Gato siamés
Los ojos azules y el destacado dibujo del pelaje hacen que el gato siamés sea inconfundible. Descubre todo lo que hay que saber de este elegante gato y si realmente es tan parlanchín como dicen.
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El gato kohona es un gato sin pelo muy poco común. Los animales de esta raza no tienen ni un solo pelo, ni siquiera bigotes. Como estas vibrisas son un órgano sensorial importante para los mininos, la cría del gato kohona debe considerarse como tortura.
El gato kohona es un gato sin pelo, como el gato esfinge y el levkoy ucraniano. Sin embargo, mientras que las otras razas peladas suelen tener una pelusilla, el kohona está completamente desnudo. De hecho, no tiene folículos pilosos y, por lo tanto, tampoco bigotes. La piel del gato kohona es entre rosada y fucsia, y tiene arrugas. Según la criadora Michelle Berge, el tacto de esta piel arrugada es «como el de una vela caliente».
Aunque parezca huesudo debido a la usencia de pelo, este gato tiene una constitución muy musculosa. Es una raza mediana que pesa entre tres y cuatro kilos. Tiene la cabeza cuneiforme y la cola delgada acabada en punta. También son típicas del gato kohona las grandes orejas de tipo murciélago y los ojos almendrados.
La raza kohona no está reconocida todavía como independiente por ninguna de las asociaciones felinas internacionales. Por eso, no existe ningún estándar de cría unificado. Por lo tanto, este gato puede tener cualquier color de ojos, como azul, verde o cobre.
El aspecto del gato kohona es provocador. A veces lo insultan como el gato más feo del mundo y lo comparan con criaturas fantásticas, como E. T. Sin embargo, hay muchos fans de las razas sin pelo y a algunos también les encanta el gato kohona.
Los animalistas critican la cría específica de los gatos sin pelo, como el kohona. En particular, la ausencia de vibrisas, que son los pelos sensoriales, constituye un enorme problema. Y es que los pelos de la cara ayudan a los mininos a orientarse. En la oscuridad, concretamente, las vibrisas desempeñan un papel importante al palpar la presa y comunicarse con otros gatos.
Como al gato kohona le falta este órgano sensorial tan importante, la raza debe considerarse como tortura. Por este motivo, la cría de razas totalmente sin pelo está prohibida en algunos países, como Alemania. Según la Ley de protección de los animales de este país, no deben criarse gatos con características dolorosas o perjudiciales para la salud. Este es el caso de los gatos sin vibrisas, como el kohona.
Puede que su aspecto insólito y casi extraterrestre cause rechazo a algunos. Sin embargo, su carácter cariñoso te derrite el corazón. El gato kohona es apegado y juguetón, y entabla un vínculo estrecho con su familia humana. Además, es muy inteligente. Con un poco de paciencia, se le pueden enseñar trucos, como dar la patita y ponerse de pie.
En general, el carácter del gato kohona recuerda a otro gato sin pelo: el esfinge. Sin embargo, el kohona es algo más tranquilo y menos temperamental que su pariente. Como el gato kohona aún no está establecido como raza independiente, solo tenemos datos muy vagos sobre sus rasgos típicos.
En la tenencia de gatos sin pelo, como el kohona, hay que tener en cuenta algunas cosas. Como no tienen pelaje, es mejor no dejarlos salir al exterior. Como gatos de exterior, estarían demasiado expuestos al calor y al frío.
Incluso dentro de casa debes procurar que el kohona nunca tenga demasiado frío o calor. Tampoco debe estar expuesto a las corrientes de aire. Si quieres dejarlo salir al jardín o al balcón con red, deberás proteger su delicada piel con una crema solar inodora y resistente al agua.
Aunque a los gatos sin pelo no hay que cepillarlos, sus cuidados son realmente exigentes. A diferencia de otros gatos, al kohona hay que bañarlo periódicamente. Como no tiene pestañas, deberás limpiarle los ojos cuidadosa y minuciosamente. También necesita ayuda para la limpieza de las orejas, que tiene muy separadas.
Se dice en muchos sitios que los gatos sin pelo son aptos para alérgicos. En realidad, esto no es del todo cierto. De hecho, el alérgeno que provoca los estornudos y los ojos llorosos no está en el pelo, sino en la saliva del gato. Es verdad que el gato kohona no puede distribuirse la saliva por el pelaje como otros gatos. Esto puede hacer que los síntomas sean más leves en algunos alérgicos o que no les gotee la nariz ni les cueste respirar. Sin embargo, esto no está cien por cien garantizado.
Los gatos sin pelo tienen una demanda energética más alta que los gatos con pelo. Como no tienen el pelaje aislante, su organismo debe emplear más energía para mantener la temperatura corporal. En gatos sanos, esta se encuentra entre 38 y 39 grados. En los gatos sin pelo, la temperatura corporal normal puede subir hasta 42 grados. La energía que necesitan para ello la extraen de la comida.
Por eso, deben comer más que otras razas de tamaño y peso similares. Además, el gato kohona debe recibir una comida húmeda o un pienso de buena calidad, como cualquier gato.
Dado que el gato kohona apenas se cría, no se sabe nada de enfermedades típicas de la raza. Sin embargo, al ser el patrimonio genético tan reducido, la cría consanguínea puede suponer un problema para la raza.
Los gatos cuyos padres se parecen demasiado genéticamente pueden nacer con varias enfermedades o discapacidades. Por ejemplo, dos características típicas de la endogamia en gatos son el enanismo o la hidrocefalia.
Además, la ausencia de pelo del kohona le da muchos problemas. Por un lado, coge frío rápidamente y, por otro lado, se quema con el sol enseguida. Asimismo, por no tener vibrisas, tiene problemas para comunicarse con otros gatos.
En efecto, las vibrisas son un medio de comunicación importante y desempeñan un papel crucial en la gesticulación. Por ejemplo, los bigotes caídos indican reserva, mientras que, cuando están orientados hacia delante, señalizan alerta.
El gato kohona es una raza extremadamente rara y no suele poder conseguirse en nuestro país. Apenas se cría fuera de EE. UU., especialmente por la problemática de la cría inhumana de la que hablábamos. La información de que disponemos de 2007 habla de solo dieciocho ejemplares de la raza en todo el mundo. No se sabe cuántos existen en la actualidad.
Si sueñas con tener un gato sin pelo, es mejor que elijas el esfinge, cuya cría es mucho más fructífera. Sin embargo, debes saber que este gato también sufre problemas de salud por la ausencia de pelo.
Si amas a los animales, debes preguntarte seriamente si realmente tiene que ser un gato sin pelo. Si, aun así, te has enamorado de los gatos sin pelo, deberías intentar adoptar uno en una protectora de animales. De este modo, no fomentarás el negocio de la cría inhumana.
Se cree que el gato kohona proviene de Hawái. Por eso, también se lo conoce como hawaiian hairless. Otro nombre de la raza es rubber cat, ya que la piel desnuda y arrugada tiene un tacto parecido a la goma.
La primera vez que apareció un gato sin pelo en Hawái fue en 2002. Sin embargo, no se trataba de una cría sistemática, sino de un capricho de la naturaleza. Todos los demás gatos kohona provienen de esta madre gata hawaiana.
Por consiguiente, el gato kohona surgió independientemente de su congénere sin pelo, el esfinge. Este último es oriundo de Canadá. Además, existe una diferencia importante entre las dos razas: mientras que el esfinge presenta una pelusa suave, el gato kohona está completamente desnudo. No tiene ninguna vibrisa en la zona del morro y los ojos, lo que convierte su cría raza en tortura. Por eso, es desaconsejable comprar y tener un gato kohona.
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