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A los gatos les encanta comer hierba para favorecer la digestión.
La hierba para gatos no es ningún tipo de hierba especial, sino una mezcolanza de plantas similares a la hierba. En este artículo te explicamos cuáles son y por qué son aptas como complemento alimentario para tu gato.
Los gatos de interior pasan gran parte del día acicalándose. Así pues, no es de extrañar que llegue algún que otro pelo indigesto a su aparato digestivo. Las bolas de pelo (también llamadas tricobezoares) son un engorro y, a partir de cierto tamaño, pueden obstruir el intestino. En el peor de los casos, el gato podría sufrir una obstrucción intestinal mortal (íleo).
Los gatos de exterior estimulan la digestión comiendo briznas de hierba del jardín. En cambio, esto es difícil para los gatos de interior. Por eso, algunos recurren a plantas de interior tóxicas.
Por estos motivos, es importante que tu gato doméstico tenga siempre una maceta de hierba para gatos a su disposición.
Hay distintas variedades de hierba para gatos. La mayoría pertenecen a las gramíneas, como el trigo o la avena, pero también hay ciperáceas populares, como la juncia.
Cinta (Chlorophytum comosum)
Las cintas provocan arcadas a los gatos que les permiten expulsar del estómago los pelos tragados.
El inconveniente es que la planta almacena toxinas del aire y se las transfiere al gato. Si vives en un hogar de fumadores, es mejor que no la uses.
Cereales
Puedes cultivar hierba para gatos a partir de granos de cereales (p. ej., cebada, avena, centeno o trigo) de forma rápida y barata. La comida para canarios y periquitos también es apta como semillas. Las semillas germinadas de estas plantas suelen ser blandas y, por tanto, no pueden hacerle daño al gato.
Cyperus
Aunque el Cyperus no es tóxico para los gatos, estos se pueden cortar con las briznas afiladas. No es raro que los mininos se corten en la boca o que la hierba se les quede atascada en la faringe. Así pues, vigila atentamente a tu gato después de haberla comido.
Para muchos gatos, el bambú de interior es irresistible, pero pueden hacerse daño con las hojas puntiagudas.
Cómo cultivar hierba para gatos
Sigue las instrucciones siguientes para cultivar tu propia hierba para gatos fácilmente:
Usa tierra sin tratar.
Pon las semillas en remojo durante una o dos horas.
Llena una maceta de tierra.
Planta las semillas a unos dos centímetros de profundidad.
Coloca la maceta en un lugar con luz natural, pero evita la radiación solar directa.
Mantén las semillas uniformemente húmedas, pero no las encharques.
Ya verás cómo la hierba para gatos brota a los pocos días. No obstante, si el grosor de las briznas va ganando espesor, deberás plantar hierba nueva. Una hierba demasiado sólida puede dañar la delicada mucosa del gato.
Malta: ¿una buena alternativa a la hierba para gatos?
Mucha gente le da a su gato malta para favorecer la digestión de las bolas de pelo. La pasta envuelve el pelo tragado para que pase mejor por el intestino. Este producto es particularmente popular entre los que tienen gatos de pelo largo, como el maine coon.
En general, siempre es aconsejable hablar con el veterinario antes de darles suplementos a los gatos. Esto es así porque ciertos componentes podrían hacerles daño a la larga, especialmente los altos porcentajes de grasas o azúcares.
Muchas personas asocian a los gatos con la leche. El apetito desmedido por la leche de los gatos se ilustra en muchos libros infantiles y películas. Esta ansia se da también en la vida real, pues a los felinos les encanta la leche. Una teoría sobre el porqué del entusiasmo de los mininos por la leche dice que se debe a que les recuerda al periodo del amamantamiento. Pero realmente ¿los gatos pueden beber leche?
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