{"url":"https://www.zooplus.es/magazine/gatos/salud-del-gato-y-cuidados/castracion-en-gatos","title":"Castración en gatos","mag_id":3826,"is_single":true,"cat_name":"Gatos","sub_cat_id":244,"sub_cat_name":"Salud del gato y cuidados","cat_id":213}
El tema de la castración suele suscitar preguntas entre los que tienen gatos.
No hay casi nada más lindo en el mundo que los bebés de gato. Por desgracia, no todos los gatitos encuentran un buen hogar. Si los gatos se aparean y reproducen sin control, es casi seguro que las crías tendrán una vida miserable. Al castrar al gato, previenes un sufrimiento innecesario. Te explicamos cómo funciona la castración en gatos, qué hay que tener en cuenta y en qué se diferencia de la esterilización.
El motivo principal por el que se castra a un gato es, lógicamente, prevenir la procreación. La mayoría de gatos ya han alcanzado la madurez sexual antes de cumplir un año de vida. Solo en algunas razas esto tarda más tiempo.
Pero ¿por qué es un problema la procreación? El problema es que estos peludos se reproducen muy rápido. De hecho, una gata puede tener dos camadas al año de entre dos y seis gatitos cada una.
Ejemplo de cálculo: una gata pare dos veces al año y tiene seis gatitos en cada una de las camadas. Esto equivale a 30 animales en un periodo de cinco años. Suponiendo que todos los gatos sobreviven y se siguen reproduciendo, esta cifra se eleva a la potencia. En teoría, en tres años tendríamos 500 gatos y en cinco años, ¡unos 20 000! Por muy exageradas que sean estas cifras, es imposible que todos los gatitos encuentren un buen hogar.
Los gatitos indeseados se suelen abandonar, matar o, en el mejor de los casos, llevar a las protectoras, que están abarrotadas. Por tanto, castrar o esterilizar a los gatos no es como cortarles sus derechos, sino una medida importante de protección de los animales.
¿Cuándo debo castrar a mi gato?
Por desgracia, esta pregunta no tiene una respuesta genérica. El momento correcto para la castración en gatos depende de varios factores. Básicamente, el estado de desarrollo y la raza del gato son aspectos decisivos. El veterinario te ayudará a encontrar el momento adecuado.
Por lo general, los gatos deben castrarse antes de que alcancen la madurez sexual. Esto tiene lugar entre el sexto y el octavo mes de vida. No obstante, hay razas que la alcanzan antes y otras, más tarde.
En general, no conviene esperar demasiado. Un solo encuentro de una gata de exterior con un gato no castrado puede ser suficiente para tener una camada. Por eso, hasta la castración (si va a tener lugar), no dejes salir a tu gato sin supervisión.
¿Es conveniente una castración precoz?
Es frecuente realizar castraciones precoces a la edad de entre ocho y 14 semanas. No obstante, este procedimiento sigue siendo muy controvertido. Hay estudios que analizan los posibles efectos negativos en la salud de los gatos castrados precozmente.
Conclusión: desde el punto de vista veterinario, no hay nada en contra de la castración precoz, especialmente en poblaciones grandes, como en las protectoras. Aquí lo primordial es evitar la procreación incontrolada. En cambio, en un hogar particular no es un procedimiento necesariamente urgente.
¿Qué se hace en la castración en gatos?
El veterinario extrae los órganos productores de hormonas o las glándulas del gato. En los machos se hacen cortes diminutos en los escrotos y se atan los conductos deferentes y los vasos sanguíneos. A continuación, se extraen los testículos.
En las hembras, el procedimiento es más laborioso porque hay que abrir la cavidad abdominal para extraer los ovarios.
No es infrecuente que el veterinario también extraiga el útero. Esto suele suceder cuando el momento de castrar a la gata es muy tardío. Esta operación no es complicada, pero sí más invasiva (y cara) que la de los machos.
Si quieres castrar al gato, habla con el veterinario. Se trata de una intervención rutinaria que realizan la mayoría de profesionales.
¿Qué complicaciones pueden producirse?
Como en cualquier operación, en la castración en gatos también pueden aparecer complicaciones. Los tres aspectos más importantes son:
Riesgos de la anestesia: la anestesia siempre conlleva riesgos. Por eso, el veterinario examina al gato exhaustivamente para asegurarse de que puede administrársela.
Hemorragias: los vasos sanguíneos de los ovarios o los testículos se atan durante la operación con ligaduras. En teoría, una ligadura podría deslizarse y provocar hemorragias. Por eso, es importante observar al gato atentamente después de la intervención. Si está muy apático, es mejor que lo lleves al veterinario.
Problemas por lamerse la herida: por naturaleza, los gatos tienen la necesidad de lamerse las heridas literalmente. Para evitarlo, el veterinario le pondrá un collar isabelino o un bodi. De lo contrario, las púas de la lengua del gato podrían arrancar los puntos. En ese caso, habría que volver a coser la herida. Además, las bacterias de la boca del gato podrían infectar la herida. Así pues, no le quites el bodi o el collar isabelino hasta que el veterinario le quite los puntos.
¿Qué debo tener en cuenta antes de la intervención?
La operación se lleva a cabo con anestesia, por lo que deberás llevar al gato en ayunas al veterinario. No le des nada para comer en las 9-12 horas anteriores a la intervención. Agua sí que puede beber.
Además, hay que asegurarse de que la gata no esté en celo en el momento de la operación. De lo contrario, existe el riesgo de que sufra hemorragias posoperatorias.
Pros y contras: ¿qué cambia con la castración en gatos?
La castración en gatos va acompañada de cambios hormonales. Esto, a su vez, afecta al comportamiento del minino. Si el comportamiento cambiará y en qué medida después de la castración y si estos cambios resultarán positivos o negativos para el cuidador es algo que depende de cada caso.
Algunos se alegran de que su minino deje de subirse por las paredes (a veces, literalmente). Otros creen que su gato está demasiado apático después de la operación. Además, no todos los gatos reaccionan igual al cambio hormonal.
Uno de los efectos negativos más frecuentes es la disminución del nivel de actividad. De hecho, hay gatos que se vuelven vagos y apáticos después de castrarlos.
Efectos secundarios positivos de la castración en gatos
Castrar al gato también tiene efectos positivos:
La mayoría de gatos se vuelven más mansos y tranquilos. En general, incluso la esperanza de vida de un gato castrado es más larga que la de uno no castrado.
Además, son menos agresivos frente a otros gatos y tienen un territorio más pequeño. En los gatos de exterior se reduce el peligro de accidentes y el número de peleas con otros gatos.
Por otra parte, las gatas castradas ya no tienen el celo.
Ya no se produce el celo permanente, que puede aparecer en gatas no castradas cuando no se aparean. Este estrés constante aumenta el riesgo de enfermedad en los órganos sexuales.
Las enfermedades específicas del sexo son menos frecuentes o inexistentes (p. ej., enfermedades del útero, cuando este se extrae también).
Qué hay que tener en cuenta después de la castración en gatos?
Si castras a tu gato por la mañana, normalmente podrás recogerlo por la tarde en el veterinario. Ofrécele un sitio tranquilo y caliente donde despertarse del todo de la anestesia y recuperarse sin que lo molesten.
La mayoría de gatos se quedan muy atontados con la anestesia. Colócalo en una manta o una camita en el suelo. La cama no debe estar en una silla ni en el sofá para evitar que se caiga cuando intente moverse.
Dolor como efecto secundario
El dolor, especialmente en las gatas, puede tardar unos días en desaparecer. Los machos suelen estar recuperados en uno o dos días.
Observa atentamente a tu gato durante esta fase para poder informar al veterinario a tiempo de las posibles complicaciones. Además, es probable que el veterinario te cite para una visita de seguimiento el segundo día después de la intervención.
La alimentación correcta para después de la castración
Una intervención como la castración influye en la demanda energética de los gatos. Dos días después de la operación, el metabolismo basal, es decir, la demanda calórica, ya disminuye alrededor del 30 %. En combinación con un menor nivel de actividad, es muy fácil que el gato adquiera sobrepeso. Para que la castración no influya negativamente en su peso, presta más atención a la alimentación correcta de tu gato castrado.
Sin embargo, no hace falta que cambies todas sus costumbres alimentarias. Reduce la cantidad de las raciones y pesa al gato regularmente. Si en las semanas o meses siguientes a la castración percibes un aumento de peso, la cantidad sigue siendo excesiva.
En este caso, puede ser conveniente cambiar a un pienso bajo en calorías. Existe incluso comida especial para gatos castrados cuyo perfil nutricional está adaptado a las necesidades específicas de estos animales.
No te preocupes si en el envase pone «Pienso para gatos esterilizados». Esterilización se utiliza como término genérico, pero también puede ser comida para gatos castrados.
¿Cuánto cuesta la operación?
El precio de la castración en gatos varía bastante de un veterinario a otro. En general, el precio para los machos oscila entre 50 y 100 euros y para las hembras, entre 70 y 270 euros. No obstante, estos precios solo cubren la intervención en sí. A estos se añaden los costes de los chequeos, la anestesia y los posibles medicamentos.
La diferencia de precios se debe a varios factores. Entre ellos, por ejemplo, cabe mencionar la dificultad de cada operación, el tiempo invertido o el personal implicado.
¿Qué diferencias hay entre la castración y la esterilización en gatos?
Hay gente que confunde la castración y la esterilización en gatos. ¿Significan lo mismo? ¿La castración está pensada para los machos y la esterilización, para las hembras? ¿En qué se diferencian los dos métodos?
Básicamente, se puede castrar o esterilizar tanto a gatos macho como hembra. Ambas intervenciones están pensadas para hacer que los animales sean estériles, es decir, prevenir camadas indeseadas. Además, los posibles riesgos y gastos de las dos operaciones son los mismos.
La esterilización no afecta a la producción hormonal
Entonces ¿cuál es la diferencia entre castrar y esterilizar a un gato? La esterilización en gatos logra la infertilidad eficazmente cortando los conductos deferentes en los machos y ligando los ovarios en las hembras. Por lo tanto, ya no se pueden reproducir.
Aparte de eso, no cambia nada más para los animales. La producción de hormonas y, por tanto, el instinto de procreación se mantienen. Esto significa que conservan todas las conductas asociadas a este instinto. Dos ejemplos serían el marcaje de los gatos y el celo de las gatas.
Conclusión: para evitar que los gatos tengan o engendren crías, la castración y la esterilización son igual de eficaces. Sin embargo, la castración tiene más efectos en el animal y, por tanto, también en su cuidador. Dado que se interviene en la producción hormonal, el instinto de reproducción se suprime. Esto suele traducirse en un menor estrés y agresividad en el gato.
Los cuidadores experimentados, las asociaciones de animales y los veterinarios suelen recomendar la castración porque es una solución integral. Al fin y al cabo, acaba con las conductas desfavorables para el animal y la persona.
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