A primera vista, la imagen de los gatos con tres patas es inusual. No obstante, muchos gatos amputados disfrutan de una vida normal y feliz.
Dar en adopción a gatos con tres patas es muy difícil. Por eso, algunos de ellos viven permanentemente en un refugio o una protectora. Pero ¿cuándo es necesario amputar y cómo se le puede endulzar la vida a un gato con 3 patas? En este artículo te ofrecemos la información más importante.
¿Amputar o sacrificar?
Está claro: si la amputación va a ayudar al gato, la eutanasia queda descartada. Esta última solo se toma en consideración si la medicina no tiene solución para una enfermedad mortal.
En cambio, una amputación puede ser una manera de que el gato lleve una vida feliz. Sin embargo, la ayuda y el amor del cuidador/a son decisivos. Sin ellos, el día a día de algunos gatos con tres patas puede ser deprimente.
Tenencia: cosas a tener en cuenta
Por suerte, la mayoría de los gatos se adaptan rápidamente a la discapacidad después de la operación. Aunque les falte una pata, muchos gatos con tres patas pueden volver a pasearse por el vecindario después de curarse.
No obstante, también pueden sentir dolor o estrés después de la intervención. También pueden sufrir miedo o frustración al darse cuenta de que ya no pueden hacer las mismas cosas que antes.
Por estos motivos, es importante que te adaptes a él y observes atentamente su comportamiento tras la operación.
Consejos para el día a día
Hazte a la idea de que el comportamiento de tu gato va a cambiar. Es posible que ya no se suba a su camita elevada o que al principio no quiera subir escaleras.
Además, la decepción por la discapacidad repentina puede hacer que se vuelva más tranquilo y ya no salga como antes. Si el círculo vicioso sigue, puede que gane peso y enferme por las consecuencias de la obesidad.
Adaptación del mobiliario
En estos casos, hay que tener paciencia y adaptar el hogar y la comida al nivel de actividad de los gatos con tres patas. Ofrécele un refugio y una cama a los que pueda llegar sin dificultad. Para ello, puedes instalar una rampa o peldaños bajos.
Lo mismo se puede decir del comedero, el bebedero y el arenero. Además, también puede tener problemas para asearse al principio, por lo que deberás ayudarlo con los cuidados del pelaje.
Poco a poco, el gato irá aprendiendo a apañárselas con solo tres patas. Si ves que se distancia de ti o que tiene mucho dolor, pese a los analgésicos, llévalo al veterinario.
Lee en el artículo siguiente cómo detectar la depresión en gatos: Depresión en gatos
Miembro fantasma: ¿un gato con 3 patas tiene dolor?
Aunque la extremidad, como un brazo o pierna, ya no está ahí, muchas personas sienten dolor en los miembros amputados. En medicina, esta sensación se conoce como miembro fantasma.
Todavía no está del todo claro cómo surge este dolor. No obstante, los investigadores sospechan que se trata de procesos complejos con factores físicos y psicológicos.
Los veterinarios han observado un dolor similar en gatos con tres patas. Este persiste durante mucho tiempo, adquiriendo un carácter crónico. Un signo de ello es cuando los gatos con tres patas intentan rascarse la cabeza con la pata ausente.
¿Cuándo es necesario amputar a un gato?
Hay varios motivos por los que se debe amputar una pata a un gato. Las lesiones graves siguientes constituyen las causas más comunes (p. ej., por un accidente de coche):
- Fracturas de huesos complejas
- Daños nerviosos permanentes
- Lesiones de gran magnitud en la piel, los tendones o los músculos
Las estadísticas muestran que los gatos pierden con más frecuencia las patas traseras que las delanteras tras un accidente. Además, un estudio de la organización International Cat Care afirma que los machos corren mayor riesgo de amputación. Esto probablemente se deba a que ellos presentan una territorialidad más intensa, por lo que salen más al exterior.