Gato siamés
Los ojos azules y el destacado dibujo del pelaje hacen que el gato siamés sea inconfundible. Descubre todo lo que hay que saber de este elegante gato y si realmente es tan parlanchín como dicen.
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A pesar de la popularidad de sus antecesores, los burmeses y los siameses, el gato tonkinés es una raza de gatos poco frecuente. El bonito gato con el cuerpo delgado y musculoso y el pelaje corto y aterciopelado combina muchas características positivas de sus antepasados. Es afectuoso, sociable y curioso, por lo que es ideal para familias que quieren pasar mucho tiempo con su minino.
Los amantes de los gatos encontrarán muchas características de los burmeses y siameses en el gato tonkinés. Esto no es de extrañar pues el tonkinés es el resultado de un cruce de ambas razas procedentes de Tailandia. Similar al burmés, es muy vivaz y parlanchín, aunque por lo general, maúlla menos que este. Al mismo tiempo es muy cariñoso y cercano a los humanos y en este sentido es muy similar al gato siamés, al que se le considera como «el perro entre los gatos».
Su naturaleza curiosa y su deseo de formar parte de todo se aprecia de inmediato. Con sus ojos grandes y almendrados observa el entorno despierto y curioso, como si constantemente estuviera buscando nuevas aventuras y la atención de sus humanos. Esto último lo recibe no solo por su atractiva apariencia. Los amantes de los gatos se derriten al ver su cuerpo musculoso, delgado y elegante, sus grandes y expresivos ojos y su pelaje corto, sedoso y brillante. La relación entre la altura y el peso es saludable y las piernas, el cuerpo y la cabeza también están proporcionadas.
El tonkinés es un gato mediano que pesa entre tres y cinco kilos y las gatas suelen ser más ligeras. Las patas son de tamaño mediano y delgadas, dándole un aspecto activo y deportista. Las extremidades traseras son un poco más largas que las delanteras. El pelo es corto y sedoso y está pegado al cuerpo. El color base del pelaje es natural, azul, chocolate y lilac, pero el estándar también permite el rojo, el crema, el tabby y el tortie. Estos se asignan a tres tipos de color:
Al igual que sus antepasados, el gato tonkinés donde más a gusto se encuentra es en compañía. Le encanta interactuar con sus semejantes, pero también disfruta estando con sus humanos. Estos gatos sociables y cercanos a las personas adoran los mimos y los juegos con su familia. Su comportamiento recuerda a veces, al igual que el gato siamés, al de un perro, que quiere gustarle a su persona de referencia y le sigue a donde quiera que vaya. Incluso es posible enseñarles pequeños trucos. Lo principal es que estén incluidos en todo y reciban suficiente cariño.
El gato tonkinés necesita que le dediquen tiempo y atención
Por lo tanto, los sociables tonkineses se sienten a gusto con personas que tienen tiempo para ellos y saben cómo mantenerlos ocupados física y mentalmente. Dado que les gusta ser el centro de atención, no son gatos que se puedan tener así sin más ni dejarlos todo el día solos en casa. No obstante, pueden adaptarse bien a sus humanos y a su rutina y no se agobian con la ajetreada vida familiar. En lugar de huir de los niños que juegan de forma ruidosa, como lo harían muchos otros gatos, el tonkinés prefiere participar. Con su naturaleza amable, cariñosa y juguetona son ideales para familias con niños, siempre y cuando todos los miembros de la casa puedan darle suficiente atención y hacer que el minino sienta que pertenece.
El origen del gato tonkinés es similar al del burmés, pues ambas razas descienden de la gata Wong Mau. El médico americano Joseph C. Thompson se encontró a esta gata de pelaje extraño (un marrón cálido que se oscurecía en los points en las orejas, la máscara, la cola y las patas) en Rangoon (Burma, actualmente Myanmar) y se la llevó a su hogar en San Francisco en 1930. Al principio pensó que se trataba de una gata siamesa y la emparejó con un macho de esta raza. El resultado de este cruce fue inesperado, pues no todas las crías eran siamesas, sino una mezcla de gatitos que se parecían a los burmeses, siameses y tonkineses actuales.
Resulta que Wong Mau no era una gata siamesa, sino más bien una representante de una raza especial de gatos de templos. En Estados Unidos se comenzaron a criar de forma enfocada con sus descendientes, que hoy representan al burmés. Los gatos tonkineses se dejaron un poco de lado. En Canadá, en cambio, comenzaron a ganar interés. Así, los criadores canadienses fueron los primeros que criaron el tipo tonkinés, denominado también siamés dorado, de forma enfocada. En 1965, la raza fue reconocida por la asociación de cría canadiense. En Estados Unidos y en Europa aún no ha sido reconocida como raza independiente por todas las asociaciones de gatos. Aunque federaciones como la World Cat Federation (WCF) y la International Cat Association (TICA) la reconocen como una raza independiente, la FIFé (Fédération Internationale Féline) aún no.
La cría de tonkineses no es fácil, porque al aparear dos tonkineses siempre hay gatos de tipo siamés y birmano en las camadas. Esto no sucede al cruzar un burmés con un siamés: aquí el resultado es siempre crías tonkinesas. Sin embargo, el cruce con burmeses y siameses requiere un conocimiento preciso del linaje y debe hacerse con mucho cuidado. Además, solo se permite en la primera generación. A partir de la segunda generación, los criadores solo pueden criar con los tonkineses.
Si no vives en Canadá es probable que para adquirir un tonkinés tengas que recorrer largas distancias, pues el número de criadores en Europa es muy reducido. Aléjate de las ofertas dudosas por internet que ofrecen gatitos a precio de ganga. Estos suelen ser de criadores poco responsables que cruzan gatos sin tener conocimientos ni realizar los controles de salud necesarios. El resultado suele ser animales enfermos o débiles que tienen poco en común con un verdadero tonkinés, que es robusto, saludable y social.
Por lo tanto, para estar seguro, debes ponerte en contacto con un criador tonkinés serio que tenga varios años de experiencia en la cría de la raza. Los criadores serios se preocupan por que los gatitos tengan un buen comienzo en la vida, puedan vivir durante las primeras semanas con su madre y hermanos y la familia del criador y reciban una socialización adecuada. Las crías no se entregan antes de la semana 10-12 de vida. Además, ya han sido desparasitadas varias veces y han recibido las vacunas necesarias. Asimismo, los gatos procedentes de una cría seria tienen pedigrí y la certificación veterinaria de tener una salud en perfecto estado.
Si no quieres esperar tanto tiempo por una cría de tonkinés de un criador, como alternativa puedes visitar la protectora de animales de tu localidad. Allí hay muchos gatos a la espera de una segunda oportunidad. Con un poco de suerte, incluso habrá un gato tonkinés.
Los tonkineses son gatos muy robustos a los que no se les conoce enfermedades típicas de la raza. La esperanza de vida de 15-18 años es bastante alta. Claro que la responsabilidad para una vida felina sana no termina con el criador. La salud del minino está en manos de su cuidador. Los controles de rutina en el veterinario, así como el cuidado del pelaje y la inspección de los oídos y los dientes forman parte de los cuidados obligatorios y aseguran que una inflamación u otra enfermedad pueda detectarse a tiempo y, por lo tanto, curarse mejor. Pero no te preocupes: el pelo corto de los tonkineses es muy fácil de cuidar. Péinalo varias veces a la semana con un cepillo suave o frótalo con un paño húmedo, así conservarás el hermoso brillo para toda su vida felina.
La alimentación tiene una influencia decisiva en la condición física, la salud y la longevidad. Lo más probable es que ya seas consciente de esto. No obstante, la incertidumbre es grande, porque ¿qué alimento de los numerosos proveedores es el adecuado para mi gato? ¿debería darle pienso o comida húmeda? ¿Y qué es esto del barfing?
Antes que nada: no te dejes influenciar por supuestos expertos en alimentación felina y otros cuidadores de gatos. La decisión sobre qué comida es la más adecuada para tu minino depende de ti y de tu compañero felino. Al fin y al cabo, cada gato, al igual que su humano, es único y tiene diferentes necesidades y posibilidades. Un gato con acceso al exterior es muy activo, el otro duerme mucho, uno tiene una enfermedad crónica, el otro tiende al sobrepeso, uno es joven, el otro mayor… esta lista podría continuar sin fin. Y lo mismo sucede con los cuidadores: unos tienen mucho tiempo para preparar comida casera y fresca, otros prefieren comprar el alimento prefabricado por Internet, unos tienen más dinero, otros menos.
La necesidad nutricional es individual
En general, la mejor comida para tu minino no tiene por qué ser la más cara. El hecho de que satisfaga las necesidades de tu bigotudo es mucho más importante que el precio, la marca o la forma (es decir, pienso, comida húmeda o comida cruda). Por lo tanto, antes de decidirte por un alimento debes preguntarte qué es lo que necesita tu gato tonkinés. ¿Es muy activo y sale mucho? Entonces es probable que precise de un alimento más energético que el que requieren otros gatos que están todo el tiempo en casa. ¿Aún está desarrollándose o ya es mayor? En estos casos la necesidad nutricional también es diferente.
Para una determinación exacta pueden ser muy útiles las tablas nutricionales. También es aconsejable una consulta detallada con el criador o con un veterinario de confianza para tener una visión general de las necesidades nutricionales individuales de tu minino.
Esto parece más complicado de lo que es. Afortunadamente, en la actualidad hay numerosos proveedores que fabrican comida para gatos de buena calidad para determinadas edades, razas o intolerancias (por ejemplo, sin cereal o libre de alérgenos) con la cual puedes alimentar a tu tonkinés de forma fácil y a la vez saludable. Como guía para una mezcla de alimentos equilibrada, el contenido de carne para un gato adulto y sano debe ser de alrededor del 60-70 %. La proporción de frutas y verduras, que administran las vitaminas, fibras y carbohidratos necesarios además de las proteínas animales, debe ser del 20-30 %. Por otra parte, los cereales en forma de trigo, avena, centeno, cebada, maíz o mijo casi nunca son necesarios para los gatos, ya que los carbohidratos que contienen les resultan difíciles de digerir y de utilizar.
Lo que está claro es que el tonkinés, con su coloración única y sus grandes y expresivos ojos, es muy atractivo y llama la atención de muchos amantes de los gatos. Sus muchas características positivas, su naturaleza sociable y orientada a la gente, su confianza en sí mismos y su adaptabilidad también los hacen interesantes para los futuros dueños de gatos. Sin embargo, antes de empezar a buscar un criador, deberías asegurarte de que puedas dedicarle el tiempo necesario para tener a tu gato de una manera apropiada para su especie.
Los tonkineses no son animales domésticos que se entretienen solos. Les gusta recibir la atención de sus humanos y solo son felices cuando pueden estar en medio de lo que sucede. Les gusta recibir cariño, ya sea en forma de juegos o mimos. Al mismo tiempo valoran poder salir. Por lo tanto, una vida en el campo, donde pueda salir a dar paseos y no haya peligrosas autopistas cerca es adecuada para este gato de raza.
Las personas que quieren tener un tonkinés pero viven en la ciudad pueden tenerlo como un gato de interior, No obstante, deben asegurarse de que haga suficiente ejercicio y tenga mucha variedad. Debe tener a su disposición juguetes para gatos, un rascador para trepar y arañar y, en el mejor de los casos, otro gato como compañero de juego. En general, debes asegurarte de que tu tonkinés no pase mucho tiempo solo. Esta raza es muy sociable y se siente a gusto en compañía de otros mininos y de personas cariñosas.
Si vives en una zona tranquila, tienes varias horas al día para dedicarle a tu animal doméstico y estás abierto a la idea de tener otro gato, entonces el tonkinés es un compañero perfecto para ti. Con su carismática forma de ser seguro que traerá mucha alegría a tu día a día.
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