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¿Sacrificar al gato? Una decisión difícil, aunque el animal esté sufriendo.
La muerte de un gato querido es una experiencia drástica, independientemente de que el minino haya muerto por accidente, enfermedad o vejez. Es especialmente trágica cuando su amigo humano tiene que decidir si lo sacrifica. En este artículo sabrás lo que debes tener en cuenta y cómo puedes afrontar el duelo.
Si el gato está gravemente enfermo, es inevitable que se plantee la cuestión en algún momento: ¿se debe liberar al querido animal de su sufrimiento? La decisión de aplicar o no la eutanasia al gato es una de las más difíciles y tristes de tomar como compañero de un gato.
Por un lado, no quieres quedarte de brazos cruzados viendo su tormento. Por otro lado, está el miedo a la dolorosa pérdida: ¿cómo seguir viviendo sin él? ¿Cómo se las arreglará mi familia cuando el gato ya no esté? Si hay otros gatos en el hogar, también se plantea la cuestión: ¿cómo afrontarán la pérdida?
Lo decisivo es el bienestar del gato
Por muy difícil que sea: a la hora de tomar esta decisión, es importante dejar en segundo plano los propios sentimientos. El único factor decisivo debe ser el bienestar del animal. Tú eres el responsable de tu gato. Debes encargarte de cuidarlo, también y especialmente en los últimos días de su vida.
Lamentablemente, no existen criterios generalmente válidos para la calidad de vida. Eso depende de la situación individual de tu gato. Por lo tanto, un minino con una disposición tranquila puede ser capaz de sobrellevar bastante bien la parálisis y las correspondientes restricciones de movimiento. Incluso los gatos ciegos también puede llevar una vida gatuna feliz.
Por otro lado, los michis son expertos en ocultar su gatos ciegos. Incluso las grandes agonías no se notan durante mucho tiempo. Por lo tanto, no es fácil juzgar realmente lo mal que lo está pasando un gato y cuándo ha llegado el momento de ponerle fin a su sufrimiento.
Posibles indicios de dolor severo:
Tu gato come muy poco o nada durante mucho tiempo.
Tu gato se encierra en sí mismo y parece apático.
Tu gato reacciona de forma agresiva a ciertas caricias.
Sin embargo, el dolor por sí solo no es una razón para acabar prematuramente con la vida de tu gatito. Solo cuando no haya más opciones de tratamiento se debe pensar en la eutanasia.
Sacrificar al gato: habla con tu veterinario
Importante: antes de decidir sacrificar a tu gato, debes hablar con tu veterinario. Pídele que te explique detalladamente la enfermedad de tu gato. Pregúntale cómo ve la calidad de vida de tu mascota y cuál sería el momento adecuado para tomar la decisión.
Si no te convencen los argumentos a favor de la eutanasia, pide una segunda opinión para estar asegurarte.
Prepárate bien
Por el bien de tu gato, debes prepararte bien para la última visita al veterinario. Es mejor pedir cita al final del horario de atención, porque la consulta está más tranquila y se tiene más intimidad.
Aunque te resulte difícil, mantén la calma en lo posible e intenta no llorar. Podrías transmitir al gatito tu ansiedad y someterlo a un estrés innecesario en sus últimos minutos. Tal vez pueda acompañarte una persona de confianza de tu familia o círculo de amigos.
Algunos veterinarios también duermen a domicilio. Sin duda, deberías aprovechar esta oportunidad, porque es mucho mejor que tu gato se vaya en su entorno familiar.
¿Cuál es el procedimiento para sacrificar a un gato?
El término técnico para el sacrificio es “eutanasia” y significa literalmente “morir bien”. El término se compone de las palabras griegas eu (bueno) y thanatos (morir). Si un animal es eutanasiado profesionalmente, no se ve afectado. No sufre dolor.
Antes de la eutanasia propiamente dicha, los gatos suelen recibir un medicamento para calmarlos. A continuación, se les inyecta un anestésico en una sobredosis letal.
¿Qué hay que tener en cuenta en el entierro?
Si has sacrificado a tu gato, puedes dejar su cuerpo en la consulta veterinaria. A continuación, el cadáver se lleva a una planta de tratamiento de cuerpos animales.
Sin embargo, para tu propia tranquilidad probablemente sea mejor que te lleves a casa el gato fallecido. Si hay un cementerio de animales donde vives, puedes enterrarlo allí. También puedes acudir a un crematorio de mascotas donde incinerarán su cuerpo. Las cenizas te serán devueltas en una urna.
Quizás también puedas enterrar a tu compañero en tu propio jardín. En general está permitido, siempre que se observen algunas cosas. La fosa no debe estar situada en una reserva natural, fluvial o marina. Además, debe tener al menos medio metro de profundidad, y el cuerpo debe estar envuelto en un material que pueda pudrirse (por ejemplo, una caja de cartón).
No enterrar en propiedad pública
¡Atención! Nunca entierres a tu gato muerto en una propiedad pública, en el bosque o en un parque. Está prohibido y puedes ser castigado con una multa de cinco cifras.
Cuando el gato muere de forma natural
No siempre hay que sacrificar a un gato. Hay situaciones en las que es mejor que un gato enfermo o viejo pueda irse de forma natural.
Cuando llega su hora, los gatos suelen retirarse a un rincón tranquilo. También en este caso es importante mantener la calma y no cargar al gato con tu pena en sus últimas horas.
Sin embargo, a veces un gato pierde la vida de forma inesperada, por ejemplo, por un accidente. Especialmente con gatos de exterior, el riesgo de ser atropellado por un coche es desgraciadamente alto.
Si el gato muere por vejez o por alguna enfermedad, puedes ir haciéndote a la idea de que en algún momento ya no estará. En el caso de una muerte súbita, al principio te quedas en choque emocional, y eso hay que procesarlo.
Cómo lidiar con el luto por el gato
Cuando el gato muere, en primer lugar se derrumba un pequeño mundo. Al fin y al cabo, un minino también es un miembro querido de la familia. La cesta del gato se queda vacía y ya no se oyen maullidos para recordar que hay que llenar el cuenco de la comida.
Desgraciadamente, a las personas que no tienen animales de compañía les resulta difícil entender este dolor. “Solo era un gato”, dicen. Ayuda hablar con otros compañeros de gatos, en el mundo real o por Internet en foros de animales y en las redes sociales.
Algunos amigos de gatos también se sienten reconfortados al pensar que su michi ha “cruzado el puente del Arcoíris” y que le espera una nueva y feliz existencia al otro lado. Si tienes hijos que echan mucho de menos a tu gato, puedes contarles la historia del puente del Arcoíris. Visitar juntos la tumba del gato también puede aliviar a veces la pérdida para los niños.
En general, es útil tener un recuerdo de tu gato fallecido. Puede ser una foto especialmente bonita o la urna con las cenizas, que ocupará un lugar de honor en tu casa.
El duelo de tu gato: señales y ayuda
¿Los gatos se dan cuenta de que otro gato ha muerto? ¿Se ponen tristes cuando pasa? Los gatos pueden llorar a un congénere fallecido, siempre y cuando antes se llevasen bien.
Si has tenido que sacrificar a uno de tus gatos o si ha muerto de forma natural, claro que lo notarán los demás animales de tu casa. Esto también sucede cuando muere una persona importante para el gato.
Se puede saber si un gato está de duelo por cambios en su comportamiento. Debes estar atento a las siguientes señales:
Tu gato come menos.
Duerme mucho y está más tranquilo en general.
Quiere jugar menos.
Asegúrate de dar a tus otros gatos el tiempo suficiente para procesar la pérdida. No sirve de nada traer un “compañero de repuesto” a la casa poco después. En cambio, a los animales afligidos hay que darles muchos cuidados.
La cercanía física, acariciarlos mucho o cepillarles el pelaje os ayudan a los gatos y a ti a superar el difícil momento.
Cuando queremos a alguien deseamos que sea feliz y hacemos lo que está en nuestras manos para alimentar la felicidad de esa persona. Lo mismo sucede con nuestros fieles bigotudos, con los que compartimos el día a día. Al fin y al cabo, ellos también nos hacen felices a nosotros. Puedes estar seguro de lo siguiente: si le proporcionas a tu adorado minino una vida adecuada, conforme a su naturaleza y necesidades, estás haciendo un gato feliz. Esto incluye entretenimiento adecuado con juguetes idóneos, correspondientes a la inteligencia de la respectiva raza o naturaleza del gato en sí. Asimismo, una alimentación de buena calidad es muy importante
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