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Los gatos son curiosos a rabiar y quieren explorar el mundo fuera de casa.
¿Tu gato aprieta la nariz contra el cristal de la ventana e intenta salir por la rendija de la puerta? Estos son signos claros de que el mundo más allá de las cuatro paredes ha despertado su interés. Te explicamos los pros y contras de dejar salir al gato y cómo hacerlo de la mejor manera posible.
Los gatos son animales extremadamente curiosos. Por lo tanto, una vida con acceso al exterior se ajusta a su carácter. Les encanta la variedad, los estímulos y los desafíos de caza que les ofrece la naturaleza.
No obstante, pasearse por el campo y las calles entraña ciertos peligros. A fin de cuentas, cada cuidador debe sopesar si quiere dejar salir al gato o no. Examinemos primero las ventajas:
¿Los gatos que pueden salir son más felices?
Cuando un gato tiene acceso al exterior, puede retozar, acechar y cazar a placer. Se afila las uñas en los árboles, trepa por los sitios y pasa mucho tiempo recorriendo y marcando su territorio. Dicho en pocas palabras: un gato de exterior puede ser un gato al cien por cien y desplegar su comportamiento natural salvaje.
Esto tiene muchas ventajas, tanto para el animal como para la persona: el gato está más tranquilo y relajado. Gasta el exceso de energía fuera y no necesita desfogarse en casa. Utiliza menos los muebles como rascadores y los problemas de conducta, como la micción indeseada, desaparecen.
Sin embargo, hay que decir que los gatos de interior también pueden ser felices. Para ello, los cuidadores deben invertir más tiempo en ofrecerles juegos, diversión y emoción.
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Los gatos son depredadores y cazadores, por lo que tienen que moverse y hacer ejercicio para estar sanos.
Si lo único que hace tu gato en casa es estar tumbado en el sofá, deberás proporcionarle estímulos. De lo contrario, podría desarrollar sobrepeso y enfermedades como la diabetes.
Un gato que puede salir al exterior con regularidad ya se mueve lo suficiente. Además, quema muchas más calorías que estando solo en casa y es menos propenso a engordar.
Cuando un gato puede salir al exterior, no sale solo a pasear, sino que despliega su naturaleza y caza. Lo más seguro es que traiga los animales muertos de vuelta a casa para presentártelos. Esta presentación es importante para el gato en muchos sentidos.
Por un lado, quiere que se reconozca su éxito. Por otro lado, ofrecerte la presa es un acto de cariño extremo. Hay expertos que creen que los gatos pretenden alimentar a la pobre persona, que es incapaz de cazar. No obstante, esta opinión está muy debatida.
En cualquier caso, elogia a tu gato y muéstrale tu gratitud, aunque el animal muerto te dé asco.
Dejar salir al gato tiene sus cosas buenas, pero también sus cosas malas. Existen peligros de los que debes ser consciente.
La pregunta más importante es: ¿el entorno en el que vives es apto para dejar salir al gato? Si tu gato deambula por el entorno, cruzará calles, vías y cuerpos de agua. En los ríos y estanques podría ahogarse si lo arrastra la corriente. Además, como todo aquel que conduzca sabe, los gatos son víctimas del tráfico diario continuamente.
En zonas rurales no suele haber problema para dejar salir al gato. En cambio, si vives en una calle muy transitada o en el centro, el gato estará más seguro en casa.
En la naturaleza hay varias enfermedades que un gato podría contraer. El abanico es amplio, desde la desagradable mosca del corzo hasta heridas e infestaciones de huevos de mosca.
Estos problemas parasitarios o heridas infectadas son una grave amenaza para los gatos de exterior. Por eso, estos acaban más frecuentemente en el veterinario que los de interior.
Los gatos son criaturas imprevisibles y muy testarudas, cualidades por las que los queremos tanto.
Sin embargo, esta obstinación a veces puede adoptar excesos inesperados, por ejemplo, si el gato encuentra otra familia a la que prefiere durante sus excursiones. No es raro que se instale allí sin vacilar.
Pero un nuevo hogar no es el único motivo por el que los gatos de exterior desaparecen sin dejar rastro. También pueden caer en manos de gente sospechosa, perderse o quedarse encerrados. La calle es un lugar peligroso.
¿Quieres dejar salir al gato? En ese caso, te recomendamos que incluyas lo siguiente en tu lista de quehaceres antes de permitírselo:
El gato tiene que estar vacunado antes de poder salir por la puerta. Hay enfermedades peligrosas, como la rabia, la panleucopenia felina y la gripe felina, que siguen siendo difíciles de tratar.
Las vacunas protegen a tu gato eficazmente contra contagios de otros gatos de exterior.
Consejo: infórmate siempre sobre las normas de tu zona en materia de obligatoriedad de las vacunas.
Los gatos que salen regularmente al exterior también deben someterse a una desparasitación periódica. Habla del tema con el veterinario para averiguar qué intervalos considera apropiados.
Otra opción es que lleves muestras de heces de tu gato periódicamente para que las analicen.
La castración también es un requisito obligatorio para los gatos de exterior. Al fin y al cabo, no te interesa que tu gato se reproduzca sin control. En cada camada nacen varios gatitos, de los que tú serías responsable en caso de duda.
La gente que quiere dejar salir al gato debe pensar en marcarlo con algún método que lo identifique. Los chips y tatuajes ayudan a identificar al gato claramente si se pierde.
Los gatos de raza pueden costar entre cientos y dos mil euros, por lo que son seres valiosos. Es más raro que un ladrón robe un gato marcado y, si el gato se pierde, es más fácil que te lo devuelvan.
¿Tienes un gato nuevo u os habéis mudado? Tómatelo con calma. Lo mejor es que el gato permanezca en el domicilio como mínimo las primeras cuatro semanas, o más, hasta que esté aclimatado y se sienta como en casa.
En general, los gatos necesitan un tiempo de adaptación cuando hay cambios. Observa atentamente si el comportamiento del gato cambia y si muestra un interés claro y apremiante por salir.
¿Dejar salir a un gatito? ¡Mejor no! Los gatos jóvenes no deben tener acceso al exterior hasta los seis meses como mínimo. Hay expertos que hablan incluso de un año, que es cuando tienen el sentido de la orientación completamente desarrollado.
¿Quieres que tu gato respire aire fresco, pero no que pueda vagar libremente fuera de casa? En ese caso, puedes ofrecerle salidas limitadas al jardín, a la terraza o al balcón. Para ello, la superficie abierta debe estar bien protegida.
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¿Todo listo? ¿El gato tiene el chip y las vacunas? En ese caso, ha llegado el momento de dejarlo salir. Acostúmbralo paso a paso:
Si se deja, ponle al gato un arnés y da los primeros pasos por el jardín con él. Para ello, el gato debe estar ya acostumbrado a la correa.
De este modo, puedes ir ampliando el radio día a día y acompañarlo en sus paseos. Esto le dará seguridad.
Si quieres dejar salir al gato, es mejor que al principio lo acompañes para que se acostumbre. Esto es así, en particular, si se trata de un gatito que ve el mundo exterior por primera vez.
Elige un fin de semana o tómate un día libre para hacerlo. Así, podrás acompañarlo con total relax en su gran aventura y, si pasa algo impredecible, actuar.
Mantente en segundo plano y observa cómo se comporta tu minino.
Tómate tu tiempo para acostumbrar al gato a salir al exterior y no le quites el ojo de encima. Las primeras excursiones serán un emocionante territorio desconocido para él. Al principio, déjalo fuera solo una hora para no abrumarlo.
Es normal que parezca vacilante y no se aleje mucho las primeras veces. Los gatos quieren explorarlo todo primero, percibir los olores y conocer su territorio.
Sería ideal tener instalada una gatera, que le puedes enseñar, o dejar la puerta entreabierta. Así, el gato podrá decidir cuándo volver.
Para las primeras salidas sin acompañante, las condiciones marco deben ser las correctas. Así, es más posible que el gato vuelva a casa.
Rastreadores para mayor seguridad Actualmente existen rastreadores de gatos con GPS. Con estos aparatos, puedes localizar la ubicación de tu gato por GPS. Esta es una inversión que puede valer la pena en gatos que se alejan mucho.
Lo ideal sería enseñarle al gato a volver a casa cuando lo llames. Esto puedes practicarlo desde el principio. Cuando se haya alejado un poco del terreno, llámalo y atráelo con chucherías.
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