Gato siamés
Los ojos azules y el destacado dibujo del pelaje hacen que el gato siamés sea inconfundible. Descubre todo lo que hay que saber de este elegante gato y si realmente es tan parlanchín como dicen.
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El ocelote (Leopardus pardalis) es un animal salvaje que habita los paisajes de bosques y arbustos de Centroamérica y Sudamérica. Como animal nocturno y solitario que es, mata sigilosamente roedores, reptiles y peces. Su atractivo pelaje hizo que fuera víctima de los cazadores durante mucho tiempo, por lo que la población se vio fuertemente diezmada. Actualmente es una especie protegida y no está amenazada.
Breve presentación: | El ocelote habita los bosques y las sabanas. Es un buen escalador y nadador. |
Longitud cabeza-tronco: | 55-100 cm |
Peso: | Hembras hasta 10 kg; machos hasta 15 kg |
Esperanza de vida media: | Hasta aprox. 10 años; en cautividad, hasta aprox. 20 años |
Carácter: | Nocturno y solitario |
Pelaje: | Corto, denso y fino |
Colores del pelo: | Color de base entre gris, ocre y amarillo anaranjado con rosetas, manchas y rayas |
Dificultad del adiestramiento: | Indomable |
Origen: | Centroamérica y Sudamérica |
Con una longitud de 55-100 centímetros, el ocelote es más o menos el doble de grande que un gato doméstico. Con ello, entra en la categoría de felinos medianos.
La cola alcanza una longitud de 25-41 centímetros, por lo que es bastante corta. El peso se sitúa entre siete y quince kilos, siendo los machos más grandes y pesados que las hembras.
El ocelote tiene una constitución fornida y musculosa. Cuenta con extremidades fuertes y garras retráctiles que lo convierten en un escalador excelente. Además, tiene los ojos grandes y marrones, y las orejas redondeadas.
El pelaje del ocelote es corto, denso y fino, y el color básico depende del hábitat. Los que viven en zonas boscosas cálidas y húmedas son de color entre ocre y amarillo anaranjado. En cambio, los de las regiones secas de las sabanas tienen un manto más bien grisáceo. El vientre de todos los ocelotes es más claro, casi blanco.
Además, el pelaje presenta distintos dibujos, como rosetas, anillos, manchas y rayas. En algunos ejemplares, el dibujo es más marcado que en otros. Es frecuente que la mitad izquierda del cuerpo tenga un dibujo distinto que la derecha.
El gato ocelote es oriundo de Centroamérica y Sudamérica. Su región de distribución abarca el sur de EE. UU., México, Colombia, el Perú y Argentina. Además, también se encuentran ejemplares en la isla Trinidad, pero la mayor población habita la cuenca del Amazonas.
Estos animales viven en distintos hábitats, como selvas tropicales y bosques montañosos secos. Además de las regiones boscosas, también habitan paisajes de arbustos y sabanas, así como zonas cercanas a poblaciones. Solo evitan las áreas abiertas porque necesitan la protección de las matas y los arbustos para cazar.
Los ocelotes son animales solitarios. Cazan principalmente por la noche o al anochecer y duermen durante el día. A veces, también salen antes de ponerse el sol en los días fríos y nublados.
Lo habitual es que se pasen el día escondidos en huecos de árboles o subidos en las ramas. No solo trepan muy bien, sino que también son buenos nadadores.
Por la noche, el ocelote se pasea por su territorio. Recorre varios kilómetros a diario para buscar alimento y los machos caminan más que las hembras. El tamaño del territorio oscila entre dos y 31 kilómetros cuadrados. De nuevo, los machos tienen un territorio mayor que las hembras.
Los límites del territorio los delimitan con orina y heces, así como marcas de arañazos en los árboles. Los territorios de los machos y las hembras pueden solaparse, pero no se tolera que otros ocelotes del mismo sexo entren en el territorio propio.
El menú del ocelote incluye, entre otros, roedores, como agutíes, coendúes y zarigüeyas. No obstante, también come mamíferos más grandes, como araguatos, perezosos y ciervos pequeños.
Aunque puede trepar muy bien, el Leopardus pardalis suele cazar en el suelo. Además, también caza algún que otro pájaro. Otras presas del ocelote son reptiles como iguanas, caimanes y serpientes, así como anfibios, peces, cangrejos e insectos.
Normalmente, caza a sus presas corriendo, pero también puede acecharlas pacientemente. Por ejemplo, algunos buscan las madrigueras de los agutíes y esperan a que salgan.
Los machos y las hembras solo se juntan para el apareamiento. En las regiones frías, este tiene lugar en otoño. En las zonas tropicales, no existe una época de reproducción fija.
Tras un periodo de gestación de unos ochenta días, la hembra da a luz a entre uno y tres gatitos, que cría ella sola. Para ello, construye un nido protegido en el hueco de un árbol o en la grieta de una roca.
Los gatitos nacen ciegos y pesan entre 200 y 280 gramos. Pasadas unas dos semanas, abren los ojos y una semana después empiezan a andar.
Las crías acompañan a su madre en la caza y se van haciendo cada vez más independientes. Con unos tres meses, sus caminos se separan. No obstante, la madre tolera a sus crías en edad de crecimiento durante dos o tres años en su territorio. Después, deben buscarse el suyo propio.
Los enemigos naturales del ocelote son los felinos grandes, como los jaguares y los pumas, pero también las boas y las aves de presa.
No obstante, el mayor peligro para el ocelote es el hombre. Antiguamente, estos animales se cazaban de forma intensiva por su pelaje. Hoy en día, el comercio de la piel de ocelote está prohibido por la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES). Sin embargo, aún hay quienes cazan ocelotes ilegalmente.
Una amenaza aún peor que la caza furtiva es la destrucción del hábitat natural. Los animales necesitan la cobertura de las matas y los arbustos para poder cazar. Además, muchos animales son víctimas del tráfico en zonas urbanizadas.
Desde que el gato ocelote se clasificó como especie protegida, la población se ha recuperado en muchas regiones. Por eso, actualmente figura como no amenazada. No obstante, la creciente deforestación de las selvas tropicales y la destrucción medioambiental podrían frustrar este éxito.
El ocelote es un animal salvaje, por lo que no es apto para tenerlo en casa. Sin embargo, siempre hay casos de ocelotes jóvenes capturados y vendidos ilegalmente.
Los amantes de los animales nunca deben comprar un ocelote. Una tenencia acorde a la especie en casa es, sencillamente, imposible. De hecho, en muchas regiones está terminantemente prohibida o sujeta a normas estrictas.
Si quieres ver un ocelote, deberás ir a un zoo. En muchos parques zoológicos europeos se exhiben estos felinos con manchas. Suelen estar allí en nombre de proyectos de conservación de la naturaleza y las especies en Centroamérica y Sudamérica.
Mucha gente se siente fascinada por estos preciosos gatos sudamericanos y su hermoso pelaje. De hecho, en las redes sociales circulan fotos y vídeos de gatos salvajes que viven en domicilios particulares. No obstante, la realidad es que los ocelotes son animales salvajes y no se pueden domesticar.
Una alternativa es la raza ocicat. Físicamente recuerda a un ocelote salvaje, pero es un cruce entre siamés y abisinio. El ocicat no es uno de los gatos híbridos problemáticos desde el punto de vista de la protección de los animales, sino un gato doméstico normal.
Aunque el ocelote no esté en peligro grave, su hábitat natural está desapareciendo. El comercio ilegal del pelaje y de animales jóvenes vivos perjudica su población. Por eso, los verdaderos amantes de los animales nunca deben comprarlo.
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