Gato siamés
Los ojos azules y el destacado dibujo del pelaje hacen que el gato siamés sea inconfundible. Descubre todo lo que hay que saber de este elegante gato y si realmente es tan parlanchín como dicen.
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El gato chantilly-tiffany, también llamado chantilly o tiffany, se considera el supermodelo de los gatos, a pesar de que todo felino es bonito, de una manera indescriptible. A veces, a este minino se le llama erróneamente gato tiffanie, lo que puede llevar a confusión, pues no es para nada idéntico al gato tiffanie que se cría en Gran Bretaña. Debido al color de su pelaje, se dice que es el gato ideal para los amantes del chocolate. En los círculos de especialistas de gatos se suele comparar el color del manto de este minino con el de una conocida chocolatina de fabricante americano.
El origen de la raza chantilly-tiffany es un pequeño misterio, tal como el propio gato en sí. Se puede especular todo lo que se quiera sobre cómo se originó: algunas fuentes dicen que el gato chantilly proviene del burmés o del persa, otros se aventuran a decir que es una mezcla entre el gato abisinio, de pelo largo, y el habana brown, de pelo corto. Luego están los que hablan de un cruce entre un gato angora, un somalí y un habana brown. Lo más probable es que se trate de cuatro partes iguales de habana brown, nebelung, abisinio y somalí. Lo único que sí está claro es que no se trata de un gato burmés de pelo largo, como se ha llegado a decir. Este rumor se debe a que un criador de chantilly-tiffany también criaba burmeses. Sin embargo, ninguno de estos gatitos mostraban signos de crías de burmeses, por lo que es asombroso que esta creencia errónea se expandiera.
La cría de gatos chantilly comenzó en 1969, o al menos fue entonces cuando se dieron los primeros éxitos de reproducción. No obstante, el chantilly-tiffany ya existía con anterioridad, aunque se creía extinto hasta el año 1967. Se consideraba un minino para los nobles. El hecho de que en sus comienzos se movía en ambientes exclusivos se refleja aún hoy en su naturaleza. Y es que, los gatos de esta raza son orgullosos, exigentes y, a veces, tienen una apariencia majestuosa y tan aristocrática como los aristogatos de Disney.
La historia del chantilly-tiffany comenzó con una pareja de gatos de origen desconocido, que destacaba por tener los ojos de color dorado y el pelaje largo y de color chocolate. Una criadora neoyorquina llamada Jennie Robinson adquirió a esta pareja en el año 1967 junto con la compra de un terreno. En ese entonces, el gato Thomas tenía poco más de un año y la gata Shirley como mínimo unos seis meses menos. Se sospecha que ambos proceden de los mismos progenitores, pero de diferentes camadas. En mayo de 1969 fue la primera vez que Shirley tuvo crías del macho Thomas. Dado que todos los gatitos tenían el mismo pelaje color chocolate se decidió seguir criando a estos mininos. A comienzos de los 70, fueron registrados como Foreign longhair por la asociación americana ACA (American Cat Association). Más adelante, esta denominación se retiró, pues los criadores no la consideraban conveniente.
Una criadora llamada Tracy Oraas siguió criando a los gatos chantilly hasta comienzos del siglo XXI, pero desapareció de repente del mundillo de la cría por motivos desconocidos. En 2001 solo quedaba un número muy reducido de criadores. Uno se hallaba en Alemania, uno en Canadá y unos pocos más en Estados Unidos.
En 2003 solo quedaba un criadero chantilly-tiffany en Estados Unidos. Pertenecía a una criadora comprometida llamada Anne Davenport-Parini y se denominaba Amorino Cattery. La señora Davenport-Parini fue la última criadora de tiffany conocida en Estados Unidos. Su gato llamado Nugget, al que también se le conocía por Little Tabby Dude o LTD, tuvo muchas crías adorables de chantilly-tiffany antes de jubilarse.
El chantilly-tiffany pertenece a los gatos de pelaje semilargo. Su manto es suave y a la vez un poco frondoso y denso. El estado de su cabello es lo que le aporta gran parte de su autenticidad. El subpelo de esta raza es medianamente pronunciado. El color más común es el chocolate. Incluso el pelo de los primeros felinos de esta raza tenían este color. Más adelante se dieron otras tonalidades como el lila o lavanda, el azul, el rojo, el beige y la canela. Todas estas tonalidades se dan en variedades monocromáticas y también en una versión especial de tabby, que no es el conocido tabby clásico. Debido al gen Rufus, el pelaje marrón chocolate es ligeramente rojizo.
El tamaño del gato chantilly-tiffany es mediano y tiene una complexión musculosa muy proporcionada. El cuerpo de esta raza mide entre 40 y 50 centímetros y pesa entre 4 y 6 kilos, el peso varía según el sexo del gato. Las orejas tienen las puntas redondeadas, y el pelaje crea mechones en esta zona. Los gatitos nacen ya con el pelaje oscuro. Las almohadillas de las patas son rosa. La cola es larga y tupida. Este gato se parece un poco al gato alemán de pelo largo, al angora alemán o al gato persa antiguo.
Los ojos del gato chantilly son ovalados y verdes. Sin embargo, para seguir el estándar de la raza, el objetivo es lograr un tono dorado o amarillo o ámbar con un efecto de halo verde. Con la madurez se intensifica el color de los ojos y se demuestra que la edad viene acompañada de más belleza. De hecho, esto no solo es por los ojos del chantilly-tiffany, sino en relación con su aspecto en general.
Primero hay que aclarar que a los gatos de una raza determinada siempre se les atribuye una serie de características, pero cada felino es un individuo y puede tener cualidades que no tienen otros mininos de la misma raza.
El chantilly-tiffany tiene fama de ser cariñoso y atento, así como confiado, amable, equilibrado, apacible, fiel y curioso. Esto explica por qué son tan populares entre quienes tienen gatos. La mayoría de los bigotudos de esta raza eligen a una o dos personas de la familia con las que crear un vínculo fuerte. Además, se le atribuye una inteligencia muy desarrollada. Esta alta actividad mental hace que sea un minino al que le gusta mucho jugar. Entre otros, le encantan los juegos interactivos con sus cohabitantes humanos.
Su nivel de actividad es moderado, es decir, está equilibrado entre la vivacidad y la necesidad de tranquilidad. Aunque tiende un poco más hacia la actividad. Frente a los desconocidos es más bien reservado. También puede ser un poco celoso cuando teme perder la atención de sus compañeros de casa. Al fin y al cabo, el gato chantilly adora ser el centro de atención. Tanto que se recomienda tener un gato de esta raza solo, para que ningún otro gato le haga competencia, de lo contrario puede tender a los celos.
Si te estás planteando tener un gato de la raza chantilly-tiffany, debes preguntarte si tu estilo de vida es adecuado para las necesidades de este tigre doméstico. Lo importante es que consigas hacer tiempo a diario para jugar con tu minino y mimarlo. El gato chantilly se alegra cuando puede entretenerse con juguetes para gatos como cañas y plumeros. Además, puedes retar su inteligencia con juguetes interactivos. Tu ingenioso minino te lo agradecerá. También se comunica de forma verbal y le gusta que su humano le conteste. Su lenguaje se diferencia del de los otros gatos porque es una especie de suave y melódico gorjeo.
Debido a su largo y tupido pelaje, los cuidados del chantilly-tiffany son un poco más laboriosos, pero no tanto como se puede llegar a pensar. Además, proporcionarle los cuidados del pelaje a un minino son una alegría para el cuidador, pues está haciendo algo bueno por él.
Una regla importante en cuanto al trato de tu minino es que, cuando le estés cuidando el cabello, emanes tranquilidad. Pues tu tranquilidad se la traspasas de inmediato a tu bigotudo, así como la calma de este también se te transmite a ti. Se recomienda peinar a diario al gato chantilly con un cepillo. No solo para fortalecer el vínculo entre humano y felino, sino porque, además, elimina los pelos muertos, que de lo contrario encontrarás esparcidos sobre el sofá o la alfombra. Además, el hermoso pelaje no se enredará ni tendrá nudos y mantendrá su cuidadosa apariencia durante más tiempo. Al fin y al cabo, es en el buen estado del pelaje del chantilly-tiffany, el supermodelo de los gatos, donde reside su reputación.
Advertencia importante para alérgicos: si eres alérgico a los pelos de gato con achaques solo moderados, esta raza puede ser adecuada para ti, pues no pierde mucho pelo.
En cuanto a la higiene dental, se recomienda que le limpies la dentadura a diario para reducir el riesgo a padecer periodontitis. En algunos casos basta con cepillar los dientes una vez a la semana. Lo mejor es hablarlo con el veterinario, pues cada gato es diferente.
Los bonitos ojos del chantilly se deben limpiar con cuidado por los bordes con un suave paño húmedo. Presta atención a usar uno de los lados del paño para un ojo y el otro para el segundo ojo, para que, en caso de haber alguna infección, no se contagie de un ojo al otro.
Las orejas también han de limpiarse con frecuencia. Para ello puedes utilizar también un paño húmedo o una toalla de algodón. En ningún caso debes usar palitos de algodón o similares, pues existe el peligro de que te introduzcas demasiado en el conducto auditivo del minino, y, desde luego, eso no quieres hacerlo. En general, los oídos se limpian con suavidad desde dentro hacia fuera. Está claro que el tejido no debe estar muy mojado, para que no le entre el agua a tu felino. Si vas con cuidado no puede ir mal.
En cuanto a la alimentación debes tener en cuenta que debe ser adecuada para la raza, o, mejor dicho, para las necesidades individuales del gato. Debe corresponderse con la edad y el estado nutricional. Por ejemplo, los gatos con sobrepeso necesitan una comida especial. También los problemas de salud, como la diabetes o los problemas de riñón, influyen en la alimentación de tu gato y debes tenerlos en cuenta a la hora de elegir la comida.
Ya sea pienso o comida húmeda, los gatos deben alimentarse siempre con comida para gatos de buena calidad, para satisfacer las necesidades de vitaminas y minerales esenciales. Solo así pueden mantenerse sanos a largo plazo, siempre y cuando el resto de los aspectos importantes de salud estén cubiertos. Una buena alimentación también influye en el bienestar emocional.
Además, tienes la opción de diferentes tipos de alimentación: preparar la comida tú mismo en casa o la dieta BARF (biológicamente apropiada para gatos) son las más populares. También debes informarte bien de cada uno de los métodos y de las necesidades nutricionales de tu felino para evitar cualquier carencia.
En la actualidad, el gato chantilly-tiffany está en peligro de extinción.
Los pocos criadores de la raza chantilly, de los cuáles unos cuantos muy comprometidos viven en Estados Unidos, luchan con pasión y determinación para la continuidad de la raza. Tienen la esperanza de tener el apoyo de criadores de las razas que dieron lugar al chantilly-tiffany. También tienen la meta de aclarar, si es posible, el misterio del origen exacto de la raza.
Si te has decidido a contribuir a la continuidad de esta raza, el primer paso sería buscar el contacto de criadores en las redes sociales o en revistas específicas sobre gatos (americanas) y ponerte en contacto con ellos. Dado que preservar la raza es su misión de vida, estos criadores se alegran con cualquier tipo de apoyo moral o económico. En general es posible traerte uno de estos gatos de raza a tu casa desde Estados unidos, eso sí, siempre cumpliendo con la normativa.
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