Viajar con gatos en coche

Viajar con gatos en coche

Los gatos viajan seguros en coche dentro de un transportín.

A los gatos no les gusta viajar. Cualquier cambio de ubicación les causa estrés y los ruidos y olores extraños los ponen nerviosos. A buen seguro, el coche no es su método de transporte preferido. Sin embargo, con unos cuantos preparativos, viajar con gatos en coche puede resultar más llevadero.

¿Qué debo tener en cuenta?

La clave para viajar con gatos es practicar con el transportín, independientemente de viajáis en coche, avión o tren. Si el gato solo relaciona el transportín con las incómodas visitas al veterinario, seguro que opondrá resistencia.

No obstante, para viajar con gatos en coche, el animal debe ir protegido en el vehículo. Esto solo es posible con un transportín de plástico duro, una cesta de mimbre o una bolsa de tela sólida pensados para el transporte de animales.

Por muy tentadores que resulten los collares, arneses y correas, estos elementos no lo protegen lo suficiente en un accidente. Además, un gato que corretea por el coche también puede ser una peligrosa causa de accidentes. El gato puede saltar al reposacabezas o al regazo del conductor, o esconderse debajo del acelerador.

Transportín Trixie con tapa superior

  • Se puede abrir por delante y por arriba, ideal para ir al veterinario. 
  • Tiene una capacidad de carga máxima de doce kilos,
  • Cuenta con un mecanismo de fijación para el cinturón de seguridad del coche.

Antes de viajar

Llevar al gato bien protegido en el transportín es el primer paso para disfrutar de un viaje seguro en coche. Para que sea más fácil que se meta dentro, puedes intentar hacerlo más atractivo para él.

En lugar de solo sacar el transportín para viajar, déjalo varios días o semanas en el salón. La valeriana y la menta gatera hacen que el olor del receptáculo sea seductor y relajan a los gatos nerviosos.

Los espráis de feromonas, como el Feliway, tienen un efecto similar. Usa golosinas e integra el transportín en los juegos diarios. Así, el gato lo relacionará con algo positivo.

Aumento gradual del entrenamiento

Cuando el gato ya no le tenga pánico a la caja grande y maloliente, puedes incluso probar a atraerlo con un juguete, un plumero o un snack.

Lo siguiente que debes hacer es cerrar el transportín brevemente. Si esto sale bien, ve metiendo al gato de vez en cuando en el coche dentro del transportín sin conducir.

Cuanta más paciencia tengas, más relajados serán los viajes en coche con tu gato en el futuro.

Viajar con gatos en coche © dimmitrius / stock.adobe.com
Los transportines no solo impiden que el gato explore el coche, sino que ofrecen más seguridad en caso de accidente.

Viajar con gatos en coche: durante el trayecto

El día del viaje, el gato debe estar lo más cómodo posible en el transportín. Ya solo su juguete preferido o unas golosinas podrían ayudarlo.

Una toalla vieja también puede hacer que el viaje sea más cómodo y absorber posibles percances. En efecto, no solo a los gatos nerviosos se les vacía la vejiga sin querer. Al viajar con gatos en coche, es posible que los animales tengan náuseas y vomiten.

En el coche, el transportín debe ir en el asiento protegido con el cinturón de seguridad. Esta es la única manera de garantizar que no se caiga al frenar o acelerar y el gato se lastime. Además, esto evita que tengas que apartar la mano del volante para salvar el transportín de una caída.

Otros consejos para viajar con gatos en coche

Asegúrate de que la temperatura del coche sea agradable ventilándolo bien antes de salir. Si la temperatura del coche lo permite, mantén todas las ventanas cerradas durante el trayecto. La mayoría de gatos son muy sensibles a las corrientes de aire.

Además, también tienen el oído muy sensible, por lo que es mejor que no pongas música ni la radio.

En situaciones desconocidas, tú eres la persona de contacto del gato. Habla con él tranquilamente, no solo para calmarlo a él, sino también a ti mismo/a. Procura que tu conducción sea tranquila.

Además, haz descansos regularmente, independientemente de la duración del viaje. Dale agua y comida al gato en los descansos y, si es necesario, cambia el absorbente. Para que el gato no se escape, nunca abras la puerta del coche y la del transportín a la vez.

Después del viaje

¡Habéis llegado a vuestro destino! Después del viaje, es posible que el gato se tambalee un poco e incluso que haya vomitado. En cualquier caso, probablemente querrá asearse tranquilamente. Dale el tiempo que necesite para volverse a sentir seguro.

Lo ideal sería dejar el transportín unos días más en su entorno y repetir los ejercicios de adaptación.

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