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Durante el celo, las gatas se revuelcan por el suelo.
El celo en gatos es uno de los temas más frecuentes en las consultas veterinarias. Este artículo explica cuánto dura el celo de una gata y qué debes saber si tienes una gata en celo.
El celo es el periodo en el que la gata está preparada para el apareamiento. Con la monta tiene lugar la ovulación inducida.
El ciclo de la gata se divide en las cinco etapas siguientes:
Proestro (fase previa al celo)
Estro (celo)
Interestro
Diestro (fase intermedia)
Anestro (fase de reposo)
¿Cuánto dura el celo de una gata?
Las gatas están en celo entre tres y diez días, pero este periodo puede variar de una gata a otra.
¿Cuándo está una gata en celo?
El primer celo ocurre entre el cuarto mes de vida y el duodécimo. A partir de esta edad, la gata ya es madura sexualmente. No obstante, la aparición exacta del celo depende de tres factores importantes: el peso, la raza y la duración de la luz diurna.
En general, para que una gata madure sexualmente, debe haber alcanzado el ochenta por ciento de su peso definitivo. Además, las razas grandes adquieren el celo más tarde que las pequeñas.
A continuación, la gata está en celo dos veces al año: en primavera y en otoño. Durante este periodo tiene lugar la ovulación inducida, provocada por la monta. Esto significa que la gata está predispuesta permanentemente.
¿Qué pasa si ningún gato monta a una gata en celo?
Si no se produce la fecundación, el ciclo se vuelve a repetir, normalmente nueve días después.
La regla general de que el celo aparece dos veces al año, según las horas de luz, se suprime. En efecto, tu gata podría estar en celo permanentemente.
Síntomas de una gata en celo
Si tu gata está en celo, lo reconocerás por ciertos comportamientos típicos:
De repente, está muy apegada y mimosa.
Una gata en celo suele revolcarse por el suelo.
No tiene hambre y come muy poco.
Comportamiento durante el celo
Justo en el momento en el que da comienzo el celo en sí, las gatas están un poco más agresivas. Levantan el trasero y llaman a gritos a una posible pareja. Lo claras que sean estas manifestaciones es algo que depende de la raza y el carácter.
Las gatas tranquilas muestran menos agresividad durante el periodo reproductivo. En cambio, las más temperamentales suelen manifestar sus necesidades muy extrovertidamente.
También es frecuente que expulsen una secreción blanquecina de naturaleza hormonal. Hay incluso gatas que hacen sus necesidades por casa. En función de la gata, la intención del marcaje es atraer a un macho.
Si se produce la monta, se activa la ovulación y es imposible no oír la vida amorosa de los gatos.
Sí. Además de estrés, una gata en celo puede tener mucho dolor durante esta etapa.
Celo silencioso
Los veterinarios llaman celo silencioso o anafrodisia al estado en que el ciclo de la gata es inapreciable. Aunque estas gatas están sometidas a la influencia de las hormonas, no muestran signos de un ciclo regular.
Este trastorno aparece frecuentemente como consecuencia del estrés físico. Este podría ser el caso, p. ej., de una gata en un grupo de gatas que ha asumido una posición subordinada. Para evitar este trastorno, debes mejorar las condiciones de tenencia.
Complicaciones: ¿qué peligros entraña el celo en gatos?
El celo no siempre está exento de complicaciones. Por eso, es importante que observes a tu gata en celo y comuniques al veterinario cualquier comportamiento inusual.
Los tres problemas siguientes son particularmente importantes:
1. Celo permanente
Las gatas de interior son las más propensas a sufrir el celo permanente porque no pueden ovular (ausencia de monta). A esto se añade la mayor falta de luz de un piso, que también influye en su ciclo.
El celo permanente implica para la gata principalmente lo siguiente: estrés y un mayor riesgo de contraer quistes ováricos y enfermedades uterinas. Además, una gata en celo permanente pierde peso porque no quiere comer. Incluso el pelaje pierde brillo y se apelmaza.
2. Tumores
El riesgo de ciertos tipos de tumores aumenta en animales vírgenes, especialmente cuando tienen celo permanente.
3. Reproducción incontrolada
A esto se añade el número de crías que tu gata podría tener si se reproduce incontroladamente. Una pareja de gatos y sus gatitos podrían engendrar en pocos años miles de crías, al menos teóricamente.
Es muy poco probable que esta cantidad de gatitos tenga la suerte de encontrar un hogar acorde a la especie con gente cariñosa y buena comida. Por eso, conviene restringir la reproducción incontrolada de los gatos, también bajo el punto de vista animalista.
Cómo ayudar a una gata en celo
El celo es una época estresante, no solo para las personas, sino, sobre todo, para la gata. Por eso, es importante que ayudes a tu gata en celo y reduzcas su estrés con estos consejos:
Ofrécele un lugar calentito en el que se pueda refugiar.
Durante este periodo, sé muy cuidadoso/a, paciente y empático/a con tu gata.
Castración: ¿conviene castrar a las gatas para evitar el celo?
Las leyes comunitarias suelen exigir que se castre a los gatos de exterior para evitar que se reproduzcan incontroladamente. Además, muchos veterinarios lo recomiendan también para gatos de interior que no se utilicen para la cría con el fin de prevenir el estrés y crías indeseadas.
El primer celo aparece en algunas gatas a los cinco meses de vida. La castración se puede realizar una semana después de que termine el celo.
Si quieres castrar a tu gata, infórmate en el veterinario sobre los pros y los contras de la operación. Además, el veterinario podrá asesorarte sobre otros métodos anticonceptivos. La mayoría de estos métodos funcionan a nivel hormonal, pero no todos suprimen el celo.
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