar el ritmo al que andes, si vas hacia delante, hacia atrás o si te paras. Tradicionalmente, se lleva al perro en el lado izquierdo, pero, si lo prefieres, también puedes acostumbrarlo a tu lado derecho. Lo importante es que se mantenga a tu lado. Para practicar este ejercicio sigue los pasos que te describimos a continuación:
Con un snack en la mano muéstrale dónde está «junto» para ti.
En cuanto tu perro se haya colocado a tu lado, pronuncia el comando «junto».
Mantén la golosina en la mano y deja a tu peludo lamerla mientras comienzas a caminar.
Como señales visuales, de vez en cuando, golpéate con la mano en el muslo.
Después de unos metros, ordénale sentarse y prémiale con el snack.
Complica el ejercicio incluyendo curvas y giros bruscos. Después de un tiempo debes alejar la golosina de su hocico, puedes ponértela en el bolsillo y practicar que ande a tu lado así. Camina rápido, después más lento, a la derecha, a la izquierda, hacia adelante, hacia atrás, y, de vez en cuando, repite el comando «junto» y la señal visual. Solo cuando tu cuadrúpedo se quede a tu lado, puedes practicar este ejercicio sin correa. Si tu perro se aleja de ti cuando le sueltas, no tires de su collar, sino vuelve a ponerle la correa y practica de nuevo el ejercicio con esta.
Comando «suelta»
Cuando pronuncias «suelta», tu perro debe soltar una cosa u objeto determinado. Si se ha hecho con uno de tus zapatos o está mordisqueando uno de los juguetes de tus hijos, con el comando «suelta» debes darle a entender que eso no te gusta.
Adiestrar un perro adulto: las recompensas son tu aliado
Para que un perro adulto reaccione a tus comandos tienes que atraerlo con un objeto diferente, como un snack o un juguete para perros. Tienes que ofrecerle un cambio:
Ponle la golosina delante del hocico y pronuncia «suelta».
En cuanto abra la boca y suelte el otro objeto, le das la recompensa y le felicitas con caricias y palabras de elogio.
Poco a poco puedes dejar de usar los snacks o juguetes y premiarle solo con alabanzas y mimos.
Comando «espera»
Los perros tienen que aprender a quedarse sentados o echados en un lugar determinado. Tu peludo debe hacerte caso cuando le ordenes «sit» y «plas», no solo delante del supermercado, sino también cuando suene el timbre en casa o cuando te visite alguien que tiene miedo a los perros. Si tu perro se mantiene tranquilo, sentado o echado a tu lado, puedes enseñarle el comando «espera».
Practicar la espera mientras el perro está sentado o echado
Hazle una señal a tu perro (por ejemplo, señala con la palma de la mano al suelo) y di alto y claro: «espera».
Ahora colócate delante del perro y aléjate solo mientras la correa no esté tensa.
Quédate quieto un momento y acto seguido vuelve a donde está tu perro.
Si tu peludo se queda en el sitio le puedes elogiar.
Si le quieres dar una golosina, solo se la puedes dar si en el momento que regresas hacia él se mantiene sentado o echado. Si te ha esperado con paciencia, pero en el último momento ha saltado, no puedes darle el snack, pues eso provocaría que relacione la recompensa con saltar y no con esperar. Al principio puedes practicar el ejercicio con una correa más larga, para más adelante entrenar sin ella. Además, debes prolongar el tiempo de la espera.
Escuela para perros, ¿sí o no?
Practicar los comandos descritos aquí requiere de mucho tiempo y disciplina. Sobre todo, en cuanto a cómo adiestrar un perro adulto, que ya ha manifestado comportamientos indeseados, es importante ser consecuente y tener tacto, paciencia y perseverancia. No te desanimes si no funciona a la primera. Tu peludo necesita un poco de tiempo hasta que se aventure a un comportamiento alternativo y se dé cuenta de que seguir tus indicaciones es bueno. Las visitas regulares a una escuela para perros pueden ser muy motivadoras, sobre todo, si es la primera vez que tienes un can. Las conversaciones con expertos y otros cuidadores de perros pueden ser muy reveladoras. A pesar de leer muchos consejos, al final tienes que pasar de la teoría a la práctica. Lo importante es que la escuela para perros sea adecuada para ti y tu peludo. En general, los grupos no deberían ser muy grandes, para que el entrenador pueda dedicarse a cada perro (y su acompañante humano) de forma intensiva, y responder a todas las dudas.
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