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La decisión está tomada: quieres darle un amiguito a tu gato. Pero ¿qué precauciones debes tomar? ¿Cuál es la mejor manera de actuar? Te explicamos cómo introducir un gato nuevo en casa.
Un factor decisivo para el comportamiento posterior de un gato es su socialización en edad de gatito. Si el gato ha crecido sin contacto con otros gatos, no habrá aprendido ningún comportamiento social con ellos. Por lo tanto, estos gatos no suelen ser aptos para juntarlos con otros.
En realidad, con las personas pasa lo mismo. Un gato que no ha tenido ningún contacto con gente entre la segunda y la séptima semana de vida tendrá dificultades para acostumbrarse a una persona de referencia.
Sin embargo, si se dan las condiciones adecuadas para tener varios gatos, la mayoría disfruta de una vida social.
Lectura recomendada: en nuestro artículo Un gato nuevo en casa te ayudamos a elegir al compañero ideal para tu gato.
Cómo introducir un gato nuevo en casa: condiciones
Si quieres que tu gato entable amistad con otro gato, debes ir con cuidado y no adoptar sin pensar. Hay ciertas condiciones marco para tener un nuevo gato en casa que te ayudarán a que todo salga bien.
Equipamiento esencial
Hay una cosa que es más importante que ninguna otra: tiene que haber suficientes recursos para que la convivencia armoniosa no se convierta en una pelea continua. En la práctica, esto significa que no debe haber competencia por la comida ni la cama.
Además, necesitarás otro arenero grande, ventilado y, sobre todo, limpio para el nuevo gato. La regla de oro es: siempre debe haber un arenero más que gatos en el hogar.
No olvidar el cariño humano
Otro recurso importante es la atención humana. Pensar que los dos gatos se entretendrán solos y necesitarán menos tiempo contigo es un error garrafal.
La compañía de otro gato no reemplaza el cariño de la persona. Por lo tanto, deberás repartir tu tiempo entre los dos gatos.
Si se dan estas condiciones básicas, no hay ningún motivo por el que no tener un nuevo gato en casa.
Cómo introducir un gato nuevo en casa: lista de control para todos los hogares
Cómo introducir un gato nuevo en casa: antes del primer contacto
El secreto sobre cómo introducir un gato nuevo en casa es la preparación. No te precipites, ya que podrías cometer errores que dañarían la relación entre los gatos para siempre.
Cuando llegue el nuevo gato a casa, primero deberás separarlos. Procura tenerlos en habitaciones separadas. Cada habitación deberá contar con un arenero, un rascador y demás equipamiento. Así, el nuevo gato podrá acostumbrarse a ti, tu familia y el entorno sin que el otro le genere inseguridad.
Truco: intercambio de olores
Lo siguiente que debes hacer es familiarizar a los gatos entre ellos con mensajes olfativos. Lleva juguetes, cojines y mantas de una habitación a la otra. Acaricia al primer gato con un pañuelo suave y colócalo en la cama del segundo gato. Estos mensajes sutiles ayudarán a cada uno a familiarizarse con el olor del otro.
Los gatos son muy sensibles a los olores. Si el olor del gato nuevo ya está integrado en el mundo olfativo del hogar, el proceso será más fácil.
Cómo introducir un gato nuevo en casa: el primer encuentro
Si ya está todo encauzado, ya puede producirse el primer contacto real entre los gatos. Sin embargo, recuerda que el primer gato se enfrentará con un posible intruso en su territorio. El segundo, en cambio, probablemente estará nervioso por el entorno desconocido.
Por eso, para este primer contacto sería ideal montar una verja en la puerta entre dos habitaciones. Así, los gatos pueden elegir cuánto contacto tienen entre ellos. ¿Se ignoran, se escudriñan en la distancia o ya se olfatean con curiosidad?
No desesperes si al principio se bufan o se les eriza la cola. Vuelve a cerrar la puerta de las habitaciones y pruébalo otra vez mañana.
Salas de descanso abiertas
Si los gatos se portan bien, puedes quitar la verja de la puerta. Esto podría pasar ya en el primer encuentro, pero hay gatos con los que puede requerir unos días. En cualquier caso, los gatos deben tener siempre la posibilidad de huir a un lugar seguro.
Deja que ellos decidan qué hacer a continuación. Aléjate un poco y obsérvalos desde la distancia. Dales tiempo e intervén solo en caso de emergencia.
Cuando surgen problemas
Una emergencia podría ser el caso si uno de los gatos se pone agresivo. Es muy probable que este sea el gato que ya vivía contigo porque querrá defender su territorio del intruso. Sin embargo, si el gato nuevo es miedoso o de naturaleza agresiva, también podría reaccionar atacando.
Aquí hay varios niveles: un bufido y una pata de advertencia están bien. Sin embargo, deberás intervenir en cuanto se produzca un enfrentamiento.
De hecho, esta es una situación estresante para ellos. No castigues ni amenaces a ninguno de los gatos y sepáralos otra vez. Dales uno o dos días para tranquilizarse y organiza el próximo intento de contacto de una manera menos directa.
¿Qué pasa si no funciona?
¿Llevas semanas presentando a los gatos mutuamente, separándolos, volviéndolo a intentar… y sigue habiendo problemas? ¿Conviven en paz, pero uno de los animales tiene problemas de comportamiento, como marcaje, insomnio o agresividad?
A veces, el problema se puede solucionar con un difusor de feromonas, como el Feliway. En otros casos, se necesita más ayuda. No lo dejes más tiempo y acude a un veterinario o a un terapeuta especializado en comportamiento felino.
Si, a pesar de todos los esfuerzos, los intentos de juntar a los gatos siguen fracasando, puede que solo te quede una opción: dar el segundo gato en adopción o devolverlo. Aunque suene duro, puede que sea la mejor alternativa para los dos animales.
¿Cuántos gatos quiero tener?
No existe una cifra perfecta. Es mucho más importante la dinámica del grupo en sí y de cuánto tiempo dispongas para dedicarles. Y es que ni la mejor compañía reemplaza tus caricias y tu cariño. Cuantos más gatos tengas en casa, más tiempo deberás invertir en ellos.
Un ejemplo de dinámica es un gato joven que deba hacer compañía a tu gato mayor. En general, el gatito sacará de quicio al gato mayor con sus torpes intentos de acercamiento.
En cambio, la llegada de dos gatos jóvenes es más tumultuosa, pero los dos gatitos pueden entretenerse, retozar, trepar y jugar sin que el gato mayor tenga que participar.
Observa al grupo y piensa en qué quieres conseguir con la llegada de otro gato. ¿Quieres paz en el grupo o buscas un compañero de juegos para un animal concreto? En el primer caso, busca un tipo de gato tranquilo, y en el segundo: Dios los cría y ellos se juntan.
Cuando queremos a alguien deseamos que sea feliz y hacemos lo que está en nuestras manos para alimentar la felicidad de esa persona. Lo mismo sucede con nuestros fieles bigotudos, con los que compartimos el día a día. Al fin y al cabo, ellos también nos hacen felices a nosotros. Puedes estar seguro de lo siguiente: si le proporcionas a tu adorado minino una vida adecuada, conforme a su naturaleza y necesidades, estás haciendo un gato feliz. Esto incluye entretenimiento adecuado con juguetes idóneos, correspondientes a la inteligencia de la respectiva raza o naturaleza del gato en sí. Asimismo, una alimentación de buena calidad es muy importante
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