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Con unas cuantas reglas básicas, disfrutarás de una época maravillosa con tu gato y tu bebé.
Para los niños, no hay nada más bonito que crecer con animales. Los niños aprenden desde pequeños lo que significan el respeto y la consideración, y practican de forma temprana a responsabilizarse de otro ser vivo. En este artículo te explicamos qué debes tener en cuenta ya durante el embarazo con gatos.
Embarazo con gatos: cosas a tener en cuenta durante este periodo
Para los gatos, la llegada de un nuevo miembro a la familia puede ser difícil. En efecto, a muchos no les gustan los cambios. Sin embargo, el nacimiento de un bebé obliga a hacer cambios y fijar nuevas reglas.
Cómo acostumbrar a un gato a los cambios durante el embarazo
Durante tu embarazo con gatos en casa, debes aprovechar estos nueve meses para acostumbrar al animal a la nueva convivencia. Siempre existe el riesgo de que el gato tenga celos del nuevo miembro de la familia. Además, hay gatos que no entienden por qué la cuna o el cambiador son zonas prohibidas.
Si introduces las nuevas reglas paso a paso, al gato le resultará más fácil. Esto te permitirá disfrutar de una época maravillosa con tu gato y tu bebé.
Curiosidad: a los gatos de exterior suele costarles menos asimilar los cambios. Al fin y al cabo, siempre pueden huir al exterior. Por otra parte, están acostumbrados a la ausencia de su persona de referencia y ya conocen situaciones diferentes y nuevas.
¿Tengo que dar a mi gato en adopción si estoy embarazada?
Desgraciadamente, a más de una embarazada le preguntan vecinos o amigos si va a dar a su gato en adopción. Lógicamente, esta pregunta se debe responder con un no rotundo.
Tu gato es otro miembro más de la familia. ¿Verdad que el hermano mayor no irá a parar a un orfanato cuando nazca el bebé?
¿Los gatos influyen positivamente en el desarrollo de los niños?
Para las personas, vivir con un gato en casa es un enriquecimiento. Los niños que crecen con animales presentan un sistema inmunitario más fuerte y, en general, menos riesgo de desarrollar alergias.
Además, los gatos ayudan a reducir el estrés de la familia con las caricias y los juegos. En muchas situaciones, nos calman ya solo con su presencia y nos transmiten consuelo y seguridad con su cariño.
Por otra parte, los animales favorecen el respeto mutuo y el desarrollo de una imagen propia positiva. Nos enseñan empatía, mejoran nuestra capacidad de aprendizaje y comportamiento social, y hacen que seamos amigos de confianza.
Higiene durante el embarazo con gatos y después
Los gatos son animales limpios por naturaleza. No obstante, dependen de las personas para eliminar sus excreciones. Durante un embarazo con gatos en casa, debes tomar nota de los aspectos siguientes.
Limpieza del arenero durante el embarazo con gatos
En el arenero pueden acumularse muchas bacterias, virus y parásitos. Durante el embarazo con gatos hay que evitar a toda costa una infección de toxoplasmosis.
El ginecólogo puede hacer exámenes especiales para averiguar si ya has tenido una infección previamente. De lo contrario, tu pareja deberá encargarse de limpiar el arenero durante el embarazo para proteger la salud del bebé.
En cuanto el niño/a se empiece a mover por casa, deberás colocar el arenero en un lugar inaccesible. Por desgracia, para muchos niños, el arenero es una caja de arena estupenda para jugar en el interior.
Con una limpieza periódica, también evitarás el riesgo de contagio de peligrosos gérmenes.
Vacunación y desparasitación del gato
Solo con una vacunación y desparasitación periódicas reducirás el riesgo de contagio de enfermedades peligrosas para ti y el bebé.
Limpieza regular
Aspira y friega el suelo con regularidad para reducir los pelos de gato y los gérmenes.
Inspecciona las zonas de difícil acceso por si el gato ha escondido animales heridos o muertos, como ratones o pájaros.
Por motivos de higiene y seguridad, tu gato deberá dormir fuera de tu cama. Lo mejor es que lo acostumbres durante el embarazo a que ya no tiene permiso para subirse. Pueden pasar unas semanas hasta que el gato acepte esta nueva norma.
Cómo preparar al gato para el bebé durante el embarazo
Con un embarazo con gatos, hay suficiente tiempo para preparar al minino para la nueva vida. Lo mejor es que empieces lo antes posible para que el gato no relacione los cambios con el bebé. Toma nota de lo siguiente:
Introducción de nuevas reglas
Piensa de antemano sobre qué reglas hay instauradas ahora y cuáles quieres para el futuro. Por ejemplo, si el gato ya no podrá entrar en la habitación del bebé por motivos de seguridad, empieza a prohibírselo inmediatamente.
Siempre se requiere algo de tiempo hasta que el gato acepta e interioriza las nuevas reglas. Además, al acostumbrarlo con tiempo, evitarás que las relacione con el bebé, lo que podría provocar celos.
Redecoración
Durante el embarazo con gatos, comprarás muchas cosas nuevas para el bebé. Ve trayendo las cosas a casa, como la cuna, el cambiador, el parque y la trona, poco a poco.
Dale suficiente tiempo al gato para que lo explore todo y se acostumbre. Los embalajes, como las cajas, pueden ser un lugar estupendo para jugar.
Introducción de lugares exclusivos para el gato
Cuando el bebé nazca, a más tardar, tu gato necesitará suficientes refugios. Para acostumbrarlo paulatinamente, es mejor que se los ofrezcas ya durante el embarazo.
Los rascadores y los escondites elevados son ideales. Desde arriba, el gato puede observarlo todo con calma y está fuera del alcance de las traviesas manitas del bebé.
El gato agradecerá una estancia tranquila en la que no pueda entrar el bebé. Puede que al principio le den miedo los llantos y gritos, por lo que apreciará este escondite tranquilo.
También puede resultar útil que el gato tenga contacto con los niños del vecino durante el embarazo. Otra opción es acostumbrarlo a los ruidos de los bebés, por ejemplo, con series de televisión. Así, averiguarás enseguida si a tu gato le dan miedo estos sonidos.
La llegada del bebé: el primer encuentro
Por fin ha nacido el bebé. Ahora se plantea la cuestión sobre cómo juntarlo con el gato.
Antes de llegar a casa, tu pareja puede llevar pañales o ropa usados del hospital. Así, tu gato tendrá la oportunidad de acostumbrarse al olor del nuevo miembro de la familia.
Mucho contacto, pero con supervisión
En el primer encuentro, mantén la calma, habla con tu gato con una voz tranquila y deja que olfatee al bebé y las bolsas.
Durante el tiempo en casa, el gato debe tener la oportunidad de entrar en contacto con el bebé a menudo. Es útil acariciar al gato cerca del bebé y recompensarlo con golosinas.
Eso sí, nunca dejes al gato solo con el niño/a. Hay gatos a los que les gusta demasiado el contacto y podrían acurrucarse encima del bebé.
Seis consejos para una buena convivencia
Por último, hemos reunido seis consejos para una convivencia pacífica entre el bebé y el gato.
1. Invierte tiempo en el gato
Invierte tiempo en tu gato para que no tenga celos. Acarícialo a menudo y juega con él.
En el turbulento periodo inicial, el bebé aún duerme mucho y el gato apreciará que le des cariño. Cuando tengas al bebé encima, puedes jugar con el gato a tirarle golosinas y a esconderlas.
Resulta útil que incluyas a tu gato en las nuevas actividades. Déjalo que mire cuando le cambies los pañales al bebé y acarícialo y háblale cuando le des el pecho. Así, no se sentirá excluido y aceptará más al bebé como un nuevo miembro de la familia.
Para tu bebé, es muy importante que aprenda desde el principio que los refugios del gato son zonas prohibidas. El arenero también debe ser zona prohibida por motivos de higiene.
El niño también debe entender que el comedero del gato es una zona prohibida. Un truco práctico es colocar el comedero en una zona elevada. Los niños pequeños no pueden alcanzarlo y el gato puede comer tranquilo.
Nunca dejes a tu gato solo con el bebé. La mayoría de gatos son muy cariñosos, pero también les gusta tumbarse encima de la cuna o del bebé durmiendo. Esto entraña un peligro de asfixia para el bebé, ya que aún no es capaz de zafarse por sí solo.
Debes explicarle a tu hijo/a las necesidades de tu gato desde el principio. Los gatos no son juguetes. Está prohibido sacudirlos, tirarles del pelo, encerrarlos en armarios y perseguirlos salvajemente.
El gato quiere que lo respeten y lo dejen en paz. En efecto, una buena convivencia entre niño/a y gato solo es posible si hay respeto mutuo.
Cuando queremos a alguien deseamos que sea feliz y hacemos lo que está en nuestras manos para alimentar la felicidad de esa persona. Lo mismo sucede con nuestros fieles bigotudos, con los que compartimos el día a día. Al fin y al cabo, ellos también nos hacen felices a nosotros. Puedes estar seguro de lo siguiente: si le proporcionas a tu adorado minino una vida adecuada, conforme a su naturaleza y necesidades, estás haciendo un gato feliz. Esto incluye entretenimiento adecuado con juguetes idóneos, correspondientes a la inteligencia de la respectiva raza o naturaleza del gato en sí. Asimismo, una alimentación de buena calidad es muy importante
«Mi gato duerme conmigo. ¿Es malo?». Las opiniones sobre si es malo dormir con gatos son muy variadas. En este artículo analizamos los pros y los contras. Estos te ayudarán a reflexionar sobre qué punto de vista te convence más y a decidir si dormir con el gato o no.
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