© coulanges / stock.adobe.com
El rasgo típico del pixie bob es la cola corta, que le puede dificultar la comunicación con otros gatos.
Cola corta, pelo moteado y mechones en las orejas: el pixie bob parece un lince pequeño. Sin embargo, la cola corta suele darle problemas en el día a día. Por eso, esta raza se debe considerar como cría inhumana.
Si te preguntas qué gato (doméstico) parece un lince, internet te dirá enseguida que es el pixie bob. En efecto, esta raza recuerda un poco al lince, sobre todo por la cola corta.
Además, el pixie bob tiene una constitución fornida y musculosa, como el lince. Las hembras suelen pesar de tres a cinco kilos y los machos, entre cinco y siete.
El color típico del pelaje es marrón grisáceo moteado. El pelaje de verano es algo más corto, momento en que el dibujo se ve más claramente. El pelaje de invierno es un poco más largo, denso y despegado del cuerpo.
La cabeza ancha y curvada, y los mechones de las orejas completan el aspecto salvaje de esta raza. Tiene los ojos dorados o verdes.
Además, las patas pueden presentar una particularidad genética, por la que pueden tener hasta siete dedos. El pixie bob es la única raza de gato en la que el estándar admite y tolera la polidactilia.
El color típico del pelaje es marrón grisáceo moteado. El pelaje de verano es algo más corto, momento en que el dibujo se ve más claramente. El pelaje de invierno es un poco más largo, denso y despegado del cuerpo.
© CALLALLOO CANDCY / stock.adobe.com
Aunque el pixie bob tiene muchos seguidores por su aspecto similar al lince, esta raza se considera preocupante.
El motivo reside en la cola corta, que le limita la capacidad de comunicarse. Entre otras cosas, los gatos utilizan la cola para expresar su estado de ánimo. Por ejemplo, una cola erguida con la punta doblada puede significar alegría o excitación. En cambio, una cola baja y erizada es signo de miedo. Además, también desempeña un papel importante para caminar y trepar.
Las razas como el pixie bob, cuya característica física se ha eliminado deliberadamente con la cría selectiva, se consideran cría inhumana. Otras razas de cola corta o sin cola, como el manx, el cymric o el american bobtail, también entran en esta categoría.
Aunque parezca un lince en formato mini, el pixie bob es juguetón, cariñoso y apegado. A muchos les gusta acurrucarse con sus cuidadores y se llevan bien con otros gatos, a menudo incluso con perros.
Algunos son muy comunicativos y maúllan mucho, aunque algunos maullidos suenan más bien como gorjeos, trinos o gruñidos. Como son muy inteligentes y aprenden rápido, conviene estimularlos con juguetes para gatos.
Además, pueden entablar un vínculo muy especial con los niños, pero hay que darles tiempo para adaptarse.
El gato pixie bob se puede tener como gato de interior, pero le encanta pasar el rato en un jardín vallado o un balcón con red. Si no le puedes ofrecer salidas al exterior, debes entretener a este gato tan activo a diario para estimularlo.
Dato interesante: es frecuente que los pixie bobs se relacionen íntimamente con personas y lugares. Siguen a su cuidador a todas partes, pero llevan muy mal las mudanzas.
El cuidado del pelaje de esta raza es relativamente sencillo. Si tiene el pelo corto, basta con cepillárselo una vez por semana. Si lo tiene largo, necesitará algo más de dedicación, sobre todo en invierno.
La alimentación ideal varía en función del gato y depende de la edad, el nivel de actividad y posibles enfermedades crónicas.
En la tienda online de zooplus encontrarás una gran variedad de comida para gatos.
Se sabe poco de enfermedades típicas de la raza. Sin embargo, los dedos adicionales y, sobre todo, la cola corta pueden ocasionar problemas de salud. La cola corta, una característica de la cría, va acompañada de una movilidad limitada de la vértebra cervical.
Además, cada vez se observan más enfermedades genéticas del pixie bob, como del músculo cardíaco y del útero. En general, parece que el riesgo de morir joven es más elevado en esta raza.
El gato pixie bob es una raza relativamente joven que proviene de EE. UU. Carol Ann Brewer empezó a criar deliberadamente estos gatos de cola corta similares al lince a mediados de los 80.
Durante mucho tiempo se creyó que el pixie bob era un cruce casual entre lince rojo y gato doméstico. Esta teoría se refutó porque no se hallaron rastros del lince americano en las pruebas de ADN de la raza.
También se descartó el parentesco con otros gatos salvajes, como el gato de la jungla o el gato de Bengala. A pesar de su aspecto salvaje, el pixie bob es un gato doméstico al cien por cien.
El nombre se lo debe a la gata Pixie (que significa hada) de la cría de Carol Ann Brewer. Todos los pixie bobs provienen de esta cría. La segunda parte del nombre, bob, tiene su origen en bobcat, el término inglés para el lince rojo.
El pixie bob está reconocido desde 1998 por The International Cat Association (TICA) como raza independiente.
Esta raza es muy poco común en España. De hecho, en nuestro país no existen criadores dedicados a ella. Si, a pesar de todo, quieres comprarte uno, debes contar con un precio de compra de entre 900 y 1500 euros.
Los verdaderos amantes de los animales no deberían considerar comprar esta raza debido a la problemática de la cría inhumana. Es mejor elegir otra o buscar un ejemplar en la protectora de animales. De este modo, no perpetuamos el negocio de este tipo de crías.
Gracias a su parecido con el lince, el gato pixie bob causa sensación entre los amantes de los gatos. Sin embargo, su cría está considerada como inhumana por el acortamiento de la cola. Por eso, es desaconsejable comprarlo.
Los ojos azules y el destacado dibujo del pelaje hacen que el gato siamés sea inconfundible. Descubre todo lo que hay que saber de este elegante gato y si realmente es tan parlanchín como dicen.
El maine coon se ha convertido en una de las razas de gatos favoritas del mundo. Esto no es de extrañar, ya que estos felinos destacan por su naturalidad, robustez y su fantástico carácter.
A primera vista, el gato azul ruso de color gris azulado se parece al cartujo o al british shorthair. Observándolos más atentamente, sin embargo, uno/a se da cuenta de que son muy diferentes.
