El coronavirus no solo se da en las personas, también puede darse en los felinos. Sin embargo, a diferencia del novedoso coronavirus humano, los coronavirus en gatos (FCoV) se conocen desde hace muchos años. Estos incluyen el coronavirus entérico felino (FECV) y el más conocido virus de peritonitis infecciosa felina (FIPV). Este último provoca peritonitis infecciosa felina (PIF), una enfermedad fatal que conduce a inflamación del peritoneo y a la hidropesía en los gatos afectados. Por el contrario, las personas, especialmente las inmunocomprometidas como ancianos y enfermos, sufren síntomas parecidos a los de la gripe.
¿Es el COVID-19 peligroso para mi gato?
Texto actualizado a 31.03.2020
A finales de 2019 se anunciaron los primeros casos de COVID-19 (del inglés, coronavirus disease 2019) en China. En la actualidad, miles de personas en todo el mundo ya padecen esta enfermedad y aún no se ha aclarado completamente la cuestión de la procedencia del SARS-CoV-2 (coronavirus-2 del síndrome respiratorio agudo grave). Sin embargo, según el estado actual de los conocimientos científicos, la enfermedad respiratoria ha sido transmitida a través de murciélagos, pangolines o serpientes. El Instituto Friedrich Löffler (FLI) de Alemania, que se dedica a la investigación de la salud animal, anteriormente había clasificado como improbable la transmisión del COVID-19 de humanos a gatos y viceversa.
A pesar de que hace algunos días un gato belga, de una mujer infectada por el virus COVID-19, presentara problemas respiratorios y diarrea y diera positivo en la prueba del SARS-CoV-2, el FLI insiste en que se trata de un caso aislado. El gato está actualmente bajo observación veterinaria y se encuentra bien dadas las circunstancias.
El virus también se detectó en la nariz y la boca de dos perros de Hong Kong. No obstante, los médicos asumen que se debía a una contaminación por el entorno, pues los anticuerpos contra el virus eran demasiado bajos.
¿Debería preocuparme si mi gato sale?
De momento no hay pruebas científicas de que los gatos puedan transmitir el nuevo coronavirus a los humanos. Si tu minino está bien puedes continuar dejando que salga a descubrir el entorno. Sin embargo, se recomienda que se respeten las medidas de higiene en el trato con animales domésticos, como lavarse las manos después de tocar al animal y limpiar con frecuencia los comederos y los areneros.
¿Qué hago con mi gato si tengo que estar en cuarentena?
Las personas en cuarentena no pueden abandonar su casa o piso durante al menos dos semanas. Si tu gato es un gato de interior puede seguir usando el arenero como de costumbre. Si es un felino que tiene acceso al exterior puede seguir saliendo al jardín o al vecindario por la gatera o por una puerta. Si no tienes suficientes reservas de comida o juguetes puedes pedirlos por internet o te los puede comprar otra persona cercana. En la actualidad, muchas empresas de transporte ofrecen envíos sin contacto, es decir, que dejan el paquete en la puerta.
Asimismo, dada la situación epidemiológica actual, el Colegio de Veterinarios de Madrid propone una serie de medidas preventivas generales para el COVID-19 en animales domésticos.
Además del COVID-19, los ya conocidos coronavirus felinos (FCoV) tienen un papel importante para los gatos, pues pueden llegar a ser muy peligrosos. A continuación, te contamos cuáles son estos virus, sus síntomas y cómo puedes proteger a tus gatos de ellos.
Características y propagación del coronavirus en gatos
Entre los coronavirus del gato está el coronavirus entérico felino (FECV) y el resultante virus de la peritonitis infecciosa felina (FIPV). A su vez, ambos virus se dividen en dos tipos diferentes (serotipo I y II), que también tienen características distintas.
El coronavirus entérico felino (FECV)
Este virus está muy extendido entre los gatos y suele afectar bastante a los criaderos de gatos. Los felinos pueden infectarse por contacto directo e indirecto a través de secreciones del tracto respiratorio, heces y orina contaminadas. Por lo tanto, se contagian entre sí por medio de los comederos, los areneros o mientras juegan. Los virus llegan al tubo digestivo a través de la boca. Ahí se multiplican y luego atacan los ganglios linfáticos regionales y los macrófagos del sistema inmunitario.
El virus de la peritonitis infecciosa felina (FIPV)
Mientras que el coronavirus entérico felino (FECV, por sus siglas en inglés) está muy extendido, las infecciones del virus de la peritonitis infecciosa felina (FIPV, por sus siglas en inglés) son mucho menos frecuentes. Esto se debe a que el virus no se contagia ni por contacto directo ni indirecto. Es provocado por una mutación espontánea del coronavirus entérico felino en los fagocitos. Esto significa que cualquier minino que tenga el FECV puede tener el virus de la peritonitis infecciosa felina.
No obstante, una infección no implica que siempre haya síntomas de la enfermedad. Solo un 5-10 % de los bigotudos afectados llegan a padecer peritonitis infecciosa felina (PIF). La mayoría de estos gatos están en su primer año de vida y los factores de inmunodeficiencia como otras infecciones, por ejemplo, por leucemia felina (VLFe) o virus de inmunodeficiencia felina (VIF), tienen un papel importante.
Si los fagocitos infectados llegan a la sangre, el virus se expande por todo el cuerpo y provoca daños graves. Estos dependen de la progresión de la infección:
- La forma húmeda (también llamada efusiva o serosa) de la PIF causa la inflamación de las pieles serosas que recubren los órganos de las cavidades torácicas, abdominales y pélvicas, entre otros. El nombre de esta progresión se debe a la producción masiva de una secreción marrón amarillenta que se da en esta poliserositis.
- La forma seca, granulomatosa o no efusiva provoca inflamaciones nodulares (granulomas) en el hígado, el bazo, el páncreas y los ganglios linfáticos, entre otros.
Síntomas del coronavirus en gatos
Los primeros síntomas de enfermedad después de una infección del virus de peritonitis infecciosa felina pueden aparecer después de pocos días o de varios meses. Sin embargo, como se daña un gran número de órganos como los riñones, el hígado o el sistema nervioso central, el cuadro de la PIF es muy variado. Dependiendo de la forma de la enfermedad, se pueden observar los siguientes síntomas:
- Síntomas generales: fiebre recurrente, debilidad y fatiga
- Cambios de comportamiento como agresividad repentina o miedo
- Trastornos del movimiento como una parálisis incompleta (paresia) o problemas de coordinación (ataxias)
- Membranas mucosas amarillentas y descoloridas (ictericia, por ejemplo, en la boca) y enfermedades oculares
- Emaciación con aumento simultáneo de la circunferencia abdominal (debido a la hidropesía abdominal) y la consiguiente falta de aire
Mientras que la PIF en los gatos provoca la muerte en pocas semanas, el coronavirus entérico felino solo causa una leve inflamación intestinal con diarrea y fiebre.
Diagnosticar el coronavirus en gatos
Si tu gato ha estado durmiendo mucho o está nervioso o tiene otros síntomas graves es necesario acudir al veterinario. Si la anamnesis (conversación con el cuidador) y la revisión general clínica indican una posible infección por coronavirus en gatos, el veterinario tiene tres posibilidades para diagnosticarlo:
- Por detección indirecta de patógenos: las muestras de suero sanguíneo o de líquido abdominal tomadas por punción pueden utilizarse para medir el nivel de anticuerpos producidos por el sistema inmunitario mediante pruebas específicas (ELISA o inmunofluorescencia)
- Mediante la detección directa de patógenos: utilizando una muestra de materia fecal, sangre o líquido abdominal se puede realizar un examen biológico molecular (RT-PCR, del inglés, reacción en cadena de la polimerasa en tiempo real) en un laboratorio veterinario. En el caso de gatos ya fallecidos, los granulomas pueden examinarse de forma patológica, el método más seguro de detección
- Por diagnóstico de laboratorio: una disminución de los glóbulos rojos (eritrocitos), algunas células inmunes (por ejemplo, linfocitos y trombocitos) y la albúmina, así como el aumento de las concentraciones de proteína plasmática y fibrinógeno son signos de una PIF
Tratamiento para el coronavirus en gatos
La diarrea y la fiebre en el contexto de una infección con el FECV pueden ser tratadas con medicamentos. Sin embargo, la peritonitis infecciosa felina no tiene tratamiento. Solo se pueden emplear medidas para mejorar la calidad de vida restante y la disminución de los dolores del gato. Si esto ya no es posible se debe considerar el alivio del gato (eutanasia) bajo control veterinario.
Pronóstico
El pronóstico de una infección del coronavirus entérico felino suele ser muy bueno. No obstante, siempre existe el riesgo de una mutación al virus de la peritonitis infecciosa felina. Si se llega a provocar una PIF clínica cabe esperar que el gato muera pronto.
Cómo evitar un contagio de coronavirus en gatos
Las siguientes medidas preventivas protegerán a tu gato de una infección por el coronavirus felino:
- Limpiar con regularidad el arenero, el comedero y el bebedero
- Evitar el estrés
- Examinar con frecuencia a las gatas preñadas y a las camadas y evitar siempre el contacto con gatos infectados
- Existe una vacuna contra el virus de peritonitis infecciosa que puede administrarse a partir de las 16 semanas de vida, pero es bastante controvertida
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