{"url":"https://www.zooplus.es/magazine/gatos/adiestramiento-felino/10-trucos-para-gatos-inteligentes-como-ensenar-trucos-a-gatos","title":"Trucos con gatos: diez trucos para gatos inteligentes","mag_id":195043,"is_single":true,"cat_name":"Gatos","sub_cat_id":243,"sub_cat_name":"Adiestramiento felino","cat_id":213}
Entretenimiento para gatos inteligentes: a muchos gatos les encantan los trucos.
Los gatos son animales juguetones que quieren entretenimiento y retos. ¡Los trucos con gatos son un ejercicio ideal! Te presentamos diez trucos con gatos estupendos que podéis practicar juntos tú y tu inteligente minino.
Cómo enseñar trucos a gatos: preparados, listos, ¡ya!
La base de los trucos con gatos la constituye el condicionamiento clásico. El gato aprende un comportamiento determinado mediante el refuerzo positivo. La mayoría de mininos ya muestran procesos condicionados en el día a día: abres el armario de los deliciosos snacks, el bribón oye la puerta y aparece inmediatamente para esperar el ansiado piscolabis.
Este principio básico lo puedes utilizar para enseñarle trucos para gatos. Ten preparada una deliciosa recompensa con la que puedas reforzar positivamente sus progresos. Por ejemplo, puedes darle ricas bolitas de pienso. Así, ya le estarás dando una parte de su ración diaria.
Tranquilidad para aprender
Enseñar trucos a gatos es divertidísimo, pero lo es aún más si te tomas tu tiempo y aprovechas las rutinas. Esto significa que hay que practicar siempre en el mismo sitio y en un entorno totalmente tranquilo. Sin música ni ruidos de fondo, el peludo se concentrará mejor en su misión.
Una cuestión de concentración En principio, los trucos con gatos son aptos para mininos de cualquier edad. En cambio, los gatitos y gatos jóvenes no siempre son capaces de concentrarse lo suficiente. Suele ser más fácil a partir de un año de edad aproximadamente.
Importante: las órdenes
Antes de empezar, hablemos brevemente sobre cómo introducir las órdenes. Puedes hacerlo cuando el gato domine el truco en cuestión. Si durante el entrenamiento estás seguro/a de que el gato mostrará el comportamiento deseado, dale la orden.
Esta puede ser verbal o haciendo siempre el mismo gesto con la mano. En las órdenes verbales, lo importante es el tono de voz, así que asegúrate de utilizar siempre el mismo. Como una melodía que se queda en la memoria, el gato se acordará de la orden. Practica hasta que el gato muestre el comportamiento deseado al oír la orden. Pero recuerda que la diversión para el animal siempre tiene que estar en primer plano.
No te pases con las golosinas: Recompensa a tu gato solo cuando ejecute el truco a tu orden y no cuando lo haga por sí solo. Además, practica de forma moderada y no pierdas de vista la cantidad de chucherías. Resta siempre los snacks que le des de la ración de comida diaria.
Atención total
A primera vista, este truco con gatos es el menos espectacular, pero constituye la base de nuestro entrenamiento. Con él asociarás una deliciosa recompensa con un ruido, nuestro refuerzo positivo. Por ejemplo, puede ser un clicker o un sonido breve que hagas con los labios. Procura que el ruido siempre sea igual para que el gato lo reconozca.
¿Cómo funciona el condicionamiento? Siéntate enfrente del gato y tira una chuchería que le guste al suelo. Probablemente dejará todo lo que está haciendo para ir a buscarla. Mientras el tigrecillo disfruta del manjar, tú emites la señal acústica. Repite esto varias veces hasta que el gato aprenda: «Este sonido significa que va a pasar algo bueno. ¡Tengo que estar atento!».
Este condicionamiento es siempre el primero y es importante que el gato lo interiorice. Repite el ejercicio hasta que el gato haya aprendido el principio, que pueden ser desde unos días hasta dos semanas.
Si, cuando llevéis un tiempo practicando, solo emites la señal acústica y el gato, expectante, te regala toda su atención, sabrás que el condicionamiento ha sido un éxito. ¡Ya puedes continuar con el siguiente paso!
Saltar por el aro
Con el gato delante de ti, sujeta un aro cerca del suelo frente a él. Ahora, atráelo con una golosina a través del agujero. En este momento, ten paciencia si se muestra escéptico al principio con este truco. Cuando atraviese el agujero con seguridad, sube un poco el aro.
Ve aumentando la dificultad paulatinamente hasta que tenga que saltar para atravesarlo. Si pasa por debajo, da un paso atrás en el ejercicio. Sostén el aro a una altura a la que pueda saltar fácilmente y asegúrate de que el suelo no resbale. Las alfombras y el parqué son superficies más adecuadas que el laminado liso.
Consejo: como variante, puedes hacer que el gato salte sobre tu brazo extendido. Si estos trucos con gatos funcionan, puedes seguir haciéndolos con el gesto (aro o brazo) o introducir una orden, como ¡salta!
Carrera de eslalon
Para hacer eslalon hace falta, además de un vínculo estrecho entre persona y gato, un poco de coordinación de ambos. El objetivo es que el gato camine entre las piernas abiertas de su humano. Como con el salto de aro, puedes ir atrayendo poco a poco al gato con una chuchería apetitosa en la dirección correcta y a través de tus piernas separadas en diagonal.
Para ello, el gato siempre tiene que empezar por el lado de la pierna de atrás. El eslalon queda muy elegante cuando los dos se mueven con fluidez. Practica los movimientos lentamente y ten mucha paciencia. Avanza con mucha precaución para no pisarle las patas al gato sin querer.
¡Siéntate!
No solo los perros pueden aprender las órdenes ¡Siéntate! y ¡Túmbate! Para enseñarle a sentarse, sostén una chuchería o un juguete sobre su cabeza cuando esté de pie. A continuación, muévelos ligeramente hacia atrás cuando se ponga alerta.
La mayoría de gatos se sientan automáticamente para tener la presa a la vista. Recompénsalo inmediatamente con algo rico y un refuerzo acústico. Otra opción sería recompensarlo siempre que se siente por casualidad con una golosina y una señal acústica.
Recompensas siempre a tiempo
Recuerda que esto solo tiene sentido si lo recompensas directamente tras sentarse. Si tienes que ir hasta la cocina a buscar la chuchería, se pierde el efecto de aprendizaje.
Ten siempre la recompensa a mano o aprovecha determinadas situaciones en las que sepas que está a punto de sentarse. Este método se llama capturing y consiste en reforzar positivamente la conducta rutinaria deseada.
Nota: ¡Siéntate! es una buena posición de partida para otros trucos con gatos.
¡Túmbate!
Hay varias maneras de enseñar el truco ¡Túmbate! Por ejemplo, puedes ponerte una chuchería en la mano, llevarla lentamente al suelo y sujetarla con la mano. Probablemente, el gato se acabará tumbando al lado. Para empezar, dale la golosina ya cuando muestre los primeros signos de tumbarse y sigue atrayéndolo a la posición acostada.
Refuerza el comportamiento deseado con la señal acústica de siempre. Si tu gato ha entendido lo que se espera de él, puedes introducir una orden. Una que funciona muy bien es dirigir la mano hacia abajo. También puedes aplicar el capturing (consulta el apartado ¡Siéntate!) para el truco ¡Túmbate! Hazlo, por ejemplo, cuando sepas que se va a unir a ti en una velada de sofá tranquila.
Hacer la croqueta
La posición de partida para este truco es con el gato tumbado. Si el gato está tumbado delante de ti, mueve una mano lentamente por encima de él. Así, tendrá que girar de lado sobre el lomo para poder seguirla con la mirada. En la mano que hace el movimiento no tiene que haber ninguna chuchería, pero sí en la otra. Recompénsalo por cada movimiento en la dirección correcta con una golosina y una señal acústica. Repite el proceso hasta que haga una croqueta entera.
Atención: Practica la croqueta siempre por el mismo lado. Si quieres practicar el truco por los dos lados, debes hacerlo por separado. Empieza por un lado para no confundir al gato. Si el peludo ha interiorizado el truco, puedes introducir una orden o seguir usando la mano.
Dar la patita
Uno de los trucos con gatos más populares es, sin duda, el de dar la patita. Pero ¿cómo hacer que al gato le resulte apetecible? Lo mejor es que ya domine la orden ¡Siéntate! para que ya esté en la posición de partida. Si está sentado delante de ti, coloca una mano plana en el suelo. Recompénsalo si muestra cualquier tipo de interés en ella con una señal acústica y una chuchería. A continuación, hay que reforzar el olfateo de la mano. Si la olfatea en varias sesiones de entrenamiento, pasamos al paso siguiente.
Ahora, el gato tiene que interactuar contigo con la patita antes de recibir un premio. Para ello, coloca la mano plana delante de él, como antes. Si no recibe la chuchería de rigor tras olfateártela, experimentará y, tarde o temprano, te la tocará con la pata. Este es el momento de darle el refuerzo positivo. Aumenta la duración paulatinamente recompensándolo después de dos o tres segundos dándote la patita. Finalmente, empieza a elevar la mano poco a poco. Si tu inteligente gatito domina esto, puedes introducir una orden.
¡Choca esos cinco!
Para el famoso ¡Choca esos cinco!, tu gato ya debe dominar los trucos ¡Siéntate! y Dame la patita. Si es así, ya queda poco para el ansiado high five. Cuando te dé la patita, ve subiendo la mano cada vez más, girándola hasta la posición de Choca esos cinco.
Recompensa a tu amiguito con una señal acústica y una chuchería a medida que vaya avanzando. Si ves que está desconcertado, retoma el clásico Dame la patita antes de volver a avanzar lentamente. Cuando el gato domine el truco, puedes introducir una orden o, simplemente, utilizar la mano extendida.
Ponerse sobre las patas traseras
Para que se ponga sobre las patas traseras, sostén una golosina un poco por encima de la cabeza del gato. Muchos se ponen automáticamente sobre las patas traseras para llegar a la pequeña presa. Reafirma al gato con un clicker o la señal acústica que conozca si se mueve en la dirección correcta (arriba).
Importante: No lo recompenses si utiliza las zarpas, sino solo si muestra las patas. De lo contrario, te llevarás algún que otro arañazo con este truco.
En función del objetivo que quieras conseguir, ahora puedes afinar el ejercicio. Por ejemplo, haz que permanezca brevemente sobre las patas traseras. Recompénsalo adicionalmente cuando mantenga la posición más tiempo. Finalmente, puedes asociar una orden con el truco.
¡Ven!
Los que tienen gato saben que nuestros queridos mininos vienen cuando los llamas. Sin embargo, solo lo hacen si tienen ganas. Con un poco de práctica puedes aumentar el índice de éxito drásticamente, al menos cuando el gato esté de humor…
Venir al oír la orden: ¡un truco impresionante!
Ponte frente a tu gato en el suelo y muéstrale las chucherías que tienes en la mano. Si el gato viene hacia ti, dale un snack y la orden. Siéntate en otro sitio y repítelo hasta diez veces. Fin de la sesión de entrenamiento.
En una de las próximas sesiones puedes decir solo ¡Ven! y esconder la golosina. Si el gato viene, dale la ansiada recompensa. Si no hace nada, da un paso atrás en el adiestramiento.
Consejo: en este truco no es necesario usar ninguna señal acústica, como un clicker, pero la puedes incluir si quieres. Si lo haces, recompensa al gato con cada paso en la dirección correcta con el sonido de refuerzo.
Conclusión
La diversión debe ser siempre lo más importante cuando se practiquen trucos con gatos. Lo mejor es practicar con tu amiguito unos minutos al día o cada dos días. Puedes prepararte una cantidad fija de golosinas por sesión de entrenamiento. Recuerda que el timing es esencial, así que recompensa el comportamiento perseguido de inmediato.
El truco del almendruco Los trucos con gatos bien aprendidos se pueden integrar en el día a día. ¿Tu gato espera hambriento su deliciosa comida? En ese caso, haz que haga un pequeño truco antes de llenarle el comedero.
Termina los ejercicios siempre con una experiencia satisfactoria para el gato, aunque esto signifique dar un paso atrás. Si el gato se acicala durante un ejercicio, también deberás dar un paso atrás. Esta y otras conductas son actos de omisión y muestran que no sabe lo que se espera de él. Repite regularmente los trucos para gatos que tu minino conozca para que no los olvide.
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