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Si tu gato padece una disfunción cognitiva, pierde la memoria.
Si tu gato tiene más de 15 años, los veterinarios lo consideran un paciente geriátrico. A esta edad, debes asumir que el riesgo de que sufra enfermedades asociadas a la edad, como el alzhéimer, aumenta. Este artículo recoge los hechos más importantes sobre la demencia en gatos para que detectes esta enfermedad neurológica lo antes posible.
La demencia la pueden contraer gatos de cualquier edad y raza. Lo que está claro es que el riesgo aumenta con la edad. Hay un estudio que afirma que la mitad de los gatos de más de 15 años muestran signos de demencia senil.
Síntomas: ¿cuáles son los signos de la demencia en gatos?
La demencia senil en gatos se caracteriza por la pérdida de las capacidades cognitivas en edad avanzada. Los gatos con demencia presentan estos síntomas:
1. Cambios de conducta
Si el gato pierde las capacidades cognitivas, también cambia su comportamiento. Así pues, puede que un minino manso y cariñoso se vuelva agresivo o muy miedoso de repente. También es posible que maúlle más.
2. Desorientación
Normalmente, los gatos conocen su territorio como las almohadillas de la pata. Sin embargo, los gatos con demencia se olvidan de dónde está el arenero o el comedero. Puedes observar cómo el gato, confuso, mira fijamente la pared y busca la salida de la habitación en vano.
3. Falta de higiene
Los gatos se asean regularmente con su lengua áspera. Los gatos con demencia se suelen acicalar menos. Además, en algunos casos pueden perder sus hábitos de higiene. Esto significa que hacen sus necesidades en cualquier parte, incluso en casa.
4. Alteraciones de los ritmos circadianos
El gato ya no sabe qué hora del día es. Esto se puede apreciar cuando se olvida de que es la hora de comer.
5. Cambios en el ritmo día-noche
Los gatos son animales nocturnos. Esto significa que duermen durante el día y vagan por los alrededores por la noche. En la demencia en gatos, este ritmo de sueño-vigilia cambia, con lo que duermen por la noche y están despiertos de día.
6. Menor capacidad de aprendizaje y memoria
Casi todos los gatos responden al oír su nombre y saben lo que la palabra comida significa. Como la demencia también afecta a la capacidad de aprendizaje y la memoria, los mininos suelen olvidar órdenes ya aprendidas.
Diagnóstico: ¿cómo se detecta?
Los veterinarios diagnostican la demencia en gatos descartando otras enfermedades (diagnóstico diferencial). Estas incluyen, particularmente, aquellas que hacen que el gato pierda la vista o la audición. El veterinario también busca dolencias en los riñones o la vejiga para descartar posibles causas de incontinencia.
Terapia: ¿se puede tratar?
Por desgracia, la demencia en gatos no tiene cura. Lo único que se puede hacer es ayudar al gato en su día a día. Para ello, puedes hablar con el veterinario sobre las posibilidades siguientes:
Ejercitar el cerebro:anima a tu gato a pensar jugando con él regularmente.
Dedícale mucho tiempo y ten mucha paciencia.
Procura que tu casa no tenga barreras y ofrécele lugares de descanso de fácil acceso.
Instala rampas para que pueda llegar fácilmente al areneroy a zonas de descanso elevadas.
Es muy importante evitar el estrés en gatos mayores. Para ello, no traigas a otros animales ni recibas visitas de mucha gente. Si esto no es posible, puedes hablar con el veterinario sobre el uso de feromonas.
Pronóstico: ¿cuáles son las probabilidades de curación?
Desgraciadamente, los conocimientos veterinarios actuales no permiten curar la demencia senil en gatos. Las células cerebrales muertas no se regeneran, por lo que el tejido muerto permanece muerto definitivamente. Sin embargo, con paciencia y comprensión puedes mejorar considerablemente la calidad de vida de tu minino.
En la enfermedad de Alzheimer se acumula amiloide (una proteína) junto a las neuronas y las daña.
Causas: ¿qué provoca la demencia en gatos?
La demencia es una enfermedad neurodegenerativa. Más concretamente: demencia es un término genérico que describe síntomas como la pérdida de la memoria, la orientación y la capacidad intelectual. El alzhéimer, por su parte, es una enfermedad definida y, con ello, una especie de subforma de demencia.
El neurólogo alemán Alois Alzheimer describió esta enfermedad neurodegenerativa por primera vez en las personas en 1906. Unas cuantas décadas más tarde, los investigadores descubrieron alteraciones similares en animales, como gatos y perros. En los perros se habla de síndrome de disfunción cognitiva (SDC) canino y los gatos enferman de forma similar.
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