Gato siamés
Los ojos azules y el destacado dibujo del pelaje hacen que el gato siamés sea inconfundible. Descubre todo lo que hay que saber de este elegante gato y si realmente es tan parlanchín como dicen.
© davide bonaldo / stock.adobe.com
¿Te gusta Garfield? En ese caso, el gato exótico es el gato perfecto para ti. Después de todo, el perezoso pero adorable gato de la televisión, con sus patas cortas y fornidas y su cabezón con nariz chata, está inspirado en el exotic shorthair.
En EE. UU. llaman jocosamente al gato exótico, que nace de aparear al gato persa con el british o el american shorthair, the lazy man’s Persian, o sea, el gato persa para vagos. Y es que el gato exótico tiene todas las características positivas del persa. No obstante, gracias a su pelo corto, es más fácil de cuidar que su pariente melenudo.
Aparte del pelo, no hay grandes diferencias entre él y el persa. Por eso, en algunas asociaciones de gatos, el exotic shorthair se vende como persa. Hasta el día de hoy, comparten el mismo estándar. La Federación Felina Internacional (FiFe) reconoció al gato exótico como variante de pelo corto del persa en 1983.
Los científicos sospechan que los antepasados de los gatos persas vivían ya en la Antigüedad. Es indiscutible que los persas son una de las razas de gatos más antiguas que hay. Sin embargo, según estudios genéticos recientes, lo que no está del todo claro es si procedían de la región persa Jorasán, de donde se supone que el explorador italiano Pietro della Valle los habría traído a Europa.
Aunque también el francés Nicolas-Claude Fabri de Peiresc habría traído los primeros gatos de pelo largo a su patria desde Asia Menor a mediados del siglo XVII, no se ha podido demostrar si estos gatos, que enseguida se denominaron persas, eran en realidad los antepasados de la raza que conocemos hoy en día. Un estudio de 2014 de la Universidad de Misuri (EE. UU.) afirmó que la raza persa actual es más bien una cría casual de ejemplares del gato doméstico ruso.
Los elegantes gatos de pelo largo alcanzaron la fama mundial en 1871, cuando la reina francesa Victoria adquirió dos ejemplares azules en una exposición en Londres. Los británicos también practicaron la cría de gatos persas durante mucho tiempo. En cambio, la variante de pelo corto del persa surgió en EE. UU. en la década de 1950. Los criadores del american shorthair cruzaron al popular —aunque difícil de cuidar— persa con sus gatos de pelo corto para conseguir un gato persa con un pelo corto que fuera más fácil de acicalar. El experimento fue un éxito: consiguieron descendientes del persa y el shorthair igual de sociables y cariñosos que los persas de pelo largo, pero con pelaje corto. Muchos criadores de persas también empezaron a criar el gato exótico de pelo corto, haciendo que el exotic shorthair se extendiera. En 1967 lo reconocieron como raza independiente en EE. UU.
Hoy en día existen gatos exóticos de todos los famosos colores del persa. Además de los más comunes —blanco, negro, azul, rojo, crema, chocolate y lila—, también los hay de color chinchilla, colourpoint y atigrados, rayados y moteados con patrón tabby. Bajo su espeso pelo presentan un subpelo grueso que hace sobresalir al pelo superior y les concede un aspecto de peluche.
Sobre todo, el gato exótico sugiere, al igual que el personaje de cómic Garfield, una verdadera impresión de bonachón. Este gato mediano o grande es realmente robusto y tiene unas piernas cortas y gruesas que acaban en patas grandes y redondas, las cuales completan el look de peluche perfecto. Los gatos exóticos macho pueden llegar a pesar nueve kilos, mientras que las hembras pesan entre cuatro y siete. Junto con su cuerpo fornido, esta raza tiene la típica cabeza grande y fuerte del persa con un stop considerable. El cráneo redondo y macizo, la cara plana y la nariz corta y ancha le confieren un aspecto inconfundible.
Por desgracia, las crías excesivas del pasado daban como resultado narices demasiado chatas que impedían la respiración y provocaban inflamaciones y dolores en la zona de los ojos, la nariz y la faringe. Si compras un gato exótico, es imperativo que acudas a un criador serio y responsable cuya prioridad sea la salud de la raza, su carácter cordial y un aspecto natural.
El exotic shorthair no necesita una nariz muy chata para ser inconfundible, de eso ya se encarga su carácter único. Tiene una personalidad orgullosa muy suya que, a pesar de su independencia, lo hace extraordinariamente cercano a las personas. Le encanta la vida tranquila con sus humanos y nunca parece tener inconveniente con hacer una plácida siestecita en el sofá (otra cosa que tiene en común con el vago y adorable Garfield). Su naturaleza relajada y serena tiene un efecto calmante en las personas, a las que sabe engatusar con mucho encanto. Aunque hace menos travesuras que Garfield, hace sonreír a los humanos e imponerles su voluntad de manera cariñosa.
Gracias al carácter tranquilo, puede vivir perfectamente en un piso, aunque también le encanta la naturaleza, como a cualquier gato. Sin embargo, sus paseos nunca se alejan mucho de su hogar; después de todo, le espera un comedero lleno y su comodísima mantita. Siempre busca estar cerca de sus humanos. Es un gato muy sociable y fácil, al que ni siquiera los niños ruidosos sacan de su oasis de paz. A diferencia de otras muchas razas de gatos, se siente igual de bien en un día a día familiar turbulento que en un hogar tranquilo de una sola persona.
Al gato exótico no le gusta nada la soledad ni el aburrimiento. Además, está abierto a tener un compañero de juegos en forma de un segundo gato. Después del tiempo de adaptación habitual, este gato tan social y seguro de sí mismo se lleva bien incluso con los perros.
Para no desentonar con su carácter poco exigente, el exotic shorthair presenta escasos requisitos de cuidado. Incluso su corto pelo es muy fácil de cuidar. Aparte de la época de muda, solo hay que cepillarle el pelo una o dos veces a la semana.
Tampoco es muy exigente en lo que a alimentación se refiere. Sin embargo, para prevenir el sobrepeso u otros problemas de salud, siempre debes procurar darle una alimentación acorde a la especie, compuesta por pienso de buena calidad.
Descubre nuestra selección de pienso para gatos.
Uno de los problemas de la raza exotic shorthair es, como pasa con las razas persas, la nariz extremadamente chata que se le ha concedido y que puede provocarle una serie de problemas de salud graves. Los trastornos respiratorios, los problemas en la ingesta de alimentos y otras dolencias son bastante comunes. Otro problema es la procreación consanguínea en la cría del gato exótico, muy extendida, que puede provocar otras enfermedades típicas de la raza y una esperanza de vida más corta.
Si quieres comprar un exotic shorthair, es muy importante que vayas a un criador serio y compres un gatito con un pedigrí sano. Asegúrate de que ningún antepasado figure dos veces en el pedigrí, para descartar la procreación consanguínea. Además, es conveniente que el criador haga exámenes a sus animales para detectar enfermedades hereditarias y que tenga a los gatitos vacunados, desparasitados y con chip. Un gato exótico sin exageraciones en la cría tiene una esperanza de vida larga, de 15 años o más. Si bien es cierto que un exotic shorthair puro y procedente de una cría responsable puede costar unos 1000 euros, te ahorrarás un montón de dinero en gastos veterinarios.
Naturalmente, también puedes ir a una protectora de animales de tu zona, en la que encontrarás muchos gatos adultos. Seguro que entre ellos habrá persas, gatos exóticos o mezclas, que están esperando un nuevo hogar y una segunda oportunidad. Pregunta de dónde viene el gato y si se puede descartar la procreación consanguínea o enfermedades hereditarias graves. En general, los cuidadores de la protectora te tratarán bien y responderán a todas tus preguntas con sinceridad.
Antes de acudir a la protectora o criador más cercanos, debes estar convencido de que el exotic shorthair encaja contigo. No le haces al gato ningún favor si, después de unos meses, te das cuenta de que la convivencia no es como creías y tienes que desprenderte de tu nuevo amigo. La adquisición de un animal se tiene que meditar bien. Estas preguntas te ayudarán a decidirte:
¿Has podido aclarar todas estas cuestiones y todos los miembros de la familia están de acuerdo? ¿No tienes «miedo» de los gatos grandes, disfrutas de la convivencia y anhelas tranquilidad en tu día a día? En ese caso, el gato exótico, con su placidez y serenidad contagiosas, será un enriquecimiento para ti y tu familia. Y, por si aún no tienes nombre para tu nuevo compañero de piso, ¿qué te parece Garfield?
Los ojos azules y el destacado dibujo del pelaje hacen que el gato siamés sea inconfundible. Descubre todo lo que hay que saber de este elegante gato y si realmente es tan parlanchín como dicen.
El maine coon se ha convertido en una de las razas de gatos favoritas del mundo. Esto no es de extrañar, ya que estos felinos destacan por su naturalidad, robustez y su fantástico carácter.
A primera vista, el gato azul ruso de color gris azulado se parece al cartujo o al british shorthair. Observándolos más atentamente, sin embargo, uno/a se da cuenta de que son muy diferentes.