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Muchos mininos disfrutan de los cuidados de la piel y pelaje. Además, fortalece el vínculo entre el humano y el animal.
Un pelo denso y brillante es un signo de que el gato está sano física y mentalmente. ¿Cómo cuidar el pelaje de un gato? De esto se encargan principalmente ellos. Sin embargo, podemos ayudarlos cepillándolos regularmente. Una alimentación equilibrada también contribuye a un pelaje sano.
El pelo del gato: 25 000 pelos por centímetro cuadrado
El color y la naturaleza del pelo del gato varían en función de la raza. Básicamente, el pelo se compone de la capa exterior y el subpelo.
La capa exterior es la que define el color y el diseño del gato. Está compuesta por los pelos de guarda largos, que el gato puede erizar, y los de protección, algo más cortos. El subpelo es la capa aislante, formada por pelos finos y cortos que se encuentran directamente sobre la piel.
Con unos 25 000 pelos por centímetro cuadrado, la densidad de un pelaje de gato normal es muy elevada. A modo de comparación: los perros tienen una densidad capilar de entre 1000 y 9000 pelos por centímetro cuadrado. En cambio, las personas solo tenemos de 175 a 350 pelos por centímetro cuadrado en la cabeza. Por eso, no es de extrañar que la casa suela estar llena de pelos de gato.
Durante la época de caída de pelo en gatos, en primavera y otoño, los mininos pierden mucho pelo. En primavera, el denso pelaje invernal se cambia por un pelaje de verano más ligero. En otoño desaparece el pelo de verano y crece el pelaje invernal.
El cepillado ayuda a cuidar el pelo del gato
Aunque los gatos se encargan del cuidado del pelo, podemos ayudarlos con un cepillado regular, sobre todo si el gato es de interior. En el caso de los gatos de exterior, el viento sopla por los pelos y muchos se quedan enganchados en los matorrales cuando los rozan. Los gatos de interior no tienen esta posibilidad.
El cepillado proporciona un brillo sedoso, favorece la circulación sanguínea de la piel y es bueno para el vínculo entre gato y persona. Muchos gatos disfrutan con el cepillado. Además, tú también puedes beneficiarte: los pelos que se quedan en el cepillo no pueden llegar al sofá, bajo la cama ni a tus bonitos pantalones negros.
Aspectos de salud
La ayuda con el cuidado del pelo también es importante porque los gatos se tragan muchos pelos cuando se acicalan. Estos pueden acumularse en el estómago y formar bolas de pelo (tricobezoar).
Para deshacerse de estas bolas de pelo, el gato las tiene que regurgitar y escupir. Esto no es agradable ni para él ni para su cuidador. Un cepillado regular ayuda al gato a reducir las bolas de pelo en el aparato digestivo.
En el caso de las razas de pelo largo, como los gatos persas, es obligatorio cepillarlos a diario. De lo contrario, el pelo podría enredarse, habiendo que recurrir a las tijeras en el peor de los casos. A veces, el veterinario tiene que eliminar los enredos.
Cómo cuidar el pelaje de un gato: acostumbrarlo al cepillado
Por desgracia, no todos los gatos valoran que queramos ayudarlos con el cuidado del pelo. Solo con ver el peine y el cepillo, ponen pies en polvorosa. Otros se defienden con uñas y dientes contra el odioso procedimiento. Muerden el cepillo o —si uno tiene muy mala suerte— incluso la mano.
En estos casos, lo único que ayuda es la paciencia.
Para acostumbrar al gato al cepillo, déjalo por ahí a la vista unos días. Así, el gato podrá olfatear y conocer el instrumento desconocido.
Para las primeras pasadas, espera una ocasión propicia. Si está de humor para caricias o se está acicalando, este es el momento.
Primero acarícialo con la mano y, a continuación —al principio con mucho cuidado—, con el cepillo. Después, otra vez con la mano. Ve alternando entre mano y cepillo, siempre que al gato lo aguante. No lo obligues. Si ya no tiene ganas, déjalo en paz y sigue otro día.
Nunca cepilles a contrapelo
No acaricies ni cepilles nunca a tu minino a contrapelo, ya que es algo que los gatos no pueden soportar. Al principio, limítate a las zonas preferidas de tu gato. Por ejemplo, si le gusta que le toques la barbilla, empieza por ahí con el cepillo. Poco a poco, ve ampliando el radio hasta otras partes del cuerpo.
Lo importante es mantener calma y tener paciencia. También puedes darle alguna que otra chuchería para que el cuidado del pelo sea más apetitoso para el gato.
Prueba diferentes cepillos
Si tu gato no quiere que lo cepilles bajo ningún concepto, puede que la herramienta no sea la adecuada. Los peines y cepillos no deben tener cantos muy afilados para no dañar la delicada piel de debajo del pelo. Las púas no deben estar muy juntas para no darle tirones. Para los gatos sensibles existen cepillos de cerdas naturales suaves o cepillos masajeadores de goma.
No todos los cepillos son aptos para cualquier raza. Por ejemplo, un british shorthair, de pelo denso y mullido, necesita un cepillo diferente que un siamés de pelo corto.
Las tiendas especializadas ofrecen productos especiales para eliminar a fondo el subpelo suelto. Por ejemplo, el FURminator está disponible en diferentes variantes adaptadas a la longitud del pelo de cada raza.
Alimentación equilibrada para un pelaje bonito
Si quieres saber cómo cuidar el pelo del gato, presta atención también a una alimentación equilibrada. Tiene que ser, sobre todo, rica en proteínas, porque el pelo se compone principalmente de la proteína queratina. También los complementos alimentarios, como el aceite de salmón, pueden fortalecer el sistema inmunitario y fomentar un pelaje saludable.
Hay piensos y pastas especiales que pueden ayudar al gato a expulsar los pelos tragados a través del intestino. Así, se reduce el riesgo de que se formen bolas de pelo.
Si esto pasa, los gatos comen hierba, porque los ayuda a transportar las bolas de pelo fuera del estómago. Por eso, para gatos de interior siempre hay que tener una maceta de hierba para gatos.
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